Un buque hundido se desplaza hacia el borde de las Cataratas del Niágara tras más de un siglo varado
Tras 101 años encallado en el río Niágara, las condiciones climáticas y los fuertes vientos han desplazado al Iron Scow hacia el borde de las cataratas.
El 6 de agosto de 1918, una parte del Iron Scow se desprendió de su remolcador y fue a parar a unos 1’6 kilómetros río arriba con dos hombres a bordo, Gustav F. Lofberg y James H. Harris. El barco quedó encallado en los rápidos debido a su escasa profundidad, a solo 600 metros del borde de las cataratas Horseshoe.
Más de cien años después, este buque hundido, icono de las cataratas del Niágara, se ha desplazado debido a las fuertes condiciones climatológicas sufridas durante la semana pasada. A pesar de que aún se encuentra alojado en los poderosos rápidos de la parte superior del río Niágara, el futuro del legendario Iron Scow sigue siendo incierto.
El desprendimiento del buque y su entrada en la fuerte corriente del río dio lugar a uno de los esfuerzos de rescate más dramáticos de la historia del río Niágara. A bordo del barco se encontraban Gustav Lofberg, de 51 años, y James Harris, de 53 años.
Comienza el difícil rescate de los tripulantes
La rápida reacción de Harris y Lofberg al abrir los portones de carga para que el buque se inundase y el peso del agua frenase su imparable marcha hacia el borde de las cataratas provocó que el buque quedase encallado en el fondo, a unos 600 metros del borde, y proporcionó un margen para el rescate.
En aquel momento, la Guardia Costera de los Estados Unidos disparó una línea desde el techo de una central eléctrica cercana hasta el buque varado. “Harris y Lofberg ataron esta cuerda ligera a un molinete crudo que habían construido. Luego se ató una cuerda más pesada a la cuerda de salvamento”, afirma Niagara Parks en un comunicado.
A las 21:30 de esa noche se colocó una lona suspendida de una polea para que los tripulantes lograsen llegar a través de ella hasta la central eléctrica con la ayuda de los bomberos y la policía de las cataratas del Niágara. Sin embargo, a medio camino, la polea se detuvo provocando que los tripulantes quedasen colgados sobre la fuerte corriente debido a un enredo en las cuerdas.
No fue hasta primera hora de la mañana cuando William "Red" Hill Sr. ofreció salir y solucionar el problema de las cuerdas. “Residente de las cataratas del Niágara, Ontario, Hill fue el hombre de río más conocedor de Niagara y un héroe reconocido que había regresado recientemente a casa después de haber sido herido y gaseado en Francia mientras servía en la Primera Guerra Mundial”, explica el comunicado.
Tras desenredar la cuerda y lograr rescatar a los dos tripulantes, se planteó una operación de recuperación del Iron Scow que finalmente no se consideró factible. Hasta ahora, el buque había continuado inmóvil sobre su percha rocosa durante más de cien años.
Ahora el personal del parque continúa monitorizando la situación con el sistema de información geográfica (GIS) para evaluar con exactitud cuánto se movió desde su ubicación anterior y vigilar cualquier cambio adicional.