Cuando los leones atacan a puercoespines, los humanos sufren consecuencias imprevistas

El primer estudio de las interacciones entre leones y puercoespines demuestra que estos animales espinosos pueden matar o herir de gravedad a los grandes felinos, lo que tiene efectos sorprendentes.

Por Douglas Main
Publicado 8 jul 2019, 16:06 CEST
Un león con púas de puercoespín
Un león con púas de puercoespín clavadas en la cara y el cuello en el parque transfronterizo de Kgalagadi, en Sudáfrica.
Fotografía de Tony Heald, Minden Pictures

En 1965, el «devorador de hombres de Darajani» se hizo famoso tras la publicación un artículo de Outdoor Life que hablaba de un cazador keniata que había sido atacado por el león. No era el único: una intensa sequía hizo que los grandes felinos estuvieran desesperados por encontrar presas y aquel año los leones atacaron a otras personas en el sur de Kenia. Pero el león de Darajani tenía un rasgo curioso. Cuando lo mataron, descubrieron que al león le sobresalía una púa de puercoespín de la nariz.

En una investigación reciente dirigida por Julian Kerbis Peterhans, investigador de la Universidad Roosevelt de Chicago, se examinó el cadáver de este león y descubrieron que la púa había penetrado más de 15 centímetros en el hocico del felino, casi perforando su cerebro. Según Kerbis Peterhans, la púa es casi sin lugar a dudas el motivo por el que se convirtió en «devorador de hombres». Postula que, con la púa en el hocico, el león experimentó dificultades para cazar, se quedó escuálido y la desesperación le condujo a atacar humanos.

Esta es solo una de las conclusiones extraídas del estudio de Kerbis Peterhans y sus colegas, el primer estudio a gran escala de las interacciones entre leones y puercoespines. El informe, publicado en el Journal of East African Natural History en mayo, sugiere que los leones suelen evitar a los puercoespines, a no ser que la escasez de presas haga que recurran a atacar a estas criaturas espinosas. Estas interacciones pueden provocar la muerte o heridas graves, que a su vez pueden empujar a los leones a cazar humanos, ganado vacuno y caballos.

También es más probable que los leones hagan esto en años de sequía, como 1965, un año anormalmente seco en Kenia. El equipo examinó otro león al que dispararon ese año y que también había matado a al menos una persona. Tenía una púa de puercoespín alojada en uno de sus dientes rotos.

El «devorador de hombres de Darajani»
El «devorador de hombres de Darajani», un león que mató a un cazador keniata en 1965, con una púa de puercoespín que le sobresale del hocico.
Fotografía de John Perrott

«Los puercoespines no son sus presas favoritas, eso seguro», afirma Kerbis Peterhans. Añade que los humanos tampoco lo son, aunque tiene sentido que un león herido lo intente. «La gente es lenta».

Las conclusiones son importantes para la conservación de los leones, según Kerbis Peterhans. Incrementa la importancia de que las unidades móviles veterinarias, por ejemplo, traten a leones con púas de puercoespín visibles. También pone de manifiesto la importancia de los puercoespines como posible causa de muerte, algo que podría empeorar en zonas donde las sequías están siendo mucho más graves o habituales.

El riesgo de las púas

Casi 70 años antes de los ataques del devorador de hombres de Darajani, una pareja de leones mucho más famosa llevó a cabo una masacre en la región de Tsavo, a solo unas decenas de kilómetros de distancia. En un periodo breve, devoraron supuestamente a más de cien personas. Kerbis Peterhans explica que estos dos grandes felinos, inmortalizados en un famoso libro y la película Los demonios de la noche, también tenían fragmentos de púas de puercoespín clavadas en fracturas dentro de los dientes. Aquel año, 1898, también fue un año de sequía y, en este caso, aunque la grave herida de estos animales espinosos no parece haber empujado a los leones a cazar humanos, sí sugiere que los animales estaban más desesperados de lo normal.

El estudio documenta un gran número de interacciones entre leones y puercoespines. Detalla 40 casos en los que los leones resultaron heridos de gravedad por las púas de los animales y otros diez ejemplos en los que murieron directamente. Kerbis Peterhans explica que esto puede ocurrir cuando las púas perforan en corazón o arterias importantes.

Los leones también tienden a perseguir más puercoespines durante sequías graves y en zonas áridas donde hay menos presas de gran tamaño. El estudio determinó que en lugares con bajos niveles de lluvia, por ejemplo, los puercoespines representan una media del 28 por ciento de las dietas de estos grandes felinos, mientras que en zonas más húmedas suelen representar menos del cuatro por ciento.

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    Leopardo contra puercoespín

    Machos jóvenes e insensatos

    En general, los machos jóvenes suelen perseguir puercoespines más a menudo que otros leones. Los jóvenes solitarios también tienden a resultar gravemente heridos por estos animales, ya que no tienen compañeros de manada que les quiten las púas. (Los leones se acicalan mutuamente y se quitan cosas como púas.)

    Estos machos jóvenes suelen ser aquellos cuyos padres los han expulsado recientemente de sus manadas y acaban de aprender a cazar por sí solos. «Cuesta ser un animal joven al que ya no alimentan sus padres», afirma Laurence Frank, experto en leones del Museo de Zoología de Vertebrados de la Universidad de California, Berkeley. Añade que las interacciones entre estos dos animales deberían investigarse más minuciosamente, «ya que es una causa habitual de heridas graves, si no de muerte, sobre todo entre leones macho jóvenes».

    James Stevenson-Hamilton, que trabajó de guardia en la reserva de caza de Sabi, en Sudáfrica, que se ha expandido y rebautizado como parque nacional de Kruger bajo su dirección, observó lo mismo hace ya tiempo, a principios del siglo XX. Indicó que los machos viejos rara vez resultan heridos por púas de puercoespín, pero «por otra parte, un porcentaje importante de jóvenes y aquellos en la flor de la vida sí que resultan heridos, y se descubre que quedan prácticamente incapacitados», escribió. «Sin embargo, parece que es bastante excepcional que las hembras cometan esta imprudencia».

    Un león caza un puercoespín
    Los leones que cazan puercoespines suelen ser machos jóvenes, como es el caso de este joven que persigue un puercoespín crestado en Masái Mara, Kenia.
    Fotografía de Michel y Christine Denis-Huot, Minden Pictures

    La defensa del puercoespín

    Los puercoespines que viven en África, llamados puercoespines crestados, tienen púas largas que pueden superar los 30 centímetros de largo. Además de tener un propósito defensivo obvio, los animales también llevan a cabo una «defensa activa» y se detienen en seco intencionadamente cuando los persiguen para ensartar al potencial depredador o saltan hacia atrás con las púas por delante.

    Craig Packer, investigador de la Universidad de Minesota, ha observado puercoespines que utilizan sus púas de forma agresiva.

    «He observado en varias ocasiones puercoespines que se acercan a un grupo de leones que están descansando, giran 180 grados, ponen las púas rectas, caminan hacia atrás y hacen que el grupo entero se aparte de su camino», afirma Packer. «Los adultos se mantienen al margen, aunque algunos subadultos avanzan con precaución y lo tocan con las patas. Enseguida aprenden que tocar las púas es una mala idea».

    Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

    Un león caza un puercoespín
    Los leones pueden conseguir cazar y matar puercoespines, como ocurre en esta foto sacada en el delta del Okavango, Botsuana.
    Fotografía de Roy Toft, Nat Geo Image Collection
    Puercoespín

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