Alertan del posible contagio de coronavirus de un visón a un humano en una granja de pieles

Más de 800.000 visones viven en granjas de pieles holandesas que, en caso de confirmarse, serán el escenario de la primera evidencia de la transmisión del virus de una especie específica a un humano.

Por Cristina Crespo Garay
Publicado 22 may 2020, 16:35 CEST
En las granjas de pieles de Holanda, más de 800.000 visones nutren una industria que recauda alrededor ...

En las granjas de pieles de Holanda, más de 800.000 visones nutren una industria que recauda alrededor de 90 millones de euros al año.

Fotografía de Paolo Marchetti, Nat Geo Image Collection

Las autoridades holandesas han informado esta semana sobre el posible contagio del coronavirus que provoca la enfermedad COVID-19 de un visón a un miembro del personal de una granja de pieles ubicada en los Países Bajos.

A raíz de esta noticia, el pasado miércoles el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), Fernando Simón, apuntó que los visones podrían ser el reservorio original del virus, una teoría que aún debe comprobarse mediante estudios científicos.

En caso de confirmarse, esta sería la primera evidencia de una especie específica que transmite el virus a un humano. La rápida mutación del virus que causa la COVID-19 permite que pueda ser rastreado en base a los cambios en su código genético, lo que permite crear un 'árbol genealógico' del virus y obtener más información sobre cómo se infectaron las personas y los animales. Hasta el momento, el análisis ha encontrado fuertes similitudes entre el virus del trabajador y el del visón, lo que hace plausible que el virus saltara entre especies.

Tras la pista de su rápida mutación genética

«En base a esta comparación y la posición de esa forma del virus en el árbol genealógico, los investigadores concluyeron que es probable que un miembro del personal de una granja infectada haya sido infectado por el visón», afirmó el gobierno holandés en un comunicado sobre la investigación.

Para aclarar este hallazgo, los investigadores continúan mapeando el árbol genealógico del virus en personas infectadas en el área que rodea la granja de visones. Hasta el momento, visones de al menos tres granjas de pieles de la parte sur del país han dado positivo en este virus, según afirma Lisa Gaster, su portavoz del Ministerio de Agricultura, Naturaleza y Calidad de los Alimentos.

«El mensaje es que todavía estamos aprendiendo mucho sobre la COVID-19, este coronavirus y los animales que puede infectar», afirma el virólogo Brian Bird, veterinario y director asociado del Instituto Davis One Health de la Universidad de California en declaraciones publicadas en National Geographic. El virólogo, a la vez, lanza un mensaje de tranquilidad frente a alarmas indebidas: «El riesgo aquí está relacionado con el contacto directo o la proximidad a la granja, y ciertamente la población general tiene muy poco contacto con esos animales en esos entornos».

«Riesgo insignificante» de contagio de animales a humanos

Hasta el momento, diversos animales han dado positivo por este virus sin evidencia alguna del riesgo de contagio a humanos por especies como gatos, tigres, perros o leones.  

El Instituto Nacional de Salud Pública y Medio Ambiente de los Países Bajos ha afirmado que la posibilidad de que el virus se transmita del visón a los humanos sigue siendo un «riesgo insignificante», tras realizar  una evaluación de riesgos en muestras de aire y polvo que pudieran contener rastros del virus y que han sido recolectadas fuera de las granjas de visón.

Con la información confirmada hasta el momento, los expertos creen que los murciélagos son el reservorio más probable del nuevo coronavirus, ya que el genoma de un virus estrechamente relacionado que se encuentra en los murciélagos es un 96 por ciento idéntico al coronavirus que ahora infecta a las personas. 

Sin embargo, los científicos aún no han confirmado que el virus saltase directamente de los murciélagos a los humanos, lo que podría ser imposible de probar a menos que descubran el SARS-CoV-2, el coronavirus que circula entre las personas, en un murciélago en la naturaleza. Varias incógnitas sobrevuelan también el papel de los huéspedes intermediarios, como los pangolines, que podrían haber transmitido el virus a los humanos.

Más de 800.000 visones en granjas de pieles holandesas

Según el Ministerio de Agricultura, Naturaleza y Calidad de los Alimentos de los Países Bajos, actualmente hay más de 800.000 visones en granjas de pieles holandesas nutriendo una industria que recauda alrededor de 90 millones de euros al año.

«Tienen filas y filas de jaulas guardadas en graneros donde se guardan miles de visones. Varios animales se mantienen en cada jaula, y sus desechos caen a través de barras de alambre en el suelo», afirma PJ Smith, director de política de moda de Humane Society International, en National Geographic.

En la naturaleza, estos animales con aspecto de comadreja viven en el agua o cerca de ella, pero su suave pelaje  les ha llevado a ser uno de los codiciados focos del mundo textil, particularmente en China, el principal importador de pieles de visón.

Gatos salvajes de granja

Según datos de Humane Society International, solo en los Países Bajos más de 150 granjas de pieles produjeron seis millones de pieles de visón en 2016. A partir de 2013, el gobierno prohibió la apertura de nuevas granjas, y todas las instalaciones existentes deben cerrar para 2024. PJ Smith afirma que este foco de coronavirus en los visones podría acelerar los cierres.

Mientras tanto, el gobierno ha introducido nuevas medidas de seguridad en las granjas, y ha informado de la necesidad de vigilar también a los felinos salvajes que se encuentran en estas granjas, que podrían estar propagando el virus entre ellas.

Esta sospecha surge de la similitud del patógeno identificado en dos granjas infectadas, así como de que 3 de cada 11 gatos que deambulan por los terrenos de una granja tenían anticuerpos contra el coronavirus. A pesar de ello, los casos de gatos que contraen coronavirus son muy poco comunes y no hay evidencias de que la enfermedad pueda propagarse de mascotas a humanos. «Otras especies también podrían requerir monitoreo en el futuro si detectamos otros animales infectados», afirma el virólogo Brian Bird. «Necesitamos mantener la mente abierta y el radar sintonizado».

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