El marfil parece perder su atractivo en China

Desde que se aprobó la prohibición del marfil a finales de 2017, más gente de China se niega a comprarlo.

Por Rachael Bale
Publicado 1 oct 2018, 13:04 CEST
Elefantes africanos
Las cifras de elefantes africanos se han desplomado un 30 por ciento, desde 2007 a 2014, sobre todo por la caza furtiva para el comercio de marfil.
Fotografía de Michael Nichols, National Geographic Creative

El comercio de marfil en China lleva nueve meses ilegalizado y, al parecer, cada vez menos gente está interesada en comprar marfil. Una nueva encuesta con más de 2.000 participantes llevada a cabo por GlobeScan en China, una empresa de investigación de la opinión pública, y financiada por World Wildlife Fund (WWF) determinó que el 72 por ciento de los encuestados no compraría marfil, en comparación con el 50 por ciento de los encuestados el año pasado, antes de que se aprobase la prohibición del comercio doméstico.

Se cree que China es el mayor mercado de marfil ilegal y, hasta el 31 de diciembre de 2017, también fue el mayor mercado de marfil legal. A medida que aumentaba la presión como resultado de la crisis de caza furtiva, con unos 30.000 elefantes africanos asesinados cada año por su marfil, el presidente Xi Jinping y el entonces presidente estadounidense Barack Obama acordaron en 2015 que ambos países pondrían en marcha políticas que pusieran fin a la venta legal de marfil.

«Llevamos años diciendo que la prohibición de China sería un punto de inflexión. Parece que lo es. Estamos observando efectos positivos», afirma Jan Vertefeuille, de la WWF, que dirige la labor de la organización respecto al marfil.

Adorno de marfil
Los compradores admiran un adorno de marfil en un comercio de marfil de propiedad estatal en Guangzhou, China, en 2012. Esta pareja compró 15 piezas de marfil por un precio de casi 14.000 euros.
Fotografía de Brent Stirton, Getty, National Geographic

Cada vez más gente rechaza abiertamente el marfil. Además, menos gente ha comprado marfil desde enero de 2018 en China. En un estudio llevado a cabo antes de la prohibición, más de un cuarto de los encuestados respondieron que habían comprado marfil en los seis últimos meses. En la nueva encuesta, solo el 12 por ciento reconoció haberlo hecho.

Pero no todo son buenas noticias. Desde la aplicación de la prohibición, hay un grupo de personas más dispuesto a comprar marfil: quienes viajan periódicamente al extranjero. «Es algo que tenemos pensado investigar», afirma Vertefeuille, pero ahora mismo no está claro por qué los viajeros tienen más intención de compra.

Para los turistas chinos, Tailandia es uno de los destinos más populares en el extranjero donde comprar marfil. WWF ha puesto en marcha un programa piloto para combatirlo. Del 1 al 8 de octubre es la Semana Dorada de China, un periodo vacacional que incluye el Año Nuevo Chino y es una de las épocas de viaje más concurridas del año. Mediante la geolocalización y redes sociales como WeChat y Weibo, WWF enviará mensajes a los turistas chinos que lleguen a Tailandia para recordarles la prohibición y que «viajen sin marfil».

Causa y efecto

La gran pregunta para los conservacionistas y para quienes luchan contra el tráfico de fauna salvaje es qué parte de este cambio de actitud puede atribuirse a la prohibición. La encuesta sugiere que solo un 8 por ciento de los chinos están al tanto de la prohibición. Aunque es una cifra que duplica la del año pasado, antes de que la prohibición se aprobase, todavía es demasiado baja, según Vertefeuille.

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    «No podemos afirmar [que los resultados se deban] definitivamente a la prohibición, porque muy poca gente es consciente de la prohibición», explica Vertefeuille. «Se debe en parte a la mayor concienciación por parte de los consumidores. Les llega el mensaje de algún modo, y es alentador».

