¿Qué es el 'Vibrio vulnificus', la bacteria "come carne" que asola Florida tras las inundaciones?

La bacteria Vibrio enfermó a docenas de personas tras los huracanes Helene y Milton, y el alcance de los microbios parece estar aumentando en la costa este de Estados Unidos a medida que el cambio climático calienta las aguas costeras.

Por Meryl Davids Landau
Publicado 13 dic 2024, 13:32 CET
Inundaciones provocadas por el huracán Helene

Este año, las inundaciones provocadas por el huracán Helene y otras tormentas pueden haber expuesto a las personas a la bacteria "carnívora" Vibrio vulnificus. A medida que el cambio climático eleva la temperatura de las aguas costeras, estas infecciones son cada vez más frecuentes.

Fotografía de Marco Bello, Reuters, Redux

Las inundaciones masivas provocadas por los huracanes del pasado otoño en Estados Unidos, que arrasaron trágicamente hogares y comunidades del oeste de Florida, también trajeron consigo a un peligroso enemigo: una bacteria microscópica que ha enfermado y matado a docenas de personas. Y aunque podemos estar agradecidos de que dicha bacteria no tiene presencia en España, en Estados Unidos el panorama es muy distinto.

La bacteria,Vibrio vulnificus, prospera en aguas salobres cálidas que fueron empujadas tierra adentro desde las aguas costeras del golfo de México y el océano Atlántico. Los microbios pueden destruir la piel, causar enfermedades gastrointestinales graves y provocar una sepsis mortal. En gran parte debido a las tormentas, los casos graves en Florida se duplicaron en 2024 con respecto al año anterior, enfermando a 82 personas en el estado hasta principios de diciembre (de las cuales 16 fallecieron).

Los floridanos no son los únicos cada vez más expuestos al peligroso microbio, que suele causar 500 hospitalizaciones y 100 muertes en todo Estados Unidos. La bacteria Vibrio prospera en aguas a 15 grados Celsius o más. Ahora que el cambio climático está elevando con más frecuencia la temperatura del agua por encima de ese umbral, la bacteria (que antes rara vez se veía al norte del sur de Georgia) está apareciendo en toda la costa este de Estados Unidos. Los expertos predicen que en 2041 las enfermedades causadas por V. vulnificus serán comunes en los alrededores de Nueva York (unos 1200 kilómetros al norte del sur de Georgia), y a finales del próximo siglo todos los estados del este del país tendrán un aumento significativo de las infecciones.

La bacteria Vibrio también ha florecido en latitudes más altas a escala internacional, especialmente en torno a Chile y los países ribereños del mar Báltico, donde la temperatura del agua ha aumentado más rápidamente que en otros lugares. La comunidad científica calcula que, en Estados Unidos, se dan las condiciones favorables para Vibrio un 10% más de días que en la década de 1980.

"Antes de que empezáramos a ver cómo aumentaban las temperaturas globales, los casos de Vibrio eran bastante raros. A medida que se generalizan las condiciones adecuadas para su proliferación, es natural que los casos de estos patógenos sean más abundantes", afirma Salvador Almagro-Moreno, cuyo laboratorio estudia el microorganismo en el Hospital de Investigación Infantil St. Jude de Memphis (EE. UU.).

Sin embargo, a pesar de la creciente amenaza para la salud, se sabe poco acerca de por qué algunas cepas son peligrosas y otras benignas, por qué las cepas problemáticas sólo habitan en determinadas aguas y cómo se comportan exactamente en el cuerpo humano. A medida que aumente el número de estadounidenses expuestos, poder dar respuesta a estas preguntas será cada vez más crucial.

Imagen de microscopio electrónico de barrido muestra una bacteria Vibrio vulnificus

Esta imagen de microscopio electrónico de barrido muestra una bacteria Vibrio vulnificus. Esta especie suele habitar en aguas marinas cálidas y puede causar infecciones desagradables. La exposición a estos microbios puede aumentar con el calentamiento del planeta.

Fotografía de BSIP SA, Alamy

¿Qué es 'Vibrio'?

