¿Perdurará la popularidad de los viajes virtuales cuando termine la pandemia?

El coronavirus ha cambiado nuestra forma de viajar y la realidad virtual nos ofrece una oportunidad agradable de «escapar» del confinamiento, pero ¿es solo una moda pasajera?

Por Angela Chen
Publicado 21 abr 2020, 15:01 CEST, Actualizado 22 abr 2021, 21:19 CEST
Costa de Tanzania

A través de la realidad virtual, los viajeros pueden «visitar» destinos lejanos, como la costa de Tanzania, con un mínimo impacto ambiental.

Fotografía de Ascape VR

Este 22 de abril, Día de la Tierra, las personas que suelen celebrarlo saliendo de casa podrían tener que recurrir a excursiones virtuales. Supondrá una oportunidad pertinente para experimentar con la tecnología que algunos expertos han presentado como solución respetuosa con el medioambiente.

Con casi un 90 por ciento del mundo con restricciones a los viajes, muchos aspirantes a aventureros recurren a la realidad virtual (RV) para ir a Machu Picchu o a las Galápagos. El potencial de que esta tecnología alivie la huella de carbono del turismo es evidente y así lo evidencian algunos de los beneficios ecológicos inesperados del confinamiento por el coronavirus, como un aire y un agua más limpios.

Aunque ha reducido la contaminación, la pandemia ha sido devastadora para el sector turístico. Pero ¿perdurará el interés por los viajes virtuales cuando pase la pandemia? ¿Y seguirá la tecnología de RV suscitando un interés creciente?

Más que un truco publicitario

Durante años, aerolíneas, agencias de viajes y juntas de turismo han usado la tecnología de realidad virtual para publicitar destinos a clientes en potencia. Ahora, «el impacto de la COVID-19 podría permitir [que la realidad virtual] se quite de encima la imagen de que no es más que un truco publicitario», afirma Ralph Hollister, analista turístico de Global Data y autor de un informe sobre la industria de los viajes por realidad virtual.

Las experiencias de viajes virtuales son cada vez más populares. Valeriy Kondruk, consejero delegado de la agencia de viajes por RV Ascape, cuenta que las descargas de su aplicación han aumentado un 60 por ciento desde diciembre (que normalmente es el mes con más actividad) y se han duplicado desde enero. Kondruk indica que la empresa ha suscitado el interés de muchos, desde educadores hasta trabajadores de residencias de ancianos, aunque las aerolíneas y las agencias de viajes que suelen obtener licencias de contenido de RV han pausado sus cuentas.

Machu Picchu

En destinos saturados como Machu Picchu, las experiencias de realidad virtual podrían ayudar a reducir las visitas y a aligerar la carga a la que está sometida la infraestructura del lugar.

Fotografía de Jonathan Irish, National Geographic Image Collection

 

Con todo, aún existe una brecha considerable entre el uso de la realidad virtual para «probar antes de visitar» y tratar la realidad virtual como si fuera el propio destino. Para empezar, la tecnología aún no está lista. Los vídeos de realidad virtual en 360 grados suelen verse con un casco (como Oculus Rift) o una aplicación (como Google Cardboard). Los cascos son caros, pesados, pueden provocar náuseas y es incómodo llevarlos durante más de media hora. Según Hollister, las aplicaciones no tienen ninguno de estos problemas, pero no son tan impresionantes.

Las sensaciones limitadas son otro obstáculo. Los vídeos se centran en el oído y la vista, pero no se puede hacer mucho respecto al olfato, el tacto o el gusto, y las experiencias de RV suelen durar solo unos pocos minutos, que ni de lejos equivale a unas vacaciones de dos semanas en la playa. Samuel Greengard, autor de Virtual Reality, explica que algunos investigadores están trabajando en funciones de la RV más inmersivas, como trajes hápticos. Sin embargo, aunque crear un traje completo con experiencias sensoriales mejoradas puede hacer que un vídeo del Amazonas o la Antártida sea más realista, no llena las necesidades que nos empujan a viajar.

Instinto itinerante

Los turistas no son lugareños y no viajan por negocios. Los turistas no suelen ir tan encaminados a la hora de explorar, sino que se concentran más en nuevas experiencias y descubrimientos. «Esto no puede recrearse con la realidad virtual», afirma Erick Ramirez, filósofo de la Universidad de Santa Clara que estudia la RV.

Compara el futuro del viaje virtual con un experimento mental clásico. Imagina que puedes conectarte a una «máquina de experiencias» y sencillamente sentirte feliz de por vida. El filósofo Robert Nozick, que desarrolló el experimento, «cree que nadie querría conectarse a un dispositivo como ese», afirma Ramirez. «Yo creo que hay algunos tipos de experiencias turísticas cuyo valor yace en hacerlas, no en ver y escuchar, y sería difícil que la RV las replicara».

No solo queremos hacer cosas, queremos hacer las que decidimos hacer. A un nivel básico, el viaje virtual se construye y se nos da, solo vemos un mundo en la medida en que alguien ha podido grabarlo y diseñarlo. En palabras de Ramirez, es «la excursión guiada más autoritaria que existe».

más popular

    ver más
    Sevilla

    La realidad virtual solo se llega hasta donde se haya diseñado. En una experiencia virtual, no puedes decidir desviarte por una callejuela y descubrir un café encantador, a no ser que esas opciones ya se hayan programado.

