De eficacia demostrada: los mejores trucos para combatir el calor en la calle
Si tienes que salir a la calle en un día de mucho calor, los expertos dicen que hay cosas que puedes hacer para hacerlo más llevadero, desde elegir bien tu ropa hasta crear tu propia sombra.
Dos mujeres con sombrillas descansan bajo una refrescante niebla en Tokio en un día tan caluroso que el Gobierno japonés emitió una alerta por insolación. Los expertos afirman que las sombrillas y los parasoles ayudan a mantenerse mucho más fresco que bajo el sol directo.
Abrasadores. Sofocantes. Escalofriantes. Los días de calor soporífero del verano pueden describirse de distintas maneras, pero son una experiencia compartida en casi todo el mundo, al igual que los esfuerzos desesperados por combatir el calor. No es posible encerrarse en casa indefinidamente, pero afortunadamente hay algunas formas de mantenerse fresco cuando se sale al exterior en esos días calurosos.
Tómatelo con calma, evita el esfuerzo excesivo y, por supuesto, mantente hidratado, porque el sudor pone en marcha el sistema natural de aire acondicionado de tu cuerpo. Aquí tienes otras claves para mantenerte fresco.
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Qué (no) ponerse durante una ola de calor
Menos es más, ¿verdad?
Sundaresan Jayaraman, profesor de la Escuela de Ciencia de los Materiales e Ingeniería del Instituto Tecnológico de Georgia (Estados Unidos), afirma que la tendencia a llevar menos ropa cuando hace calor tiene mérito. “Hay una buena razón por la que si vas a unos grandes almacenes en abril te encuentres un montón de pantalones cortos y mangas cortas. Son prendas más cómodas que algo que te cubre todo el cuerpo”.
Eso está bien cuando puedes evitar totalmente la exposición al sol. Pero el sol directo sobre la piel puede provocar quemaduras, o algo peor, y ser incómodamente caluroso. Y las camisetas de tirantes no son bienvenidas en todas partes.
Cuando necesitas más cobertura, las opciones son tanto de ajuste como de tejido. Las prendas holgadas son las más cómodas, señala Jayaraman, porque permiten que el aire circule por el cuerpo.
La mejor ropa para el calor también absorbe el sudor del cuerpo como una esponja y luego lo evapora, favoreciendo el proceso por el que nuestra piel se enfría. Y, desde luego, no queremos ropa que se nos pegue al cuerpo y nos deje una sensación “pegajosa”.
“En cuanto a los mejores tejidos para vestir: el lino es sin duda uno de los materiales preferidos”, señala Jayaraman, por su capacidad superior para absorber mucha humedad y transportarla desde el cuerpo sin sensación de humedad. El lino también es permeable, lo que permite que el aire circule cerca del cuerpo, y más rígido, por lo que no se pega al cuerpo (aunque esto tiene una contrapartida: el lino se arruga).
El algodón ligero es transpirable y absorbe la humedad, pero también tiende a retenerla y puede resultar pegajoso cuando hace mucho calor o hay mucha humedad.
El poliéster tradicional puede resultar muy incómodo porque no absorbe el sudor en condiciones de calor o humedad. Pero la ciencia textil ha cambiado las reglas del juego. Las fibras ultrafinas de poliéster microdenier, habituales en la ropa deportiva, como el Dri-FIT de Nike, están tratadas químicamente para evacuar la humedad. Con estos tejidos, añade Jayaraman, la estrechez no es un inconveniente, porque ayudan directamente a la piel a secarse y liberar calor.
El color es un poco más complicado. La mayoría de la gente sabe que el blanco refleja los rayos del sol, mientras que los colores oscuros los absorben, y por eso cree que la ropa de color claro es más fresca. Pero la ropa blanca también puede reflejar nuestro propio calor corporal, mientras que los tejidos oscuros pueden absorberlo mientras irradia de nuestro cuerpo.
Esta paradoja significa que, aunque a veces la ropa blanca puede ayudar a combatir el calor, no está claro si siempre tiene el mismo efecto en las personas que llevan ropa holgada, como reveló un famoso estudio de 1980 sobre las túnicas de los beduinos. En definitiva, los factores más importantes para mantenerte fresco son el ajuste y los materiales.
¿Te parece complicado? Ten en cuenta estos consejos y escucha a tu cuerpo. “Si tu ropa puede hacerte sentir que no llevas nada encima pero sigue protegiéndote, ¡es la mejor prenda!”. dice Jayaraman.
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Lleva tu propia sombra
Cuando el sol aprieta, la sombra es la clave para mantenerse fresco.
“Estar al sol en un día soleado puede suponer una diferencia de unos 30 ºC en cuanto a la carga de calor que incide en el cuerpo, frente a estar a la sombra”, explica Ariane Middel, que estudia el clima y los paisajes urbanos en la Universidad Estatal de Arizona (EE. UU.) y es coautora del informe 50 Grades of Shade [50 grados de sombra]. “Eso es lo que medimos en Phoenix, pero incluso en Boston [3600 kilómetros al noreste], por ejemplo, la diferencia podría ser de 20 °C”.
La sombra nos protege del doble golpe de la ola de calor: la radiación de onda corta procedente directamente de la luz solar y la radiación de onda larga procedente de superficies como el pavimento, que se calientan en los días calurosos.
¿Qué se puede hacer para crear sombra? Los árboles, naturalmente, son famosos por dar sombra, pero Middle dice que se puede buscar en los edificios, caminar por el lado sombreado de la calle o incluso llevar un sombrero de ala ancha.
“Toda sombra es buena, nunca viene mal”, dice Middel, y añade que incluso el típico paraguas para la lluvia sirve para reducir la carga térmica del cuerpo.
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Cómo refrescarse sobre la marcha
Puede que el aire acondicionado no sea portátil, pero puedes improvisar.
Deberías ayudar a regular el calor de tu cuerpo enfriando estratégicamente los puntos clave del pulso, como el cuello, las muñecas, la parte superior de los pies y el interior de codos y rodillas. Una bolsa de hielo aplicada a estos puntos es como un refrigerante para la sangre que fluye cerca de las superficies, que luego pasa a través de su cuerpo. “Creo que funcionan muy bien esas toallas que se mojan y se ponen sobre el cuello”, dice Middel.
¿Y qué hay de los ventiladores de mano?
La Organización Mundial de la Salud y otros organismos sanitarios llevan mucho tiempo advirtiendo de que los ventiladores no sirven de mucho a temperaturas superiores a los 38 °C, cuando un ventilador simplemente nos golpea con aire muy caliente, como si estuviéramos mirando un horno abierto. Algunas investigaciones parecen corroborarlo, pero otros estudios sugieren que la humedad puede hacer que los ventiladores sean útiles incluso en condiciones de mucho calor. En climas húmedos, los ventiladores pueden impulsar la evaporación del sudor u otra humedad de la piel para refrescarnos. En condiciones secas, en cambio, se puede utilizar un ventilador portátil con un pulverizador incorporado para humedecer la piel.
Rociarse con pulverizadores o empaparse de alguna otra forma no sólo sienta muy bien, sino que sirve para refrescarse. “Cualquier cosa que implique agua que pueda evaporarse es eficaz, especialmente en lugares secos donde el aire no está saturado de humedad”, dice Middel.
Un consejo más: mantente fresco mentalmente. Aunque esos días de ola de calor pueden parecer muy largos, es probable que cuando se ponga el sol nos esperen temperaturas más frescas. Y el otoño nunca está tan lejos.
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.