El ADN revela la presencia de nativos americanos en la Polinesia siglos antes de la llegada de los europeos
Una nueva investigación genómica se suma a la creciente evidencia de un antiguo contacto entre las poblaciones que habitaron a lo largo de todo el Océano Pacífico.
Un nuevo estudio de ADN apunta a la isla de Fatu Hiva, en las Marquesas, como el primer lugar de contacto entre los nativos americanos y los polinesios. Aún no se sabe si esa combinación de ascendencia provino directamente de los nativos americanos que llegaron a Polinesia, o si fue traída de regreso al oeste por polinesios que regresaron de Sudamérica.
Los nativos americanos y los polinesios estuvieron en contacto a través del Océano Pacífico desde siglos antes de que los europeos ingresaran en aguas polinesias, según un nuevo estudio publicado hoy en la revista Nature. Además, esta interacción inicial probablemente ocurrió antes de que los humanos se establecieran en Rapa Nui (también conocida como Isla de Pascua), la isla polinesia más cercana a la costa sudamericana, que alguna vez se pensó que era un punto de contacto probable entre los dos grupos.
La mezcla precolombina de polinesios y nativos americanos ha sido durante mucho tiempo un tema de debate, en parte famoso en la cultura pop por el aventurero noruego Thor Heyerdahl. En 1947, Heyerdahl se embarcó en su expedición Kon-Tiki y puso rumbo a la deriva desde Perú a Polinesia en una balsa hecha a mano, en un intento de demostrar que las personas de las Américas podrían haber poblado las islas del Pacífico. Las controvertidas teorías de Heyerdahl sobre el origen de la gente de mar del Pacífico arrojan dudas sobre el tema y muchos arqueólogos han rechazado sus ideas.
Sin embargo, otras pruebas han sugerido que hubo contacto precolombino entre las personas de la Polinesia y aquellas de América del Sur. Los estudios genéticos previos de batatas sugieren que esta planta fue domesticada en Perú y luego se extendió por la Polinesia, hace unos 1.000 años, así como el nombre polinesio para el vegetal de raíz, "kuumala", se asemeja a sus nombres en el idioma quechua andino: "kumara" y "cumal".
Una hilera de moai hace de centinela en Rapa Nui, también conocida como Isla de Pascua. Muchos investigadores creían que Rapa Nui, que está más cerca de Sudamérica que las Islas Marquesas, sería el primer punto de contacto entre los polinesios y los nativos americanos.
En los últimos años, los investigadores que estudian el ADN humano entraron a debate al observar el genoma de aquellas personas de Rapa Nui, famoso por sus imponentes estatuas moai de piedra. Un estudio de 2014 del ADN de 27 personas de Rapa Nui descubrió que aproximadamente el 8 por ciento de su composición genética proviene de antepasados nativos americanos. Esos hallazgos anteriores sugirieron que los dos grupos se mezclaron ya en el año 1340 d. C., siglos antes de que los europeos entrasen en contacto por primera vez con los residentes de Rapa Nui en 1722 y, más tarde, atacasen violentamente su isla en busca de esclavos.
Mirando más allá de Rapa Nui
Para el nuevo estudio, un equipo internacional multidisciplinario analizó el genoma de más de 800 individuos de 17 islas polinesias diferentes, incluida Rapa Nui, así como de 15 grupos indígenas costeros diferentes de América del Sur. "Los estudios anteriores solo se han centrado en la posibilidad de que [Rapa Nui] sea el punto de contacto", dice el autor principal Andrés Moreno-Estrada, genetista del Laboratorio Nacional de Genómica para la Biodiversidad de México. "Abrimos la pregunta para explorar otras opciones en el Pacífico".
Los investigadores descubrieron que el contacto entre individuos polinesios y un grupo de nativos americanos relacionads con pueblos indígenas actuales de Colombia ocurrió ya en el año 1150 d. C., dos siglos antes de lo indicado por el estudio de ADN de 2014. El lugar donde los investigadores pudieron detectar el primer signo de contacto fue en Fatu Hiva, una isla de las Marquesas del Sur. Fatu Hiva está mucho más lejos de Sudamérica que Rapa Nui, pero podría alcanzarse más fácilmente que Rapa Nui debido a los vientos alisios y las corrientes favorables, señala el arqueólogo Paul Wallin de la Universidad de Uppsala en un editorial que acompaña al estudio en Nature.
Fatu Hiva está mucho más lejos de Sudamérica que Rapa Nui, pero podría alcanzarse más fácilmente que Rapa Nui debido a los vientos alisios y las corrientes favorables.
Wallin, quien también trabajó en el Museo Kon-Tiki en Oslo, señala que los nuevos resultados sugieren que los sudamericanos llegaron a la Polinesia oriental incluso antes de que llegaran los polinesios de los puntos occidentales, lo que demostraría que Heyerdahl "en parte tiene razón".
Resultados provocativos
Pero Carl Lipo, un arqueólogo de la Universidad de Binghamton que estudió Rapa Nui pero no participó en el nuevo estudio, afirma no estar convencido de que la evidencia muestre que Heyerdahl tenía razón. El informe de Nature aún deja abierta la pregunta de cómo ocurrió exactamente este contacto entre polinesios y nativos americanos.
Los polinesios podrían haber llegado a las costas de América del Sur, colonizar otras islas del Pacífico y llevar batatas y compañeros indígenas con ellos. O bien sus descendientes podrían haber regresado a la Polinesia portando herencia genética indígena sudamericana. Según Lipo, gran parte de la evidencia arqueológica respalda uno de estos dos escenarios antes que aquel en el que los nativos americanos llegaron primero a la Polinesia.
"Los polinesios son viajeros de larga distancia", dice Lipo. “Se movieron constantemente por áreas increíblemente vastas y encontraron todo tipo de márgenes. A menudo pensamos que estos grupos marineros tradicionales se movieron paso a paso para cerrar islas y luego adentrarse en más y más islas con el tiempo, pero de hecho, lo que realmente vemos arqueológicamente es que se movieron primero a la distancia más lejana. Exploraron su espacio y terminaron en algunas de las islas más remotas, completando y colonizando posteriormente las áreas intermedias".