El destino perfecto te espera en Asturias
Playas de ensueño, naturaleza en su más puro estado, gastronomía local, artesanía, acogedores alojamientos y una oferta de actividades inmejorable. ¿A qué esperas para descubrir lo que ofrece este paraíso?
En 1986 nació en Taramundi el hotel que, años más tarde, sería considerado el precursor del turismo rural. Construido entre la gran vegetación de un entorno espectacular, su fachada de madera y piedra llama al descanso y al disfrute en este maravilloso enclave. Lejos de sospecharse pionero de un movimiento que alcanzaría tal envergadura, el Hotel La Rectoral marcó el comienzo del turismo alternativo de naturaleza y descanso del que tanto disfrutamos cuando llega la hora de planificar unos días libres.
¿Quién no ha viajado alguna vez con la intención de degustar la gastronomía local, disfrutar de la naturaleza, conocer el estilo de vida de los lugareños, presenciar la labor de los artesanos y artistas, deleitarse con los músicos callejeros y, en definitiva, con la belleza y la cultura que vibra por los rincones de cada nuevo lugar?
Treinta y tres años después de que el primer hotel rural abriera sus puertas, Asturias continúa a la vanguardia, situada entre los destinos favoritos de aquellos que buscan disfrutar de un turismo alternativo que proporcioneuna inolvidable estancia lejos del sofocante calor y las masificaciones del verano. En oposición a los grandes complejos turísticos abarrotados que inundan nuestras costas, el modelo mayoritario de este paraíso de nuestro territorio, incluso en la costa, se basa en pequeños alojamientos y acogedores hoteles gestionados con mucho mimo.
Un clima a salvo de las olas de calor
Con una temperatura media de hasta 10 ºC menos que en el centro de la Península, las condiciones climáticas de Asturias son idóneas para realizar todo tipo de actividades a cualquier hora del día.
La orografía que da vida a su espectacular paisaje, lleno de valles, bosques, ríos y lagos, además de su cercanía al mar, hacen de este territorio un lugar perfecto para gozar de un verano fresco y un invierno suave. Sus noches frescas son a menudo otro de los puntos favoritos de los viajeros que acuden hasta este lugar para alejarse del calor sofocante.
Su climatología permite además practicar todo tipo de actividades, así como recorrer a cualquier hora del día las calles de algunos de sus enclaves con más encanto, como Taramundi, Sotres, Pola de Somiedo, San Juan de Beleño, y todo un sinfín de aldeas, pueblos y villas singulares y acogedoras.
Turismo sostenible con el encanto local de los pueblos marineros
A menudo de la mano de la sostenibilidad, el turismo rural favorece además actividades que fomentan el desarrollo local y se alejan de las masificaciones que generan un fuerte impacto medioambiental. Por ello, pocos destinos pueden regodearse así de conservar su encanto como lo mantiene este territorio del noroeste peninsular.
Más allá de su climatología y sus paisajes, Asturias ofrece un turismo personalizado, donde la estancia se convertirá en una experiencia muy singular al explorar cada uno de sus paraísos, tanto culturales como paisajísticos. Lejos de las vacaciones en lote, los días de descanso se convierten en una experiencia personalizada y moldeada al antojo de cada cual.
En total, son dieciocho los pueblos marineros que salpican la costa asturiana, ofreciendo a los viajeros explorar desde sus calles, sus cascos antiguos o restaurantes, hasta los acantilados, las villas de pescadores o las sidrerías de cocina marinera.
A pesar de las infinitas opciones que ofrece este entorno para disfrutar, también es uno de los destinos ideales para el llamado slow travel, un término que surgió como oposición a esa eterna lista de cosas que hacer con la que atropellamos nuestros días cuando viajamos.
Dejando a un lado la guía de viajes y el ansia por tachar actividades y lugares de la lista, Asturias es también el destino idóneo para aquellos que buscan, sencillamente, conocer tranquilamente un lugar nuevo, sus gentes y sus costumbres.
La costa mejor preservada de España
Más de doscientas playas se reparten a lo largo de la serpenteante costa asturiana, cuya privilegiada geografía nos regala a cada paso inmensas riberas con vistas a la montaña, cabos, miradores, villas marineras, lagos, pedreros, arenales o recónditas calas.
Cada uno de estos lugares tiene un encanto singular, donde cada viajero puede explorar a su gusto y disfrutar de su fascinante biodiversidad. Costas como la de Gijón, Llanes o Ribadesella han llevado al Principado a recibir de nuevo este año seis banderas de calidad, otorgadas por el Instituto para la Calidad Turística Española.
Este año, el litoral asturiano mantiene también sus doce banderas azules, y es que el recorrido de 345 kilómetros que perfila la Costa Verde puede presumir de ser uno de los paisajes más espectaculares de la geografía cantábrica.
Asturias cuenta además con un tercio de su territorio protegido, un ejemplo medioambiental que da vida a sus siete Reservas de la Biosfera declaradas por la Unesco. Junto a lugares tan emblemáticos como los Picos de Europa, el Parque Natural de las Fuentes del Narcea, el de Somiedo o el de Las Ubiñas-La Mesa, este territorio cuenta con casi setenta espacios protegidos para poder explorar la naturaleza más pura.
A cada paso, este pequeño edén nos demuestra que no hace falta embarcarse en un vuelo transoceánico para disfrutar de un auténtico paraíso para tus sentidos que siempre depara un imborrable recuerdo para aquellos que se adentran a explorarlo.
Este contenido ha sido ofrecido por nuestro patrocinador, Turismo Asturias. No necesariamente refleja los puntos de vista de National Geographic o su equipo editorial.