Geolocalizar nuestras fotos en redes sociales puede ser una idea terrible, pero también maravillosa
El geoetiquetado no goza de muy buena fama debido a su potencial capacidad para provocar masificaciones turísticas. Pero etiquetar lugares puede contribuir a que los viajes sean más inclusivos, accesibles y respetuosos con el medio ambiente.
Un visitante fotografía un oso pardo en el Parque Nacional Katmai de Alaska. El geoetiquetado por parte de los viajeros a veces puede ser beneficioso para la fauna, sobre todo cuando se utiliza para proyectos de ciencia ciudadana.
Desde la llegada de las redes sociales, la publicación de imágenes geolocalizadas a Instagram, TikTok, Facebook o X (antes Twitter), se ha convertido en casi la norma para la mayoría de turistas de todo el mundo.
El geoetiquetado de destinos (es decir, la publicación de las coordenadas GPS del lugar visitado) siempre ha sido muy criticado por ser una actividad que fomenta el turismo excesivo. No obstante, no todo es negativo: ahora el geoetiquetado se está usando también para ayudar a viajeros con discapacidad, para contribuir a la conservación de la fauna o incluso mostrar la historia negra olvidada.
Esto les permite documentar sus viajes, pero también puede desencadenar una avalancha de visitantes a lugares muy geoetiquetados, como Horseshoe Bend, en Arizona (Estados Unidos), que se ha convertido en un lugar cada vez más contaminado. Por otro lado, según los expertos en turismo, el geoetiquetado se utiliza cada vez más de forma positiva, ayudando a resolver problemas medioambientales y sociales, e incluso la masificación.
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Nuevas ventajas del geoetiquetado
Ayudar a los turistas con discapacidad es una de las muchas ventajas del geoetiquetado, según Ulrich Gunter, catedrático de Economía del Turismo de la Universidad Modul de Viena (Austria). Google Maps tiene una función que muestra rutas accesibles en silla de ruedas por muchas de las principales ciudades del mundo, basándose en el geoetiquetado de rampas, ascensores y aparcamientos accesibles.
La aplicación Wheelmap también utiliza el geoetiquetado para mostrar a sus usuarios más de un millón de restaurantes, bares, tiendas, aseos, paradas de autobús, museos y cines accesibles en decenas de países. Los turistas con problemas de visión, por su parte, pueden utilizar Blindsquare, que se combina con aplicaciones GPS para ofrecer explicaciones sonoras de las atracciones cercanas.
Según Gunter, los datos del geoetiquetado también ayudan a combatir el turismo excesivo. Permite a las aplicaciones de mapas informar a los usuarios de las horas más concurridas del día en una atracción, como la emblemática Torre Eiffel de París, para que puedan evitar las aglomeraciones. Algunas organizaciones turísticas utilizan estos datos para, a través de sus propias aplicaciones, alejar a los turistas de los lugares más concurridos y dirigirlos a atracciones cercanas más tranquilas.
Cómo el geoetiquetado puede fomentar el turismo excesivo
Al mismo tiempo, los turistas pueden perjudicar a un destino si lo geoetiquetan, advierte Greg Richards, profesor de creación de lugares y eventos en la Universidad de Tilburg (Países Bajos). Ámsterdam está sufriendo una plaga conocida como "cola de TikTok", en la que los turistas se agolpan en los mismos restaurantes o cafés geoetiquetados que son tendencia en las redes sociales para grabar vídeos similares y publicarlos en Internet.
Las colas de TikTok causan conmoción, aglomeraciones y basura, explica Richards. Algunos locales están tan saturados, como el restaurante Fabel Fries de Ámsterdam, que ahora tienen dos colas, una para los clientes normales y otra para los creadores de contenidos.
El geoetiquetado también puede perjudicar a lugares naturales, como el Parque Nacional Kruger de Sudáfrica, donde los cazadores furtivos rastrearon animales en peligro de extinción a través de las redes sociales. Estos lugares tan geolocalizados suelen sufrir "erosión del suelo, destrucción del hábitat y agotamiento de la flora y fauna locales debido a las actividades incontroladas de los visitantes", afirma Natalia Bayona, directora ejecutiva de la Organización Mundial del Turismo (OMT).
Proteger el medio ambiente mediante el geoetiquetado
Afortunadamente, el geoetiquetado por parte de los viajeros puede tener beneficios para los destinos naturales, añade Bayona. Esta tecnología está siendo utilizada por los turistas para ayudar a proyectos de ciencia ciudadana, como el seguimiento de la vida salvaje y la vigilancia del medio ambiente.
"Compartiendo la ubicación de la flora y la fauna, o informando de casos de basura y contaminación, los turistas pueden ayudar a las autoridades locales y a los conservacionistas a comprender mejor las tendencias y los retos ecológicos", afirma. "Este enfoque de base no sólo empodera a los viajeros dándoles un sentido de agencia en la preservación de los destinos que aman, sino que también fomenta una conexión más profunda entre los turistas y el medio ambiente local".
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La combinación de geoetiquetado y realidad aumentada
El geoetiquetado también está ayudando a causas sociales nobles, sobre todo gracias a su creciente uso en combinación con la tecnología de realidad aumentada (RA), afirma Bayona. Las aplicaciones de RA, como Google Lens, superponen imágenes digitales e información al entorno del usuario. Mientras exploran un lugar, el GPS de su teléfono rastrea sus movimientos y la aplicación de RA les avisa de los puntos de interés cercanos.
Un ejemplo inspirador es la aplicación Mapping Blackness, que se lanzará próximamente y que utilizará el geoetiquetado para guiar a los usuarios a lugares históricos de comunidades negras olvidadas de Estados Unidos. Esta aplicación también utilizará realidad aumentada, documentales, representaciones en 3D e imágenes de realidad virtual de 360 grados para contar las historias de esas comunidades, como la del barrio de Okemah en Phoenix (Arizona), fundado por emigrantes negros en 1927. Mapping Blackness fue creado por Carla LynDale Bishop, profesora adjunta de producción de cine y medios de comunicación de la Universidad Estatal de Arizona.
El geoetiquetado ha evolucionado mucho más allá del simple acto de registrar un restaurante, museo o lugar de interés en las redes sociales. Lo que empezó como una novedad y luego se convirtió en una especie de maldición, ahora está empezando a ofrecer bendiciones.
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.