Por qué los paseos bajo las estrellas son la actividad al aire libre que necesitamos ahora mismo
Al caminar de noche, los amantes de la naturaleza adquieren nuevas perspectivas al mismo tiempo que se alejan de las multitudes.
Un guía del parque nacional Grasslands, una reserva de cielo oscuro en Saskatchewan, Canadá, observa la Vía Láctea.
La fotógrafa Rebecca Douglas siempre se ha sentido fascinada por el firmamento. Su amor por las estrellas ha empujado a esta residente del Reino Unido a viajar a Islandia o al Ártico para recorrer senderos oscuros e inmortalizar planetas y constelaciones centelleantes en sus imágenes.
Para amantes de la naturaleza como Douglas, los paseos bajo las estrellas son un antídoto muy necesario en tiempos de pandemia. Visitando colinas y valles tras la puesta de sol, los entusiastas de las actividades al aire libre no solo disfrutan de los beneficios para la salud de la naturaleza, sino que también encuentran senderos vacíos bajo un firmamento infinito.
Practicar senderismo por la noche no es raro. Mucha gente camina cuando anochece para llegar a sus campamentos u observar el amanecer desde la cima de una montaña. Los paseos bajo las estrellas van un paso más allá, mezclando el senderismo y la astronomía. En lugar de visitar un observatorio o colocar un telescopio en el jardín, los paseos bajo las estrellas te llevan en un breve viaje para contemplar los astros desde distintos puntos de vista.
Una pareja joven recorre un sendero rocoso en el parque del glaciar Val Senales, en Tirol del Sur, Italia.
Esta es la ocasión perfecta para caminar después del crepúsculo. El 20 de marzo es el equinoccio vernal, el primer día de primavera en el hemisferio norte, cuando el día y la noche tendrán una duración casi igual. Después, las noches se acortarán a medida que nos acerquemos al verano.
¿Por qué pasear bajo las estrellas?
Los paseos bajo las estrellas suelen ser mucho más dinámicos que la astronomía tradicional, ya que puedes estar en la ladera de una montaña con la silueta del paisaje enmarcando la Luna o a orillas de un lago oscuro cuya superficie refleja las estrellas.
«[Un observatorio] no sustituye una caminata por un paisaje rural bajo un manto de estrellas», afirma Gary Lintern de Stargazing Nights, en Durham, Inglaterra, que organiza excursiones guiadas de senderismo nocturno. «Es una experiencia mágica y disfruto compartiéndola, sobre todo en uno de mis lugares favoritos, como la cascada de High Force», la catarata más grande de Inglaterra, en Teesdale.
Es más, pasear bajo las estrellas es ventajoso. Hay muchos estudios que demuestran los beneficios de la naturaleza para la salud. Pasar al menos dos horas a la semana al aire libre, sobre todo en actividades de «atención fácil», puede reducir la tensión, el pulso y los niveles de estrés.
Pasear de noche tiene el beneficio añadido de mejorar el sueño, que es importante para la salud general, explica Christina Pierpaoli Parker, investigadora de conducta del sueño en la Universidad de Alabama.
Parker afirma que los paseos bajo las estrellas influyen en dos procesos fisiológicos que determinan la calidad de sueño. «El movimiento y el ejercicio, como los relajantes paseos bajo las estrellas, pueden mejorar el sueño al actuar en la homeostasis del sueño», que influye en la presión para dormirse, señala. Asimismo, los paseos vespertinos pueden contrarrestar los efectos disruptivos del aumento del tiempo que pasamos frente a las pantallas en el sistema circadiano, que regula el ciclo de sueño del cuerpo.
Adéntrate en la noche
Entonces ¿cómo puede comenzar un aspirante a paseante bajo las estrellas? Solo se necesita un buen par de botas.
«Aunque los telescopios y los prismáticos tienen sus usos, obviamente, siempre recomiendo a la gente que empiece observando las estrellas con sus propios ojos», dice Lintern. «Cuando nos centramos en algo pequeño [como los prismáticos], es una mentalidad totalmente distinta comparada con solo abrirnos y perdernos en la infinidad del espacio y permitir que nuestras mentes se dejen llevar».
