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Niaid
Una micrografía electrónica del virus respiratorio sincital, conocido como VRS. Las partículas virales, que se ven aquí en azul, están marcadas con anticuerpos de oro contra la proteína F del VRS, que se ven en amarillo, desprendiéndose de la superficie de las células pulmonares humanas. Los casos de VRS están aumentando de forma inusual este año.
Una micrografía electrónica de barrido coloreada muestra el virus de la viruela del mono (naranja) en la superficie de las células infectadas (verde).
Escaneado de micrografía coloreado de la célula apoptósica (en verde) con una seria infección de partículas del virus SARS-COV-2 (morado), extraída de una muestra de un paciente. Imagen tomada en el NIAID Integrated Research Facility (IRF) en Fort Detrick, Maryland (Estados Unidos).
Este microscopio electrónico de transmisión muestra el SARS-CoV-2, el virus que causa la COVID-19, aislado de un paciente en Estados Unidos. Las partículas virales emergen de la superficie de células cultivadas en el laboratorio. El nombre del coronavirus se debe a las espículas del borde exterior de las partículas del virus, que parecen coronas. Imagen capturada y coloreada en los Rocky Mountain Laboratories (RML) del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID, por sus siglas en inglés) en Hamilton, Montana, Estados Unidos.
Normalmente se tardan años en rastrear los orígenes de un virus como el SARS-CoV-2. Sin embargo, un informe reciente ha trazado un plan de trabajo para llegar al fondo de cómo saltó el coronavirus de animales a humanos.
Esta imagen de un microscopio en color muestra una célula moribunda (azul) infectada con el virus SARS-CoV-2 (verde). Cada vez que el virus se multiplica en una célula, tiene una oportunidad de mutar y, a veces, dichas mutaciones se convierten en características fijas en la población viral.
Una microfotografía electrónica de transmisión de las partículas del virus SARS-CoV-2, aisladas de un paciente. Un nuevo informe de los CDC analizó los casos de COVID-19 mortales en personas de menos de 21 años, la mayoría de las cuales se debieron al síndrome inflamatorio multisistémico infantil o SIMI. Imagen tomada en el Integrated Research Facility de los NIAID en Fort Detrick, Maryland, Estados Unidos.
Imagen de un microscopio electrónico de barrido de una célula (verde) que se autodestruye (algo denominado “apoptosis”) tras haberse infectado con partículas del virus SARS-CoV-2 (amarillo), aislada en la muestra de un paciente. Imagen capturada en el Centro de Investigación Integrada NIAID de Fort Detrick, Maryland, Estados Unidos.
En esta imagen de un microscopio electrónico de transmisión aparece el SARS-CoV-2 —el virus que causa la COVID-19— aislado de un paciente en Estados Unidos. Las partículas del virus emergen de la superficie de las células cultivadas en el laboratorio. El coronavirus se llama así por las estructuras espiculares del borde exterior de las partículas del virus. La imagen se tomó en los Rocky Mountain Laboratories (RML) del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos en Hamilton, Montana.