De las más de 100 especies existentes de Vibrio, cuatro son las que provocan la mayoría de los problemas de salud, y la mayoría de nosotros estamos familiarizados (aunque sea indirectamente) con las dolencias que causan.

V. vulnificus, el tipo que enfermó a los habitantes de Florida, es el microbio que está detrás de la mayoría de los titulares de prensa del estilo "Una bacteria carnívora mata a un pescador". Esta especie, al igual que el Vibrio parahaemolyticus y el Vibrio alginolyticus, contamina mariscos como las almejas y las ostras, que pueden llegar a diezmar las poblaciones de peces y provocar graves síntomas de gastroenteritis y deshidratación en las personas que los comen crudos o poco cocinados. Y la bacteria Vibrio cholerae está detrás de la enfermedad diarreica del cólera, que en todo el mundo enferma hasta 3 millones de personas al año y causa 95 000 muertes.

Incluso dentro de estas especies, algunas cepas son inofensivas. Los investigadores trabajan actualmente para determinar los factores específicos, como la salinidad del agua, la disponibilidad de nutrientes y la biodiversidad circundante, que permiten prosperar a las cepas más peligrosas.

Mientras que las variedades peligrosas rara vez aparecen en el Océano Pacífico, las cepas de V. vulnificus son endémicas en el Océano Atlántico y en las aguas costeras del Golfo. Incluso en su entorno natural, la comunidad científica no termina de comprender el papel que desempeñan allí, aunque es probable que una de sus funciones sea degradar la "nieve marina" dejada por crustáceos en descomposición, afirma Almagro-Moreno.

Debido a la escasez de nutrientes que necesitan para sobrevivir en vastas zonas del océano, las bacterias pasan la mayor parte del tiempo en estado latente. Pero cuando se exponen a una afluencia de nutrientes, crecen y se multiplican en "floraciones".

(Relacionado: La mayor bacteria jamás descubierta puede verse a simple vista)

¿Cómo se infectan las personas y quiénes corren más riesgo?

El aumento de casos cerca de la costa del Golfo de Florida se debe en gran medida al contacto con personas que han sufrido inundaciones con agua infectada. "Hay personas que intentan poner en orden sus propiedades y están expuestas a agua estancada y caliente. Éstas son exactamente el tipo de condiciones en las que Vibrio puede prosperar", afirma Maya Burke, subdirectora del Programa del Estuario de la Bahía de Tampa (Florida), encargado de mantener segura y limpia la vía fluvial de la costa oeste.

También es posible que los nutrientes masivos vertidos al agua por las tormentas provocaran la proliferación de Vibrio. Esto incluye la escorrentía de plaguicidas de los céspedes, las aguas residuales vertidas en las vías fluviales de las tuberías de aguas residuales rotas o desgastadas, y un subproducto de residuos de las plantas de fertilizantes llamado fosfoyeso, que también pasa a ser radiactivo.

Según Burke, los controles realizados en la bahía de Tampa tras el huracán revelaron la presencia de Vibrio, aunque aún no se dispone del número exacto ni de los tipos. La región no controla los niveles de Vibrio de forma continuada.

Dado que las bacterias Vibrio florecen cuando se exponen a los nutrientes, proliferan rápidamente tanto en el intestino humano como en el torrente sanguíneo. "Son algunos de los organismos de crecimiento más rápido de la Tierra. Entran en el huésped, encuentran un entorno cálido y rico en nutrientes y proliferan realmente rápido", afirma Almagro-Moreno (no está tan claro si algunas bacterias de Vibrio permanecen en estado latente dentro del cuerpo humano).

¿Qué aspecto tiene un caso de Vibrio?

Vibrio puede entrar en el cuerpo de diferentes maneras. Los síntomas de exposición a cepas peligrosas a través de una herida abierta incluyen enrojecimiento, dolor, hinchazón, decoloración, secreción y, finalmente, piel muerta y ennegrecida (de ahí el apodo de bacteria "come carne"). Además, la ingestión de agua de mar afectada o de marisco contaminado provoca diarrea, calambres estomacales y vómitos. Si la infección penetra en el torrente sanguíneo, los primeros síntomas son fiebre, escalofríos y una presión arterial peligrosamente baja.