Lintern recomienda leer acerca del cielo nocturno antes de salir. Hay aplicaciones para móviles gratuitas, como Star Walk 2, que ayudan a identificar cuerpos celestes y son fáciles de usar: solo hay que apuntar al cielo con el móvil para revelar un mapa. Páginas web como Sky & Telescope y Space Place, de la NASA, explican los aspectos básicos, describen en detalle las constelaciones y ofrecen consejos sobre equipo y material. Space publica noticias mensuales sobre la observación de estrellas, de forma que puedes planificar los paseos cuando haya fenómenos como lluvias de meteoros.
Una vez te familiarices con lo que buscas, visita la Asociación Internacional de Cielo Oscuro (IDSA, por sus siglas en inglés) para obtener una lista de sitios a los que ir. Desde el 2001, la IDSA ha estado trabajando con lugares de todo el mundo para luchar contra la contaminación lumínica, que está empeorando.
Los lugares mencionados en su página web se clasifican en cinco categorías: comunidades, parques, reservas, santuarios y lugares urbanos de cielo nocturno. Los santuarios —los más remotos— tienen menos contaminación lumínica, lo que se traduce en vistas más claras. Pero es más fácil llegar a las comunidades, los parques y los lugares urbanos y pueden ser mejores para los principiantes.
En el Reino Unido, los lugares de observación de estrellas incluyen Yorkshire Dales y sus colinas onduladas. Para encontrar uno de los lugares más oscuros del Reino Unido, ve al Scottish Dark Sky Observatory. Las montañas que rodean el observatorio escocés, ubicado en el extremo norte del lago Doon, enmarcan una imagen mágica de los cielos.
La Vía Láctea sobre el histórico viaducto de Ribblehead en Yorkshire Norte, Inglaterra.
En Estados Unidos, los parques nacionales son una opción ideal para senderistas nocturnos inexpertos. Muchos ofrecen excursiones guiadas que explican por qué es importante proteger los cielos nocturnos. Los principiantes pueden probar el parque nacional de los Glaciares, en Montana; aquí, las escarpadas Rocosas son un telón de fondo icónico para las vistas del crepúsculo.
Aunque normalmente está abarrotado durante el día, Big Bend, en el sudoeste de Texas, y el Gran Cañón, en Arizona, son perfectos para el senderismo nocturno: ambos son Parques Internacionales de Cielo Oscuro.
La Reserva Internacional de Cielo Oscuro Sangre de Cristo, en Colorado, es el lugar definitivo para estirar las piernas. Con más de 7700 kilómetros cuadrados, la reserva aspira a convertirse en la zona de cielos oscuros más grande del mundo.
Si los parques nacionales y otras zonas de cielos oscuros están fuera de tu alcance, visita las páginas web de los clubes de astronomía y los observatorios locales, que suelen ofrecer sesiones guiadas. Páginas como la de la Unión Astronómica Internacional suelen ser útiles para encontrar recursos por zonas. Los coordinadores nacionales de la unión pueden ofrecer detalles sobre programas en regiones específicas de todo el mundo.
Vayas solo o en grupo, lo más importante es la seguridad. Además de lo obvio (lleva linterna y agua, ponte la mascarilla y mantén dos metros de distancia si vas acompañado), el guía Dafydd Wyn Morgan, de Cambrian Mountains Initiative, recomienda pasear por senderos por los que ya hayas caminado de día. También sugiere ir acompañado de al menos un compañero e informar a alguien de los detalles de tu caminata.
Al fin y al cabo, el mejor consejo es ir despacio y disfrutar del trayecto.
«Con todo el caos que ocurre a nuestro alrededor y lo desconcertante que es, la única constante ha sido el cielo nocturno», explica Douglas, que ha explorado lugares populares como los acantilados de Ramsgate, en Kent, mucho después de que las multitudes de visitantes se fueran a casa. «Pasear es una forma muy consciente de mirar hacia arriba y acordarnos de que, aunque todo parece muy diferente, algunas cosas siguen igual».
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Rachael Davies es una escritora de viajes y periodista de Edimburgo que se centra en destinos del norte de Europa. Síguela en Twitter e Instagram.
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.