    Vanda Felbab-Brown, experta en tráfico de fauna salvaje y crimen organizado de la Brookings Institution, afirma que el siguiente paso será estudiar a ese grupo de personas que pasaron de ser compradores potenciales de marfil en 2017 a rechazar el marfil en 2018. «Hay que comprobar quiénes han cambiado de opinión y preguntarse: ¿fue la prohibición? ¿Fueron los anuncios? ¿Fue porque sus abuelas les dijeron que salvaran a esas crías de elefantes inocentes?», se pregunta.

    Felbab-Brown también ha estudiado el tráfico de drogas y ha examinado los efectos de las prohibiciones en determinadas actividades. «Las prohibiciones sí surten efecto», afirma. «La magnitud del efecto depende de los individuos, las sociedades, las culturas. ¿Es la gente inclinada a comprar marfil susceptible al elemento moral/legal de obedecer las leyes?».

    Según ella, para que una prohibición funcione, la aplicación de la ley es fundamental: «Creo que el hecho de que las autoridades chinas estén llevando a cabo grandes redadas es un gran elemento disuasorio. No una sola, sino una serie de redadas contra los comerciantes», así como la aplicación de castigos para los compradores.

    Marfil a la venta

    Las tiendas legales de marfil parecen haber pillado el mensaje. La organización de supervisión del comercio de fauna silvestre, TRAFFIC, filial de WWF, hizo varias visitas en 2018 a 71 tiendas que contaban con licencia de venta de marfil antes de que la prohibición entrara en vigor. Descubrieron que 17 habían cerrado y confirmaron que 54, que vendían marfil y otros bienes, ya no tenían marfil en las estanterías.

    Marfil
    Antes de la prohibición del marfil, China contaba con varias fábricas y minoristas de tallas de marfil con licencia. Esta fábrica de Pekín tallaba más de 725 kilogramos de marfil al año y daba empleo a más de 20 artesanos en 2011.
    Fotografía de Brent Stirton, Getty, National Geographic

     «Es muy alentador que las tiendas con licencia no tengan marfil», afirma Vertefeuille, pero es importante estar atentos a las ventas en negro. El estudio de mercado de TRAFFIC encontró suficiente marfil a la venta en otros establecimientos ilegales, aunque este también ha disminuido.

    Felbab-Brown explica que nuevos trabajos de campo demuestran que aparecen nuevos centros de comercio de marfil en China y que existen nuevos grupos de compradores potenciales. Aunque la gente que antes mostraba interés por la compra de marfil podría haber cambiado de idea, es probable que la población que se muda a las ciudades y pasa a formar parte de clase media no haya visto ninguna de las campañas de concienciación ni esté al tanto de la prohibición.

    El gobierno chino sigue manteniendo existencias de marfil que había ido cediendo en cantidades determinadas a las fábricas de talla y a los minoristas antes de la prohibición. Hasta ahora, no se ha producido ninguna campaña de recompra para sacar el marfil restante de los almacenes de tiendas de marfil con licencia.

    Y respecto a la disminución de la caza furtiva, Felbab-Brown afirma que es demasiado pronto para determinar si la prohibición ha ayudado a salvar a los elefantes de África. En sus estudios sobre políticas de drogas, ha aprendido que suele producirse un desfase temporal de unos dos años entre poner en marcha una iniciativa para reducir la demanda y percibir un cambio importante en las calles.

    Por ahora, la prioridad es crear conciencia respecto a la prohibición y aplicar la normativa. Vertefeuille considera que es alentador que más adultos jóvenes se sumen a la categoría de «detractores del marfil». Para avanzar, explica que es necesario que los defensores insten a los jóvenes a transmitir el mensaje entre sus compañeros. Además, el gobierno chino tiene que colaborar más estrechamente en las campañas de sensibilización de las ONG y el sector privado, sobre todo el sector turístico, debe implicarse para luchar contra el comercio en el extranjero por parte de turistas chinos.

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