¿Por qué es tan venerada Sara Kali, la patrona de los desplazados?
¿Es la hija secreta de Jesús o una diosa hindú? Esta enigmática figura, también conocida como Sara la Negra y Sara del Mar, inspira miles de peregrinaciones en el sur de Francia.
Una peregrina romaní reza a la patrona Sara en la iglesia de Saintes-Marie-de-la-Mer en 2012. A pesar de no estar reconocida por la Iglesia católica, esta Virgen Negra es venerada por millones de romaníes en todo el mundo.
Enigmática y no oficial, Santa Sara es importante para millones de personas por muchos motivos. Para los teólogos cristianos, es la "Sara Negra", una sierva egipcia de María Magdalena y otros cristianos que huyeron a Francia tras la muerte de Jesús. Los seguidores del Código Da Vinci de Dan Brown creen que era la hija secreta de Jesús, escondida de los patriarcas por su seguridad. Para los historiadores religiosos, esta "Virgen Negra" es una manifestación moderna de la diosa hindú Kali, una feroz guerrera de la creación y la destrucción.
Sin embargo, para los romaníes que peregrinan para verla, es Sara Kali. Gran parte del mundo reconocerá a los romaníes por el calificativo de "gitanos". En muchos países, se trata de una voz con tintes despectivo, pero en España son muchas la asociaciones romanís que la usan. La palabra gitanos en inglés, gypsies, evoca escenas de nómadas eternos por voluntad, adivinos hechiceros y caravanas que desaparecen con bienes robados.
Desde que en el siglo XI abandonaron su hogar (asolado por la guerra) en la India, los gitanos no fueron bien recibidos allá donde fueron. Durante los siguientes 1000 años de violenta persecución, su patrona, Santa Sara, ha proporcionado esperanza e identidad a los más de 12 millones de miembros de la diáspora romaní en todo el mundo.
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Cada año, miles de romaníes peregrinan a Saintes-Maries-de-la-Mer (Francia) para honrar a Santa Sara.
Los vaqueros de Camarga, montados en los tradicionales caballos blancos, esperan la procesión de Santa Sara en mayo de 2016.
Cada año, a finales de mayo, Sara Kali también proporciona a los romanís desplazados un destino marcado en el mapa. Más de 10 000 gitanos suelen viajar a Saintes-Maries-de-la-Mer, un pequeño pueblo rodeado de marismas llenas de flamencos y salinas rosas en la región francesa de Camarga. Aquí, donde se cree que Sara llegó a la costa con refugiados cristianos, su celebración, de una semana de duración, culmina con la procesión de una estatua de madera de la santa por el Mediterráneo.
"Sara es una mezcla de diferentes tradiciones: Kali y las Madonas Negras", dice Malgorzata Oleszkiewicz-Peralba, profesora de idiomas de la Universidad de Texas en Estados Unidos y autora de The Black Madonna in Latin America and Europe. "Todo el mundo encuentra en ella lo que necesita".
Desde su cripta en la Camarga francesa hasta galerías y teatros de toda Europa, he aquí cómo seguir el camino de los romaníes y encontrar a Sara Kali.
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Los fieles se cogen de la mano y rezan durante la peregrinación anual a Saintes-Maries-de-la-Mer
Los peregrinos romaníes llevan una estatua de Sara-la-Kali y otros iconos devocionales al mar para recibir una bendición. Esta procesión anual simboliza la espera y la acogida de las Santas María Jacobea y María Salomé, homónimas de la ciudad.
Refugiados durante siglos
Aunque las historias sobre el origen de los romaníes son tan variadas como la de Sara, los estudiosos coinciden en que proceden de la India. La lengua romaní tiene múltiples vínculos con el sánscrito. Los romaníes tienen perfiles genéticos similares a los de grupos étnicos del noroeste de la India y la actual Pakistán, sobre todo los grupos punjabi, meghawal, gujarati, bhil, jain, gond, kharia y satnami. También comparten muchas normas culturales, como la escala musical bhairava, el tribunal judicial panchayat, la lucha pilivani engrasada y la inmersión en el agua de la figura de una diosa sagrada.
Se cree que huyeron de la India durante las invasiones otomanas que comenzaron en el siglo XI, y en los siglos siguientes se extendieron por Oriente Próximo y Europa. Fueron estereotipados como forasteros, infieles y nómadas ladrones, y se les persiguió violentamente. La esclavitud de los romaníes fue generalizada en toda Europa y en muchas colonias. Y las políticas discriminatorias siguen siendo problemáticas en toda la Europa moderna.
Otro acontecimiento trágico que unió a los diversos romaníes fue el Holocausto, conocido en la lengua romaní como O Baro Porrajmos, "Gran Devorador". El partido nazi asesinó a más de la mitad de los gitanos de la Europa ocupada.
