Tras años de guerra y violencia, esta mujer colombiana aún no puede volver a casa
Este país sudamericano tiene más desplazados internos que cualquier otro país afectado por la guerra en el mundo.
La investidura del nuevo presidente colombiano, Iván Duque, es motivo de celebración para quienes apoyan a los políticos conservadores del país y de preocupación entre otros, incluidos aquellos que se han visto desplazados de sus hogares durante años de conflicto nacional.
Hace dos años, el país por fin concluyó una guerra de 52 años entre el gobierno colombiano y el grupo guerrillero de extrema izquierda Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, o FARC. Los enfrentamientos provocaron el desplazamiento interno de unas siete millones de personas. María de los Santos Cáceres fue una de ellas.
María se vio obligada a huir con su familia de su hogar, La Bonga, bajo amenaza de ser decapitada. Las fuerzas paramilitares, que sospechaban que ella y otros aldeanos formaban parte de las FARC, fueron de casa en casa, obligando a la gente a marcharse. Los aldeanos, que afirman haber sido falsamente acusados, se mudaron a la ciudad cercana de San Pablo. Allí, se enfrentaron al hambre, la pobreza y un futuro incierto.
Ahora, María y su marido pasan su tiempo entre la ciudad y La Bonga, aunque en su casa no queda mucho. Es la única mujer que ha regresado a su aldea en casi 20 años y dice que allí era feliz, incluso sin comodidades modernas como electricidad y televisión. Al igual que muchos desplazados colombianos, ella y otros aldeanos miran al futuro con temor, preguntándose dónde vivirán y si alguna vez volverán a sus casas de La Bonga.
Durante algún tiempo, María y su familia esperaban poder regresar. Un referéndum en octubre de 2016 permitió a los colombianos votar acerca de un acuerdo de paz que dio a las FARC representación política, permitiéndoles tener 10 de 268 escaños en el Congreso de Colombia. Inicialmente, los votantes rechazaron el referéndum, pero el gobierno hizo cambios y lo llevó al Congreso, pasando por alto otra votación popular para convertirlo en ley.
Aunque el expresidente Juan Manuel Santos mantuvo un periodo de relativa estabilidad en el país y negoció el acuerdo de paz que puso fin a medio siglo de guerra, Duque ha dicho que cambiará el acuerdo. Sin embargo, durante las elecciones, garantizó a los votantes que no «lo hará pedazos», como querían hacer algunos de sus colegas políticos.
Ahora Duque tiene que hacer frente al legado de la guerra del país y su necesaria reconstrucción, que incluye proporcionar ayuda y apoyo a los desplazados durante el conflicto.
«Quiero paz para el futuro de Colombia», dice María. «Sueño mucho con la tierra. Sueño con vivir en La Bonga de nuevo».