Esto lleva a la muerte al 20% de las personas que desarrollan una infección, conocida como vibriosis, a veces en sólo uno o dos días.

Lo que hace que la bacteria sea tan mortal es su capacidad para multiplicarse rápidamente. "Si te vieras algo raro en el dedo o en el pie buscarías tratamiento. Pero el problema es que puedes infectarte durante el día y, cuando te despiertas a la mañana siguiente, ya tienes septicemia", explica Almagro-Moreno.

"Si te contagias, tienes que actuar muy rápido", afirma Mohammad Moniruzzaman, microbiólogo de la Universidad de Miami (Estados Unidos). La mayoría de los antibióticos, tomados con suficiente antelación, la tratan eficazmente. Las infecciones graves de las heridas pueden requerir la extirpación del tejido o la amputación. Por eso Moniruzzaman aconseja evitar las aguas costeras si se tiene una herida abierta o, al menos, cubrirla con un parche resistente al agua.

Las infecciones por Vibrio son especialmente peligrosas para las personas mayores o con un sistema inmunitario debilitado o ciertas enfermedades crónicas. Un artículo de revisión de la revista The Lancet señala que las personas con enfermedades hepáticas tienen 200 veces más probabilidades de morir por V. vulnificus que las que tienen hígados más sanos.

(Relacionado: Cómo evitar una intoxicación alimentaria durante un viaje (y también en casa)

Esfuerzos para evitar el impacto de Vibrio

El aumento de la bacteria Vibrio causado por el cambio climático también está afectando a la industria del marisco. Las piscifactorías de tilapia y gambas se han visto especialmente afectadas por los brotes de Vibrio. Un artículo publicado en la revista mBio calificaba a Vibrio de "problema creciente para la acuicultura en todo el mundo". Las tasas de mortalidad de peces en algunas piscifactorías han llegado al 80% tras un brote, según ha informado Almagro-Moreno. En raras ocasiones, incluso se han visto afectadas ostras de Alaska.

Dado que las aguas de la costa este permanecen más cálidas hasta el otoño (lo que permite que las especies de Vibrio florezcan y prosperen durante más tiempo) es posible que la antigua advertencia de evitar las ostras crudas a finales de la primavera y en verano ya no tenga el alcance suficiente para proporcionar protección. Así las cosas, cada año se producen en Estados Unidos más de 50 000 casos de vibriosis por ingesta de marisco contaminado, una cifra que casi con toda seguridad aumentará a medida que lo haga la bacteria. Almagro-Moreno sugiere seguir la tradición culinaria de Nueva Orleans,  y freír o asar almejas y ostras en lugar de comerlas crudas.

Aunque no existen sistemas de vigilancia exhaustivos para el seguimiento del Vibrio causante de enfermedades, los países reconocen cada vez más los riesgos y toman medidas. El Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades ha creado un mapa para intentar predecir cuándo condiciones como la temperatura de la superficie del mar y la salinidad costera son especialmente propicias para las floraciones.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. recopilan información sobre casos de los funcionarios de salud pública estatales, lo que puede ayudar a rastrear la fuente durante los brotes. Los datos son incompletos (la mayoría de los casos de vibriosis no se notifican y los recuentos no se publican todos los años), pero muestran un desplazamiento hacia el interior. En 2012, la mayoría de los casos vigilados procedían de las costas atlántica y del Golfo. En 2019, las infecciones en los estados no costeros aumentaron un 10%, probablemente debido a los mariscos contaminados introducidos en la zona.

Una mejor vigilancia de las vías fluviales susceptibles de contener Vibrio será cada vez más importante a medida que el cambio climático continúe calentando las aguas y aumenten las infecciones. Esto se debe a que no podemos saber si las bacterias están presentes simplemente observando el agua antes de zambullirnos  en ella. "Son bacterias marinas. Crecerán en aguas que parezcan claras y bonitas", afirma Moniruzzaman.

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    Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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