Tan caliente como un jacuzzi: cómo afecta a los corales el aumento de las temperaturas oceánicas
Con temperaturas oceánicas que superan los 32 grados, los investigadores se apresuran a encontrar soluciones para salvar los arrecifes de coral.
Desde 2016, la mitad de la Gran Barrera de Coral (en la foto) ha sufrido blanqueamiento coralino, que se produce cuando los corales expulsan las algas que viven en su exterior. Esta expulsión expone a los corales a enfermedades y, a menudo, a la muerte.
Entre 2014 y 2017, tres cuartas partes de los arrecifes de coral del mundo enfermaron. Muchos se volvieron de un blanco brillante (un proceso que los científicos llaman blanqueamiento del coral) y el treinta por ciento de esos corales blanqueados murieron.
¿El culpable? El calentamiento de los océanos por el cambio climático y el fenómeno meteorológico de El Niño, que aumentó la temperatura de unas aguas ya de por sí calientes.
El calentamiento récord y el regreso de El Niño este verano vuelven a poner en peligro a los corales.
Este año ya es "especialmente malo", dice Doug Marcy, fundador del Centro de Restauración de Corales del Caribe. Sus arrecifes en Panamá pueden tolerar aguas de hasta 21º C, pero las temperaturas ya han superado los 32º C este año. Alrededor de la costa suroeste de Florida (Estados Unidos), grandes franjas del vulnerable sistema de arrecifes de coral de la región se encuentran actualmente en aguas que han batido el récord de 36° C y corren el riesgo de blanquearse.
Estas temperaturas extraordinariamente altas, que se prevé que continúen este año, podrían ser "devastadoras" para los corales, que "no pueden adaptarse lo bastante rápido" para hacer frente a la situación, y tendrían dificultades para reproducirse si se perdieran demasiados.
Con todo un ecosistema en juego, otro fenómeno de El Niño y el aumento de la temperatura global, los científicos están desplegando tecnología experimental para ayudar a los corales a sobrevivir, restaurando su hábitat a mano y manipulando su ADN. Pero no está claro si será suficiente para ayudar a sobrevivir a algunos de los corales más vibrantes del mundo.
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¿Qué les ocurre a los corales en agua caliente?
Los corales son animales que viven en asociaciones mutuamente beneficiosas con una microalga llamada zooxantela. Esta alga vive dentro del esqueleto del coral y, a cambio de cobijo, proporciona a los corales la mayor parte de sus nutrientes y les proporciona sus impresionantes colores.
Cuando las condiciones cambiantes (como un par de grados de calentamiento) estresan a los corales, éstos se deshacen de su huésped y se vuelven blancos.
"Parece como si alguien hubiera cogido una goma de borrar y les hubiera quitado todos los colores a los corales", dice Marcy.
Los corales pueden sobrevivir a un blanqueamiento leve o de corta duración, pero después de demasiado tiempo sin sus zooxantelas, el coral morirá de hambre. Tras el blanqueamiento, los corales son más propensos a contraer enfermedades, pueden tener dificultades para reproducirse y las poblaciones de peces pueden abandonarlos o morir.
Todos estos cambios bajo el agua también afectan a las personas de todo el mundo. Sin arrecifes de coral que proporcionen criaderos seguros donde los juveniles puedan refugiarse y encontrar alimento, las poblaciones de peces se resienten y a los pescadores les resulta más difícil mantener a sus comunidades.
"La gente depende de nuestro océano, y no podemos perderlo de vista", afirma Jake Edmiston, investigador de proyectos de la Blue Marine Foundation.
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El Niño: vientos más débiles, aguas más cálidas
El Niño suele producirse cada dos a siete años, cuando los vientos que atraviesan el ecuador se debilitan, aumentando la temperatura de las aguas superficiales del Pacífico.
En la actualidad, el mundo se ha calentado 1,2ºC, pero El Niño de este año podría hacer que la temperatura media mundial superara por primera vez el umbral de calentamiento global de 1,5ºC, superando un umbral que, según los científicos, expondría al mundo a graves consecuencias medioambientales. Incluso si el mundo limita el calentamiento a 1,5°C, podría perderse entre el 70% y el 90% de los arrecifes de coral tropicales.
