Este murciélago escucha los cantos de las ranas para localizar a su próxima presa
Un nuevo análisis de las técnicas de caza de los murciélagos revela lo hábiles que son estos mamíferos voladores nocturnos.
Como criaturas de la noche, los murciélagos se enfrentan a un reto singular: localizar y cazar presas en plena oscuridad.
Los mamíferos voladores han desarrollado una solución excelente: la ecolocalización, que consiste en emitir ondas de sonido que rebotan en las presas y determinan su paradero. Pero este superpoder innato representa solo una fracción de los sofisticados métodos de caza de los murciélagos.
Un equipo de científicos ha peinado la literatura previa para recopilar una lista de estos talentos, publicada en la revista Functional Ecology.
Rachel Page, científica del Instituto Smithsonian de Investigación Tropical de Panamá, explica que aunque muchos estudios han analizado las herramientas y los comportamientos que exhiben para encontrar presas, no existía ninguna descripción general de cómo usan los depredadores sus sentidos para cazar.
Page explica que «pese a las décadas de investigación, aún sabemos relativamente poco de la ecología cognitiva y sensorial subyacente de la mayoría de las especies de murciélagos», de las cuales existen al menos 1300. «Como los murciélagos son animales voladores nocturnos, difíciles de observar sin equipo especializado, su estudio intensivo es relativamente reciente».
Han descubierto que las habilidades sensoriales de los murciélagos varían. Por ejemplo, los murciélagos vampiros detectan los patrones respiratorios de un animal individual y a los murciélagos ratoneros grises les atrae el sonido de las moscas comunes cuando copulan.
Según ella, en su conjunto la investigación apunta a que los murciélagos son más talentosos (y menos comprendidos) de lo que habían observado los científicos.
Solo tengo oídos para ti
Los investigadores escudriñaron estudios que se centraban en cómo los murciélagos carnívoros e insectívoros encuentran comida basándose en la información de sus presas o de otros murciélagos. A continuación, el equipo evaluó las adaptaciones sensoriales que sustentan estas técnicas de caza particulares y examinaron las ventajas y desventajas de cada método.
Por ejemplo, cuando la ecolocalización no funciona bien (por ejemplo, en espacios cerrados pequeños, como el sotobosque, donde es difícil capturar presas), los murciélagos escuchan sonidos sutiles de forma pasiva.
Un ejemplo es el murciélago vampiro común, que se alimenta de la sangre que extrae a los mamíferos mientras duermen. Los murciélagos tienen neuronas que solo se activan en respuesta al sonido de la respiración de un animal y así ubican a las presas. Estos murciélagos, que se distribuyen por Centroamérica y Sudamérica, pueden reconocer los patrones respiratorios de un huésped específico y volver a ese mismo animal, como una vaca, noche tras noche para alimentarse.
«Normalmente, los murciélagos vampiros son bastante pequeños respecto a sus huéspedes. Corren peligro de que el animal los pise o los aplaste, o de que el huésped se despierte durante el proceso e intente defenderse. Es posible que cuando encuentran un huésped del que han conseguido alimentarse sin problemas, la estrategia más segura es volver al mismo», afirma Page.
El murciélago neozelandés Mystacina tuberculata es un maestro a la hora de cazar entre revoltijos. Estos murciélagos «andantes» pasan en el suelo el 40 por ciento del tiempo que dedican a buscar presas (más que cualquier otro murciélago) y permanecen atentos al sonido de los insectos que se mueven entre la hojarasca y usan sus fosas nasales tubulares para detectar su ubicación.
Escuchando las serenatas de las ranas
Algunos murciélagos explotan las vocalizaciones nocturnas y ruidosas de sus presas y permanecen atentos a las llamadas de apareamiento.
Los murciélagos de labios con flecos de Centroamérica y Sudamérica, por ejemplo, detectan y escogen a las ranas túngaras centrándose en el canto estridente de los machos, que se congregan en los estanques. Al concentrarse en estas llamadas de apareamiento, los murciélagos de labios con flecos pueden encontrar los lugares de reunión de las ranas y capturar su próxima comida.
Los murciélagos ratoneros grises, autóctonos de Europa y Oriente Medio, se sienten atraídos por los zumbidos distintivos que emiten las parejas de moscas comunes cuando copulan, una estrategia con la que consiguen más comida.
Siguiendo al grupo
Otros murciélagos escuchan a sus compañeros para recibir pistas sobre la ubicación de las presas, como desplazarse hacia el sonido de los pulsos de ecolocalización de otros murciélagos.
El murciélago pescador de vientre blanco de Centroamérica y Sudamérica escucha los «zumbidos» de otros murciélagos pescadores, una ecolocalización de alta intensidad que emiten cuando atacan insectos. Esto guía a los murciélagos pescadores hasta los enjambres de bichos que se concentran sobre masas de agua y les ahorra el esfuerzo de buscar comida.
«Lo interesante es que los murciélagos también están atentos a las llamadas de ecolocalización de otras especies de murciélagos», indica Page.
La punta del iceberg
Yossi Yovel, zoólogo de la Universidad de Tel Aviv que no participó en el estudio, afirma que es «una revisión muy buena y exhaustiva de este campo».
A Yovel también le impresionó cómo dividieron las estrategias de caza en tres grupos principales: escuchar los movimientos de las presas, explotar las comunicaciones de las presas y sacar pistas de otros murciélagos que cazan en los alrededores.
Page insistió en que su investigación es solo un primer paso. «Los murciélagos son animales extraordinarios, muy diversos, sociales y con flexibilidad cognitiva. Estamos empezando a entender los patrones subyacentes de sus estrategias de búsqueda de alimentos y las formas en que extraen información para encontrar presas», afirma.
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.