    Fotografía de Sylvain Sonnet, Getty Images

    Alguien que viaja a la India en la realidad puede decidir a dónde ir y qué ver. Puede sorprenderse con lo que descubre. Alguien que viaja a la India en un vídeo quizá nunca vea todos los aspectos que oculta esa empresa de producción de RV para crear una experiencia más agradable. «Una excursión diseñada por Elon Musk, por elegir a alguien, sería muy distinta a la que podría diseñar un indio de clase trabajadora que vive en la India», afirma Ramirez. «Es importante tener eso en mente al adentrarnos en estas experiencias turísticas de RV».

    Por mi parte, yo viví un viaje en RV en 2015 usando un Oculus para una demo de una visita corta a la costa norte de Vancouver, en la Columbia Británica. La demo era preciosa y se parecía mucho al lugar real, que visité cuatro años después. Sin embargo, en otros sentidos no había comparación. Parte de la diferencia era sensorial: sentía el aire frío sobre la piel y podía tocar el agua. Pero gran parte de la diferencia yacía la especificidad de mi propia visita real. En persona, la experiencia solo me ocurría a mí, ejercía un control total sobre lo que podía ver y oír y, si quería, podía ver y elegir otra cosa.

    Un rayo de luz verde

    Chauvet-Pont-d’Arc

    Chauvet-Pont-d’Arc, una cueva paleolítica con pinturas rupestres en el sur de Francia, es demasiado vulnerable para visitarla en persona. Una réplica cercana permite que los turistas observen copias de las pinturas de una forma que presagia el potencial de las experiencias de viaje virtual.

    Fotografía de Idealink Photography, Alamy Stock Photo

    Puede que la realidad virtual no llegue a remplazar los viajes tradicionales, pero sigue ofreciendo posibilidades intrigantes. Si la tecnología se sofistica lo suficiente, las personas que quieren ser más respetuosas con el medio ambiente (sobre todo quienes queremos reducir nuestra huella de carbono o las personas sensibles a la vergüenza de volar o flygskam) podrían optar por este tipo de escapada. El viaje virtual lleva algunas partes del mundo a las personas que no son físicamente capaces de visitar determinados lugares. Y sobre todo, podría llevar a la gente a lugares que son inaccesibles de cualquier otro modo.

    En el sur de Francia, por ejemplo, se encuentran unas de las pinturas rupestres más antiguas que se conocen, pero están cerradas al público porque estas obras paleolíticas son demasiado delicadas. Con todo, a solo seis kilómetros del original se expone una réplica completa. Ramirez sugiere que la realidad virtual podría aplicarse de forma similar (e incluso de forma más accesible) a lugares de todo el mundo. Hollister, de Global Data, coincide en que la RV puede desempeñar un papel único a la hora de recrear puntos de interés histórico. Y Kondruk, el consejero delegado de Ascape, afirma que su empresa ha estado colaborando con Vietravel, una importante agencia de viajes vietnamita, para recrear zonas del país donde el gobierno ha limitado el turismo.

    En última instancia, las repercusiones de la realidad virtual en los viajes se verán determinadas por la evolución y la aplicación de las nuevas tecnologías. Hasta la fecha, los avances han sido graduales y no se han producido a una escala suficiente como para trastocar el sector turístico ni contribuir a un descenso de las emisiones de carbono vinculadas a los viajes tras el fin de la pandemia. Con todo, del mismo modo que las plataformas de viaje tanto en versión impresa como en redes sociales ofrecen algunos de los descubrimientos de la exploración real, la realidad virtual podría acercar lugares lejanos y al hacerlo instar a los viajeros a que adopten prácticas sostenibles allí donde decidan ir (o no ir) en el futuro.

    Escala secuoyas gigantescas en 360°
    Trepa a los árboles más grandes de la Tierra con este vídeo de realidad virtual de National Geographic. En los Parques Nacionales de Kings Canyon y de Sequoia, un equipo de científicos estudia cómo reaccionan estos árboles de 3.000 años al cambio climático. Es un viaje espectacular que debes ver para creer. Producido por BLACK DOT FILMS VR para National Geographic Partners. © 2016 National Geographic Partners, LLC. Todos los derechos reservados.
    Angela Chen es periodista y autora de Ace: What Asexuality Reveals About Desire, Society, and the Meaning of Sex, disponible a partir de septiembre de 2020.
    Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.
    Northwell Health Labs

    más popular

      ver más
      loading

      Descubre Nat Geo

      • Animales
      • Medio ambiente
      • Historia
      • Ciencia
      • Viajes y aventuras
      • Fotografía
      • Espacio

      Sobre nosotros

      Suscripción

      • Revista NatGeo
      • Revista NatGeo Kids
      • Disney+

      Síguenos

      Copyright © 1996-2015 National Geographic Society. Copyright © 2015-2024 National Geographic Partners, LLC. All rights reserved