Estos jóvenes sirios bailan en la calle para mandar un mensaje
El grupo, autodenominado «Dare», dice usar la danza como agente de cambio en una nación sumida en el conflicto.
La guerra civil siria y la devastación que ha provocado a los habitantes del país lleva en los titulares de todo el mundo desde el 2011. Imágenes de la conflictiva nación se han emitido ampliamente y las historias de catástrofe y lucha han estado en primera línea.
Un grupo de jóvenes bailarines de Latakia, Siria, espera inspirar el cambio ante este conflicto. Se autodenominan Dare, y toman las calles del país para restaurar lo que describen como el pulso y la atmósfera de la vida en Siria.
En sus actuaciones, los bailarines de Dare son conscientes de la cultura y tradiciones conservadoras de Siria. El grupo dice que les han recibido con respuestas positivas hasta ahora; si la danza se observara como oposición al gobierno, la respuesta podría haber sido mucho peor. Algunos artistas han sido encarcelados, torturados o asesinados por crear obras contrarias al régimen sirio. Otros han abandonado el país, y en 2014, el New York Times denominó Beirut, en el Líbano, la «capital de facto de la escena artística contemporánea siria», debido al influjo de personas que huyen de la guerra.
El grupo contó a Storyful que querían «atreverse a vivir sus vidas de la forma que querían, usando la danza como método de cambio».
«Al principio, toda novedad se enfrenta a la objeción, porque todavía no la entienden, pero quizá bailar un tiempo en las calles, se convertirá en algo normal y hará cambiar de opinión a quienes lo critican», afirman.
En el vídeo, algunos bailarines realizan movimientos sencillos solos o junto a otros participantes. Otros bailan en pareja el tango nuevo, una versión moderna del tango argentino, y mezclan pasos más avanzados. Las formas de danza tradicionales del país, que no se incluyeron en estas actuaciones, son la danza samah, el dabke y su propia versión de la danza de las espadas.
Para el baile en pareja se requiere un sólido vínculo entre ambos bailarines, mientras que los pasos individuales pueden aprenderse antes. Algunos estudios demuestran que la danza tiene un impacto positivo en la salud mental y física y puede ayudar a las personas a establecer vínculos sociales, un salvavidas en un país que ha perdido mucho.