El cannabis o marihuana es una droga derivada de ciertas cepas de la planta Cannabis sativa. Sus flores y hojas contienen compuestos químicos llamados cannabinoides que producen sus efectos psicotrópicos. Los provoca principalmente el cannabinoide llamado tetrahidrocannabinol o THC. Cuando el THC del cannabis se ingiere o se inhala, sobrepasa los niveles naturales de THC del cuerpo en los sistemas cardiovascular y nervioso central. En el cerebro, el THC se fija a las neuronas que transmiten información mediante sustancias químicas denominadas neurotransmisores. El THC disminuye la cantidad de neurotransmisores que producen las neuronas y reduce la cantidad de información transmitida. Provoca efectos psicoactivos como falta de coordinación, pérdida de memoria, alucinaciones y aumento del apetito.
Por algunos de sus efectos psicoactivos el cannabis se ha usado con fines médicos durante miles de años. En torno al siglo XX, se volvió más accesible y se consumió más con fines recreativos. Para finales de los 60, el consumo y la posesión de cannabis se ilegalizó en muchos países por el debate acerca de los efectos de la droga. Sus oponentes sostienen que los peligros del cannabis incluyen que induce ataques al corazón, reduce la concentración de esperma y retrasa el desarrollo cerebral, sobre todo en adolescentes. Sus defensores, sobre todo de la marihuana medicinal, citan beneficios como que trata ataques cerebrovasculares, alivia el dolor crónico y previene las náuseas causadas por la quimioterapia.
Debido a los costes y beneficios del cannabis, muchos países siguen decidiendo la mejor forma de enfocar y regular esta sustancia polémica.