Las poblaciones de peces se agotan pese a las promesas de varios países para frenar la sobrepesca

Muchos países que han prometido reducir los subsidios a la pesca están aumentando las ayudas financieras a sus industrias pesqueras.

Por Todd Woody
Publicado 8 oct 2019, 14:49 CEST
Atunes
Un trabajador emplea una maza para desencajar los atunes congelados en un buque de carga chino en el puerto de General Santos, en las Filipinas.
Fotografía de Adam Dean, Nat Geo Image Collection

Ante la disminución de las poblaciones de peces que alimentan a cientos de millones de personas, varios países luchan por finalizar para finales de año un acuerdo internacional que prohibirá los subsidios gubernamentales que sustentan la sobrepesca.

Con todo, mientras se reanudan las negociaciones en la Organización Mundial del Comercio esta semana en Ginebra, una nueva investigación demuestra que, en realidad, los gobiernos han incrementado el apoyo financiero a prácticas pesqueras que diezman la vida marina, pese a sus promesas públicas de reducir dicha financiación.

En un estudio exhaustivo de 152 países, los científicos de la Universidad de la Columbia Británica determinaron que los países que más extraen del mar gastaron 22 000 millones de dólares en subsidios perjudiciales en 2018, o un 63 por ciento de la cantidad total destinada a apoyar la industria pesquera global.

Se trata de un aumento del seis por ciento desde 2009. «Subsidios perjudiciales» es un término que se refiere a las ayudas que fomentan una sobrepesca y una pesca ilegal que no serían rentables sin ellas, como los subsidios que financian los costes del combustible y permiten que los pesqueros industriales de arrastre naveguen hasta los confines de los mares del planeta. Solo los subsidios de combustible representaban el 22 por ciento del total de subsidios a la pesca del año pasado.

China, que opera la mayor flota pesquera en alta mar del mundo, ha incrementado sus subsidios perjudiciales en un 105 por ciento durante la última década, según el estudio publicado en Marine Policy.

«Cuesta extraer algo positivo de este estudio, pero puede ser un grito dirigido a los gobiernos, ya que la OMC ha adoptado la posición de poner fin a los subsidios perjudiciales y ejercer un gran impacto en el océano», afirma Isabel Jarrett, directora del programa de subsidios pesqueros de Pew Charitable Trusts. Pew aportó financiación a la investigación.

A contrarreloj

Los hallazgos ponen de manifiesto lo mucho que está en juego en Ginebra, ya que solo quedan dos meses hasta la fecha límite para crear un acuerdo sobre los subsidios pesqueros.

Los científicos marinos y los expertos en política afirman que un acuerdo vinculante para prohibir los subsidios pesqueros destructivos es fundamental ante las alteraciones que provoca el cambio climático en los ecosistemas marinos. Un informe histórico de Naciones Unidas publicado en septiembre determinó que la captura máxima de las pesquerías podría descender hasta un 24,1 por ciento para finales de siglo si no se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero.

«Tras 20 años de debates sobre los subsidios pesqueros en la OMC, el debate sobre los aspectos técnicos se ha agotado prácticamente», afirma Rémi Parmentier, director de Varda Group —una asesoría con sede en Madrid— y observador de las negociaciones. «El ingrediente fundamental que falta es la voluntad política para llevar la negociación hasta la línea de meta».

Los delegados de la OMC tendrán la oportunidad de escuchar de primera mano los hallazgos del nuevo estudio cuando el autor principal, Rashid Sumaila, haga una presentación esta semana en el foro de política pública de la organización.

«La razón principal por la que aumentan los subsidios es la política, porque una vez concedes algo a una persona, como un subsidio al combustible, cuesta mucho quitarlo», afirma Sumaila, un destacado experto en subsidios a la pesca de la Universidad de la Columbia Británica. «La política de este tema es muy complicada, pero es importante que los científicos sigan demostrando que no funciona para la sociedad».

Jessica Hermosa, portavoz de la OMC, declaró que la organización no haría comentarios respecto al estudio ni al estado de las negociaciones, pero publicó un comunicado del director general de la OMC, Roberto Azevêdo.

«No cabe duda que muchas poblaciones de peces se están agotando y que la financiación estatal ilimitada a la pesca puede perjudicar nuestros mares», declaró Azevêdo. «Ante la proximidad de la fecha límite de finales de 2019, las negociaciones están intensificándose. Los miembros de la OMC tendrán que dejar a un lado sus diferencias y comprometerse para alcanzar un pacto. El momento de actuar es ahora».

El agotamiento de los peces

Según la FAO, un tercio de las poblaciones de peces comerciales se pescan a niveles biológicamente insostenibles y un 90 por ciento están totalmente explotadas. La población de atún rojo del Pacífico, por ejemplo, se ha desplomado un 97 por ciento frente a sus niveles históricos debido a la sobrepesca rampante de uno de los superdepredadores de más valor ecológico y económico del mar.

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    En las últimas décadas, los países cuyas poblaciones de peces han colapsado han enviado buques de arrastre industriales para pescar en alta mar y en las aguas territoriales de otros países.

    La flota pesquera de alta mar de China, que cuenta con 3000 buques, navega por las aguas de África, el Antártico y el Pacífico. El año pasado, un estudio determinó que casi la mitad de los peces capturados en alta mar en 2014 acabaron en buques chinos y taiwaneses.

    Los investigadores de la Universidad de la Columbia Británica informan de que China es el país que más subsidios proporciona: 6500 millones de euros en 2018, que representan un 21 por ciento de las ayudas globales. Algunos subsidios se consideran beneficiosos, como los destinados a la gestión sostenible de las pesquerías. Pero en la última década, el dinero concedido por China para subsidios beneficiosos ha disminuido un 73 por ciento mientras que los que se consideran perjudiciales —como pagar el combustible o la construcción de más buques— se han duplicado.

    A finales del año pasado, China se comprometió a limitar su flota en alta mar a 3000 buques para 2020 y reducir los subsidios al combustible. «El modelo de desarrollo tradicional de las pesquerías de alta mar debe cambiar», declaró el Ministro de Agricultura del país en agosto de 2017.

    Aunque el estudio indica que los incrementos de los subsidios podrían estar estabilizándose, la Unión Europea decidió restaurar los subsidios para expandir su flota pesquera en junio. La UE ya representa un 11 por ciento de los subsidios globales y ha concedido subsidios perjudiciales por valor de 1820 millones de euros, según los investigadores.

    «Lo que más me molesta es el ejemplo que está dando la UE a otros países», afirma Sumaila.

    El hecho de que 70 países no presentaran sus datos de subsidios —un requerimiento de la OMC— pone de manifiesto que determinar la magnitud de los subsidios es un reto considerable.

    «Es como el trabajo detectivesco», explica Sumaila, cuyo equipo extrajo datos de varias fuentes para estimar el apoyo financiero a la pesca industrial.

    Jarrett indica que los cinco países que más subsidios proporcionan representan la mitad de los subsidios globales totales.

    «Si esos países adoptaran compromisos importantes, observaríamos un cambio enorme en el abandono de los subsidios perjudiciales y, en última instancia, espero, las poblaciones de peces se recuperarían y el futuro del océano sería más saludable», afirma.

    Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

    La sobrepesca también puede ser perjudicial para otras especies marinas.

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