Hace años, Marcy se habría reído de la idea de que alguna vez vería aguas "a un paso de una bañera de hidromasaje", que tienden a burbujear entre 32ºC y 40ºC. Pero a pesar de que este año ya se han alcanzado temperaturas del agua "inimaginables", por encima de los 32ºC, no cree que hayamos visto lo peor todavía.
Pero no se han perdido todas las esperanzas.
Sofía Regalado, Coordinadora de Ciencia e Investigación de Blue Marine Foundation, afirma: "Los corales son resistentes. Se han enfrentado a muchas amenazas a lo largo de sus 400 millones de años de existencia" y pueden recuperarse con el tiempo.
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Arrecifes artificiales, híbridos y sistemas de sonido submarino
Si antes los arrecifes artificiales se creaban a partir de restos de naufragios, esculturas, neumáticos y hormigón, ahora se imprimen en 3D con recovecos realistas a los que se adhieren los corales y a los que la vida marina llama hogar.
La tecnología Biorock hace pasar una ligera corriente eléctrica a través de estructuras metálicas, haciendo que crezca piedra caliza en la que se asientan los corales. Más baratas que el hormigón, pueden repararse solas, fortalecerse con el tiempo y ayudar a los arrecifes dañados a recuperarse más rápidamente.
La cría selectiva también puede ayudar. Algunos investigadores cruzan los corales más adaptables y resistentes con otros para crear híbridos que tengan más posibilidades de sobrevivir. Otros están creando bancos de semillas: restaurando y clonando corales que morirían sin intervención y almacenando las semillas para el futuro.
El Centro de Restauración de Corales del Caribe está tratando de animar a sus corales a "endurecerse" manteniendo sus tanques a 29 °C (normalmente demasiado caliente para los corales) para ver con qué facilidad pueden adaptarse a temperaturas más cálidas.
Los investigadores también están aprovechando nuevos hallazgos que demuestran que "el mundo submarino no es tan silencioso como Jacques Cousteau pudo haber pensado", dice Edmiston. Un estudio publicado en Nature en 2019 demostró que reproducir los sonidos de un arrecife sano a través de altavoces subacuáticos puede hacer que los peces vuelvan a ecosistemas coralinos degradados. El biólogo marino de la Universidad de Bristol (Reino Unido) y autor del estudio , Steve Simpson, explicó en un comunicado de prensa que "los arrecifes de coral sanos son lugares notablemente ruidosos: el crujido de los camarones chasqueantes y los chillidos y gruñidos de los peces se combinan para formar un deslumbrante paisaje sonoro biológico."
Atraídas por estos sonidos, es más probable que las larvas de peces se asienten en un arrecife ruidoso y, por tanto, sano.
Reconocer las señales de advertencia del blanqueamiento (que puede incluir la fluorescencia, cuando los arrecifes brillan como un paquete de rotuladores) también ayuda a los conservacionistas a reaccionar con mayor rapidez.
A escala mundial, el Atlas Allen del Coral utiliza imágenes por satélite de alta resolución para vigilar los arrecifes con un nivel de detalle excepcional y procesa datos regionales cada dos semanas para las zonas en las que la NOAA ha detectado temperaturas anormalmente altas.
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La innovación por sí sola no salvará los arrecifes
Pero Regalado cree que no debemos "confiar sólo en la innovación" cuando el problema es tan grave. Los corales están siendo golpeados por la contaminación, los plásticos, la sobrepesca, el desarrollo costero y otros factores. Combinadas, estas amenazas podrían ser más de lo que pueden soportar.
Edmiston está de acuerdo en que la innovación científica debe ir acompañada de medidas de conservación como las áreas marinas protegidas (AMP) que, cuando se aplican, protegen los arrecifes de los factores antropogénicos. Estas medidas no sólo benefician a las zonas protegidas, ya que la vida marina no conoce los límites de las AMP y puede "desbordarse de una zona a otra", añade Regalado.
Según Edmiston, aún no debemos "empezar a escribir la necrológica del océano". Él cree que podemos alcanzar el objetivo 30x30, un esfuerzo mundial para proteger el 30% de la tierra y el mar de la Tierra en 2030, si todos nos unimos, pero no sin descarbonizar la economía y reducir las emisiones que están impulsando el rápido cambio climático.
Pero esos recortes deben producirse rápidamente.
"La única solución que tenemos", afirma Marcy, "es ganar tiempo".
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.