Hoy los romaníes constituyen una diáspora mundial. Ian Hancock, profesor y autor de We Are the Romani People, calcula que hasta un tercio de los millones de romaníes viven fuera de Europa, incluida la emigración a Norteamérica, Sudamérica y Australia tras la caída del comunismo. En España hay entre 700 000 y 750 000 gitanos y, según Acción contra el hambre, "España es el país de la Unión Europea que alberga al mayor número de personas de esta minoría étnica que supone un 1,17% del total de la población de la nación".
Los visitantes de la cripta de Santa Sara en Saintes-Maries-de-la-Mer elevan velas encendidas en el interior de la iglesia para honrarla el 25 de mayo de 2005.
Un símbolo de esperanza para los oprimidos
El culto a Sara Kali es a la vez antiguo y moderno. Se la sumerge en el agua como se hace cada año con Kali en la India. Sin embargo, tiene el aspecto de una Madonna cristiana y adorna el arte pop. Oleszkiewicz-Peralba ve estas figuras femeninas maternales en todo el mundo. En su cripta parecida a un útero, Sara comparte rasgos con otras Madonas Negras divinas de Latinoamérica, el Caribe, África y Europa del Este que cautivan el corazón de la gente.
"Las Madonas Negras son demonizadas y combatidas en muchos lugares", dice Oleszkiewicz-Peralba. "Pero a ellas acude la gente, sobre todo los marginados que no confían en un intermediario como un sacerdote".
No reconocida por el catolicismo y venerada por personas desplazadas, Santa Sara no tiene otro espacio físico de culto y es tolerada en la iglesia de Francia debido a su popularidad. Sin embargo, Anna Mirga-Kruszelnicka, subdirectora del Instituto Europeo Gitano para las Artes y la Cultura (ERIAC), está de acuerdo en que Sara es un símbolo romaní venerado más allá del culto católico tradicional.
Pastores locales a caballo conducen la procesión de Santa Sara Kali hasta el mar.
"Sara es una mujer poderosa, un símbolo de feminidad y fertilidad, y una protectora que realmente cuida de los más oprimidos, los marginados, los que están en la periferia", dice Mirga-Kruszelnicka. "Es el arquetipo de la mujer romaní".
El simbolismo de Sara Kali en el activismo y el feminismo gitanos se manifiesta en el arte. La compañía de teatro romaní feminista Guivlipen de Mihaela Dragan, en Bucarest (Rumanía), y el espectáculo Bibi Sara Kali de Simonida Selimovic, en Viena (Austria), se inspiran en Sara. Una de las obras más famosas del artista finlandés-romaní Kiba Lumberg es Black Saara, que representa a Sara como una mujer gitana moderna que abraza el mundo.
La presencia de la patrona también se deja sentir en Barvalo, la gran exposición del Museo de Civilizaciones Europeas y Mediterráneas de Marsella (Francia). La muestra cultural dirigida por gitanos estará abierta hasta el 4 de septiembre, y cuenta con miles de visitantes diarios.
"Queremos que la cultura gitana se descubra, se vea y, sobre todo, se respete", afirma Mirga-Kruszelnicka.
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Peregrinos encienden velas de ofrenda a Santa Sara en su cripta de la iglesia de Saintes-Maries-de-la-Mer.
Cómo vivir Sara Kali
El calor de las velas del ofertorio envuelve la entrada de la cripta de Sara-la-Kali en Saintes-Maries-de-la-Mer. Una estatua de madera de Sara se yergue, cubierta hasta los labios con capas de vibrantes vestidos traídos por los fieles de este año. Los fieles romaníes le acarician las mejillas y el corazón, le besan la cara y le tocan los pies y las piernas mientras murmuran oraciones privadas y se hacen fotos con ella.
"Aquí [en la cripta] es muy personal, una conexión íntima con la santa", dice Oleszkiewicz-Peralba.
La primera mención de los gitanos aquí data de 1438, pero esta procesión romaní comenzó en 1935. Aunque un trío de santas cristianas desplazadas llamadas Marie dio nombre a la ciudad costera, la leyenda y la imagen de Santa Sara siguen siendo populares y prevalentes.
Una semana antes, los campistas llenan los áridos terrenos que rodean esta ciudad encalada. Gente de todo el mundo se une a los romaníes el 24 de mayo para la última de las peregrinaciones. Mientras los vaqueros de la Camarga llevan a Santa Sara al agua en sus tradicionales caballos blancos, la multitud la sigue hasta las olas cantando y riendo.
"Hay muy pocas ocasiones como ésta en el mundo, donde gitanos de todas partes vienen a celebrarlo, se sienten orgullosos y se sienten poderosos y con el control", dice Mirga-Kruszelnicka. "Aquí somos los protagonistas".
Rebecca Toy es una escritora afincada en Kansas City que cubre temas de viajes, historia y cultura. Puedes encontrarla en Instagram y Twitter.
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.