Cinco consejos para una vuelta al cole ecológica
Una de las grandes claves para lograr construir un futuro sostenible está en la educación. Pequeñas acciones en la elección del almuerzo o los materiales para el colegio pueden formar parte de un gran cambio global.
Cuando comprendemos la importancia de utilizar menos plástico y generar menos residuos, estas rutinas se convierten en acciones sencillas que marcan el futuro del medio ambiente.
Botella reutilizable
Algo tan sencillo como llevar una botella de agua reutilizable encima podría ahorrarle al mundo hasta un millón de botellas de plástico cada minuto, según afirma Plastic Soup Foundation. Meter en la mochila de los más pequeños de la casa una botella reutilizable, siempre hecha de materiales seguros para ellos, puede ser la semilla que más tarde haga que se cuestionen el impacto de todas sus acciones y cómo estos pequeños gestos pueden minimizarlo en gran medida.
Zero waste
Cuando comprendemos la importancia de utilizar menos plástico y generar menos residuos, estas rutinas se convierten en acciones sencillas que marcan el futuro del medio ambiente. A nivel global, el mundo genera entre 7 mil millones de toneladas y 10 mil millones de toneladas de basura, según datos de la Global Waste Management Conference. El movimiento zero waste cogió mucha fuerza entre los jóvenes y es importante que los niños comprendan la importancia vital de la economía circular, donde los desechos son reutilizados o aprovechados como fuente de energía.
Las botellas de agua reutilizable podrían ahorrarle al mundo hasta un millón de botellas de plástico por minuto.
Además, el futuro de los niños será en gran medida tecnológico, por lo que es imprescindible que comprendan la necesidad de reciclar este tipo de materiales que esquilman la selva para su fabricación y contaminan los suelos en los vertededos. A nivel global se generan ya más de 50 millones de toneladas, según el Global E-Waste Monitor 2020. La acumulación de este tipo de residuos conlleva la contaminación de los suelos con materiales como el mercurio, el litio o el coltán. Según un estudio realizado por Back Market, tan solo en España el reciclaje de teléfonos móviles evita la emisión de 60.000 toneladas de CO2.
No compres, dale un giro a tu boli
Todo lo que compramos tiene un impacto mayor o menor según sus materiales, su durabilidad y su proceso de producción y envasado. En esta línea, si tratamos de comprar la menor cantidad de cosas nuevas estaremos ayudando al planeta a no generar tantos residuos. Es tan sencillo como asegurarse de no tener una caja de lápices perdida en algún cajón antes de comprar una nueva o guardar los rotuladores y los bolígrafos boca abajo y bien tapados para evitar que se sequen.
Las ceras de colores, al contrario que los lápices, contienen derivados del petróleo que no se reciclan fácilmente.
Dibujando sostenibilidad
Además, los materiales que se hayan utilizado también tienen un gran peso. Por ejemplo, las ceras de colores contienen derivados del petróleo que no se reciclan fácilmente. Para evitar malgastarlos, podemos asegurarnos de reunir todos los trozos pequeños que quedan tras una divertida sesión de dibujo y utilizarlos para otro uso. O bien podemos derretirlos todos juntos en el horno para crear nuevos colores y aprovecharlos al máximo.
Pequeños gestos desde pequeños les ayudarán a generar conciencia sobre el impacto de su alimentación en el planeta y en su salud.
La hora de la merienda
A través de la alimentación podemos marcar una gran diferencia. Consumir productos locales, no envasados, no procesados y de agricultura sostenible es una gran ventaja para la salud del planeta y la de nuestros niños. Desde pequeños generar conciencia sobre el impacto de su alimentación en el planeta, y por supuesto en su salud, es algo imprescindible. Cambiar la bollería por frutos secos o fruta fresca será una buena costumbre adquirida para toda su vida y pondrá su atención sobre la importancia de la concienciación medioambiental.