COP25: Declaración sobre los Niños, Niñas, Jóvenes y la Acción Climática
Nueve gobiernos, entre los que se incluye España, han firmado una declaración que recoge las prioridades en la protección de los niños y jóvenes del mundo frente a los impactos del cambio climático.
La capital se ha convertido durante la Cumbre del Clima en el punto de encuentro mundial entre la juventud y los altos cargos medioambientales. Un evento de alto nivel con representantes de la Organización Internacional de las Naciones Unidas (ONU), líderes mundiales y representantes gubernamentales ha sido es espacio de encuentro en el que los jóvenes activistas climáticos han alzado su voz para pedir medidas urgentes para la protección de los niños y jóvenes del impacto del cambio climático.
La creación de este espacio de diálogo en la conferencia de la COP25 Jóvenes activistas por el clima piden acción por la justicia climática, ha concluido en la reafirmación de la Declaración de los Niños, niñas, jóvenes y la Acción Climática, fomentando la colaboración para encontrar soluciones a la crisis medioambiental.
La gran importancia de esta declaración
“Medio billón de niños viven en áreas con un riesgo extremadamente alto de inundaciones debido a fenómenos meteorológicos extremos como ciclones, huracanes y tormentas, así como al aumento del nivel del mar”, afirmó Paloma Escudero, directora de comunicación de Unicef.
Jóvenes de Costa Rica, México, Noruega, España y Zimbabue han pedido acciones urgentes a los gobiernos para proteger a las personas más vulnerables, incluirlos en la toma de decisiones y ayudar a los países más afectados por los desastres naturales provocados por el cambio climático.
“Estoy encantada de dar la bienvenida a un evento en el que los niños ocupan un lugar central y nos llevan a todos a dialogar sobre el impacto de la crisis climática en sus vidas”, afirma Escudero. “La presencia de Theo, Pablo, Camila, Penélope, Nkosi y Sara hoy nos recuerda que las demandas que escuchamos de los jóvenes en las calles de todo el mundo deben reflejarse en los pasillos del poder en Madrid”.
Los representantes de los gobiernos de Chile, Costa Rica, Fiji, Luxemburgo, Mónaco, Nigeria, Perú y España se comprometieron con la firma de esta declaración a acelerar y garantizar la inclusión de niños, niñas y jóvenes en las políticas y acciones climáticas.
“Creo que este movimiento de los jóvenes ha creado algo muy especial”, afirma Penelope Lea, de 15 años de edad y nacida en Noruega. “Y va mucho más allá, es algo emocional, es algo que me gustaría que se transmitiera fuera de estas paredes, la solidaridad y el compromiso con las decisiones que se tienen que tomar”.
“La crisis climática es la crisis de la infancia”
A lo largo de todo el evento, los jóvenes hicieron hincapié en que la crisis climática es también la crisis de los derechos de la infancia, piedra angular para la consecución de la justicia climática. Hace unos días, Unicef publicó un nuevo informe con cifras de los niños obligados a abandonar sus hogares debido a las tormentas que el cambio climático ha provocado en el Caribe, que se han multiplicado por seis en los períodos de 2009 a 2013 y de 2014 a 2018.
“No podemos perder de vista este hecho”, declaró la portavoz de Unicef. “Especialmente cuando el mundo celebra este año el 30 aniversario de la Convención sobre los Derechos del Niño de la ONU. Desde huracanes hasta sequías, inundaciones e incendios forestales, las consecuencias de la crisis climática nos rodean, afectando a los niños y amenazando su salud, educación, protección y supervivencia”.
Los jóvenes, incluidos tan solo en el 42% de los planes climáticos
“A medida que los Estados miembros continúan avanzando en la implementación del Acuerdo de París, tienen una oportunidad única para poner a los niños al frente y al centro porque, como dijo el Secretario General aquí la semana pasada, la crisis climática se está acercando cada vez más al punto de no retorno”, afirmó Escudero en relación a la segunda gran razón para llevar esta declaración a cada país.
Con la tecnología adecuada y la financiación necesaria, la preservación del suministro de agua es clave para proteger a los niños de graves enfermedades, así como con inversiones a largo plazo para constituir comunidades más resistentes que puedan enfrentar los eventos climáticos extremos. “A través de la educación, los niños pueden crecer sabiendo cómo crear comunidades sostenibles, convertirse en líderes de negocios sostenibles y vivir estilos de vida sostenibles”.
Más allá de las posibilidades, “no es una cuestión de posibilidad”, afirma Escudero. “Es una obligación, un deber, porque los niños tienen derecho a heredar un planeta saludable”. “Es imperativo que coloquemos a los niños en el centro de las políticas climáticas. Y es urgente que invirtamos en soluciones prácticas que protejan a los niños de los efectos del cambio climático”.