Niñas científicas, este es vuestro momento
Los programas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas impulsan a una nueva generación de alumnas y combaten algunas barreras al éxito.
Este artículo forma parte del número especial de noviembre de 2019 de la revista National Geographic, «Mujeres: un siglo de cambio».
No te pierdas el documental MUJERES (Women of Impact) el domingo, 27 de octubre a las 22:00 en National Geographic.
Shriya Reddy, de 16 años, no recuerda ningún momento en el que no le haya entusiasmado la ciencia. A los siete años, leía libros de biología con su madre, que estudiaba para los exámenes de medicina. En sexto de primaria, Reddy competía en ferias científicas rigurosas. El verano anterior a entrar en el instituto, empezó a investigar en un laboratorio de bioingeniería de la Universidad Estatal de Wayne en Detroit, Míchigan, donde diseñó un método no invasivo para diagnosticar rápidamente lesiones de melanoma. Gracias a este proyecto, fue galardonada en la prestigiosa Feria Internacional de Ciencia e Ingeniería (ISEF, por sus siglas en inglés) el pasado mayo.
«La ciencia reflexiona sobre cómo y por qué pasan las cosas», afirma Reddy. «Yo quiero formar parte de eso». La determinación de Reddy coincide con una iniciativa creciente en Estados Unidos para incrementar el número de mujeres que estudian carreras en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (CTIM). Universidades e instituciones como la NASA o la Academia Naval estadounidense celebran días CTIM para niñas. Organizaciones como la Academia de Ciencias de Nueva York emparejan a mujeres en carreras CTIM con niñas que buscan consejo y orientación. La ISEF, un programa de la Sociedad para la Ciencia y el Público de Washington, D.C., ofrece un foro para que los estudiantes de instituto seleccionados compitan a nivel internacional. El evento de este año tuvo 1842 finalistas, repartidos equitativamente entre géneros, y tres de los cuatro grandes premios se concedieron a chicas, entre ellas Reddy. «Solo haber formado parte de esta experiencia fue fascinante», cuenta.
Mary Sue Coleman, bioquímica y presidenta de la Asociación de Universidades Estadounidenses, muestra optimismo respecto al futuro de las mujeres en las ciencias. Cuando participó en la ISEF siendo alumna de instituto en 1959 y 1960, casi un 35 por ciento de los participantes eran chicas. Nos cuenta que el equilibrio de género importa porque las mujeres aportan perspectivas nuevas para abordar enigmas científicos. «La gente que vive experiencias diferentes hace preguntas diferentes», afirma. Aún quedan brechas evidentes. Este año, las chicas de la ISEF superaron a los chicos en microbiología y bioquímica, pero eran menos de un tercio de las finalistas en matemáticas e ingeniería mecánica. Cada vez más mujeres tienen grados avanzados en CTIM, pero los hombres ostentan la mayoría de puestos de profesorado y liderazgo en industrias basadas en las CTIM, según la Asociación de Mujeres en Ciencias.
A pesar de todo, Maya Ajmera, presidenta y consejera delegada de la Sociedad para la Ciencia y el Público, afirma que se está produciendo una transformación. Las jóvenes creativas y tenaces aprovechan la tecnología para abordar temas que les importan, ya sea crear un arroz nutricionalmente avanzado o usar una técnica de ganchillo para diseñar un dispositivo Bluetooth portátil. Para estas científicas emergentes, «va a ser diferente», afirma Ajmera. «Estoy bastante segura de que esta generación de niñas está en una situación mucho mejor para enfrentarse a los problemas más espinosos del mundo».
La autora Claudia Kalb escribió la historia de portada sobre Leonardo da Vinci del número de mayo de 2019 de la revista National Geographic.
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.