Los jabalís han 'invadido' Estados Unidos; ¿y ahora qué?
Los seis millones de cerdos salvajes ('Sus scrofa') que hay en el país destruyen cultivos y se aprovechan de especies en peligro de extinción. Pero la amenaza más grave es para la salud humana.
Un jabalí bebe de un estanque en Corpus Christi, Texas. Estos animales invasores viven en diversos climas, desde el Caribe hasta Canadá.
Cerdos, puercos, jabalíes, verraco. Salvajes, asilvestrados, invasores, no autóctonos. Sean cuales sean las palabras que se utilicen, estos omnívoros con colmillos están más extendidos que nunca en Estados Unidos.
Los cerdos salvajes (o asilvestrados), como los denomina el Departamento de Agricultura de EE.UU., no son autóctonos de Norteamérica. Más bien, los exploradores y colonos europeos trajeron la especie euroasiática, Sus scrofa, al Nuevo Mundo muchas veces, empezando ya en el siglo XVI, como ganado o como animales de caza para alimento o deporte.
En la actualidad, unos seis millones de cerdos asilvestrados viven en libertad en al menos 35 estados de EE.UU., donde pueden llegar a medir más de metro y medio y pesar más de 150 kilos. Son criaturas adaptables, capaces de prosperar en casi cualquier entorno. Por ejemplo, estos animales están cada vez más extendidos en numerosas islas del Caribe y en México, desde Baja California hasta la península de Yucatán, así como en Canadá, donde ni siquiera la nieve profunda y el frío intenso pueden frenarlos.
Además, las hembras pueden empezar a reproducirse con sólo ocho meses de edad, y cada una puede producir hasta dos camadas de cuatro a 12 lechones cada 12 a 15 meses. Esto permite a la especie multiplicarse rápidamente y colonizar nuevos territorios con una eficacia sin parangón. Los cerdos asilvestrados también arrasan los cultivos agrícolas y pueden dañar a las personas que los acorralan. Pero esos resultados no son los que realmente preocupan a los expertos.
Son sus enfermedades.
Los perros de Bob Richardson buscan señales de jabalíes cerca de Aspermont, Texas, en 2006. La caza de la especie se ha popularizado, pero en general no limita la población.
Según el USDA, los jabalís pueden ser portadores de una letanía de patógenos potencialmente transmisibles a las personas, como la leptospirosis, la toxoplasmosis, la brucelosis, la gripe porcina, la salmonela, la hepatitis y la E. coli patógena.
Pero hay otra preocupación: nuevas enfermedades que aún desconocemos.
"Los cerdos, en general, se consideran una especie que se mezcla, porque son susceptibles a los virus humanos, como el virus de la gripe", dice Vienna Brown, bióloga del USDA que trabaja en el Programa Nacional de Gestión de Daños de Cerdos Salvajes. "Y cuando esos entran en los cerdos", dice, podrían "crear un nuevo virus de la gripe".
"Así que yo diría que nuestro riesgo con los cerdos es mayor que con otras especies de fauna más tradicionales, en parte por su naturaleza gregaria, nuestra proximidad a ellos y simplemente por su número".
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Enfermedades en movimiento
La peste porcina africana es, con diferencia, la enfermedad que más preocupa a las autoridades sanitarias estadounidenses. Se trata de un virus que se originó en 1921, pero que desde entonces ha reaparecido en varios países de todo el mundo. Aunque no es transmisible a las personas, la enfermedad es siempre mortal para los cerdos, ya sean salvajes o de granja, afirma Brown.
Si el virus infectara a cerdos salvajes en EE.UU., podría propagarse y devastar la industria porcina estadounidense, actualmente el tercer productor mundial de carne de cerdo detrás de China y la Unión Europea (España pasó a ser el cuarto productor global y el mayor productor de carne de cerdo de la UE en 2021).
Por ejemplo, después de un brote particularmente grave de PPA en 2018, los agricultores de China se vieron obligados a matar a más de 43 millones de cerdos para detener la propagación del virus. En 2021, el virus también se confirmó en cerdos de granja en República Dominicana y Haití en 2021, los casos más cercanos geográficamente hasta ahora a Estados Unidos.
Los lechones duermen sobre la espalda de su madre. Las hembras de jabalí pueden reproducirse con sólo ocho meses.
"Desde el punto de vista de la industria, eso es lo que ha quitado el sueño a todo el mundo", afirma Brown.
Los científicos también estudian cómo se propagan las enfermedades entre los cerdos salvajes. Los funcionarios del Parque Nacional de las Montañas Great Smoky empezaron a vigilar la salud de los cerdos salvajes en 1959, pero no fue hasta 2005 cuando se produjo el primer caso de pseudorabia. Al igual que la PPA, este virus no es una amenaza para los seres humanos, pero puede provocar el aborto de fetos en cerdos y la muerte en otros animales, como mapaches y zarigüeyas salvajes e incluso gatos y perros de compañía.
"La prevalencia ha aumentado desde prácticamente cero hasta aproximadamente entre el 20 y el 40 por ciento, dependiendo del año", afirma William Stiver, biólogo supervisor de la fauna salvaje del parque nacional. "Pero sin duda está aquí, y la hemos visto migrar por el parque a través de la población porcina".
La leptospirosis, causada por una bacteria, también se ha detectado en los cerdos salvajes del parque. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU., si no se trata en las personas, puede causar daños renales, meningitis, insuficiencia hepática, dificultad respiratoria y la muerte.
La brucelosis porcina, también causada por una bacteria, ha aparecido en cerdos del Medio Oeste, afirma Travis Guerrant, biólogo de fauna salvaje y director estatal de las operaciones de USDA-APHIS-Wildlife Services en Misuri y Iowa. Esta enfermedad puede contagiarse a los humanos por contacto con la sangre y otros fluidos y tejidos corporales. Los antibióticos eliminan la infección en las primeras fases, pero si no se diagnostica, la brucelosis puede causar problemas de salud duraderos e incluso la muerte.
Ciertas poblaciones, como cazadores y granjeros, corren el mayor riesgo, por lo que Guerrant recomienda a cualquiera que manipule cerdos salvajes que lleve guantes de goma y evite el intercambio de fluidos. "Nadie quiere la brucelosis", afirma.
En 2007 y 2008, al menos tres personas del este de EE.UU. contrajeron brucelosis tras cazar cerdos salvajes, según los CDC. En España, entre 2019 y 2021, se notificaron 74 contagios de la enfermedad.
Ninguno de esos casos estadounidenses fue mortal, y hasta ahora la transmisión entre cerdos y personas sigue siendo muy baja. Pero cuanto más se multipliquen los cerdos asilvestrados y amplíen su área de distribución, más crecerá esa posibilidad.
Daños a cultivos y animales
Como omnívoros capaces de desgarrar el suelo como una fresadora, los jabalís causan cada año daños por valor de unos 2500 millones de dólares a los cultivos, pastos, bosques y ganado de Estados Unidos.
"Tuvimos un agricultor que no pudo cultivar maíz durante años", dice Guerrant.
Jabalíes salvajes rondando en los terrenos del Centro Espacial Kennedy de la NASA.
Como son omnívoros, los cerdos también se alimentan de la fauna autóctona, desde aves que anidan en el suelo, como el bobwhite norteño de Texas, hasta huevos de tortuga verde y boba en peligro de extinción en las islas de Carolina del Sur, pasando por el caracol terrestre de dientes medios de Jones y la salamandra de mejillas rojas de las Smokies.
Los cerdos salvajes pueden ser en parte responsables del declive de la pantera de Florida, que se alimenta de ellos y puede contraer pseudorabia, una enfermedad a menudo mortal.
"Los jabalís tienen incluso un impacto significativo en nuestros recursos culturales en términos de casas antiguas y cementerios", dice Stiver, explicando que los parques nacionales tienen la obligación de preservar los artefactos arqueológicos.
"Vemos lápidas derribadas y cosas por el estilo", añade.
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Contraatacando contra los cerdos salvajes invasores
Hasta ahora, intentar acabar con los cerdos salvajes no ha funcionado. Las autoridades de las Smokies han eliminado más de 15 000 cerdos asilvestrados desde que se iniciaron las actividades de captura y caza, pero la población sigue relativamente igual, afirma Stiver.
"Lugares como Florida, California, Oklahoma, Texas... sus poblaciones son tan grandes y están tan extendidas... que la erradicación no es realmente el objetivo en este momento", dice Brown. "Se trata de gestionar los daños".
Sin embargo, en las zonas fronterizas donde los jabalís aún no se han establecido del todo, hay destellos de esperanza.
En 2021, el equipo de Guerrant eliminó 9857 cerdos asilvestrados del estado de Misuri, que representa el límite septentrional del área de distribución de los cerdos salvajes en el Medio Oeste: una reducción del 60%.
Guerrant coordinó la exitosa respuesta entre 13 organismos federales y estatales, así como organizaciones agrícolas y de conservación.
A fin de cuentas, los expertos afirman que el control de los cerdos asilvestrados compensa con creces los costes, aunque los beneficios no sean evidentes a primera vista.
"Podemos valorar fácilmente el precio de un acre de maíz", dice Brown. "Pero cuando nos fijamos en el coste de la propagación de la enfermedad, ni siquiera podemos imaginar el coste que supondría".
"Eso es lo que estamos previniendo ahora", dice Brown.
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.