La ONU advierte: el cambio transformador es un imperativo frente a la crisis ambiental
Un nuevo informe de las Naciones Unidas hace una revisión global del estado actual del medio ambiente con conclusiones sobrecogedoras.
Publicado este miércoles de cara a la Cuarta Asamblea de las Naciones Unidas que tiene lugar estos días en Nairobi, el sexto informe Perspectivas del Medio Ambiente Mundial (GEO-6, por sus siglas en inglés) ha evaluado los principales datos científicos de los diferentes ámbitos del medio ambiente. Sus conclusiones, presentadas entre las 740 páginas del informe, son sobrecogedoras: se nos acaba el tiempo para actuar.
Aunque algunos de los puntos analizados han presenciado mejoras concretas, la ONU advierte de que el estado general del medio ambiente, lejos de estabilizarse o mejorar, continúa deteriorándose. Con el objetivo de lograr un mundo sostenible en 2050, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente describe rigurosamente el estado actual del medio ambiente, dibuja posibilidades futuras y analiza las políticas llevadas a cabo hasta el momento.
El informe “es un chequeo esencial para nuestro planeta. Como todo buen examen médico, el pronóstico de lo que sucederá es muy claro si continuamos como siempre, así como hay un conjunto de acciones recomendadas para corregir las cosas”, afirma Antonio Guterres, secretario general de las Naciones Unidas.
Para ello, reúne a 250 científicos, expertos de más de 70 países e instituciones colaboradoras para realizar, desde 1997, los informes GEO, cuyo objetivo es aportar un sólido conocimiento que pueda guiar a la sociedad hacia la sostenibilidad.
Las conclusiones indican que los países no están trabajando lo suficiente para lograr los objetivos, incluso encontrándose en la línea correcta. O hay retrocesos, o bien los avances son demasiado lentos para lograr revertir el cambio climático antes de que las consecuencias sean irreparables. “Es necesario adoptar medidas urgentes a un nivel sin precedentes para detener y revertir esta situación y proteger así la salud humana y ambiental”, afirma el informe.
De forma meticulosa, el GEO analiza seis grandes escenarios medioambientales que están en situación crítica.
Causa y consecuencia: el cambio climático es el eje de la crisis ambiental
“Proporcionar una vida y un bienestar dignos a los casi 10 mil millones de personas que habrá para el año 2050, sin comprometer aún más los límites ecológicos de nuestro planeta y sus beneficios, es uno de los mayores y más serios desafíos y responsabilidades a los que se ha enfrentado la humanidad”, afirma el informe.
El cambio climático desequilibra al planeta en todas sus vertientes, es un problema que aparece como una constante en el núcleo de todos los demás. Su impacto se deja ver ya de forma virulenta en el planeta, y puede llegar a ser mucho peor de lo esperado, tal y como refleja el último informe del IPCC.
Para cumplir el Acuerdo de París, el planeta debe reducir sus GEI entre un 40 y un 70% entre 2010 y 2050, y en 2070 deben reducirse a cero. Además, el coste económico de no alcanzar estos resultados será de 19’5 billones de euros, mientras los ahorros en salud mundial serían más de 47 billones.
“Más allá del aumento de temperatura, los impactos ya observados incluyen cambios en el ciclo del agua, en el calentamiento de los océanos, en la reducción de la capa de hielo del Ártico, en el aumento del nivel medio global del mar y en la alteración de los ciclos del carbono y biogeoquímicos”, declara el informe.
Huracanes, ciclones, sequías, falta de alimento, olas de calor severas, cambios en los vectores de enfermendades y desaceleración del crecimiento económico son los riesgos a los que nos expone que estamos ya viviendo. Impactos que concluirán en conflictos sociales a todos los niveles.
“Se está acabando el tiempo para prevenir los impactos irreversibles y peligrosos”, sentencian. “A menos que se reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) radicalmente, el mundo sigue en camino de superar los acuerdos acordados para no superar el umbral de temperatura de 2 ° C por encima de los niveles preindustriales”.
Contaminación ambiental
La polución del aire es responsable de entre seis y siete millones de muertes prematuras al año, debido a que el 95% de la población mundial vive en ciudades con niveles de partículas finas, las más peligrosas, superiores a los recomendados por la OMS. La contaminación continúa siendo una importante fuente de daños, tanto para la salud del planeta como para la nuestra. Los riesgos afectan también a la pérdida de ecosistemas y biodiversidad y al aumento del calentamiento global.
“Las concentraciones de CO2 y otros gases de efecto invernadero de larga duración siguen aumentando, impulsados principalmente por personas que consumen combustibles fósiles para satisfacer las crecientes demandas de energía”, declara el informe.
Una de las buenas noticias del informe es el fantástico resultado del Protocolo de Montreal frente al agujero de la capa de ozono, que, tras aplicar las medidas necesarias, se está restaurando. Por ello, recalcan que la eliminación de los combustibles fósiles que provocan los gases de efecto invernadero y los contaminantes atmosféricos debe ser una prioridad.
Pérdida de biodiversidad
“La biodiversidad está en crisis”, comienza el estudio. La continua disminución irrevocable de la diversidad genética y de especies, así como la degradación de los ecosistemas a escala local y global es una preocupación cada vez mayor para los científicos.
Transformación del suelo, pérdida de hábitat, especies invasoras, contaminación, sobreexplotación, comercio ilegal de flora y fauna y prácticas agrícolas insostenibles son algunas de las causas de la pérdida de biodiversidad.
Las especies de agua dulce han disminuido un 83% desde 1970, la mayor extinción de vertebrados a nivel mundial. En el caso de los terrestres, sus poblaciones han disminuido un 60% entre 1970 y 2014.
Sobre los ecosistemas, el informe indica que de cada 14 hábitats terrestres, 10 han disminuido la productividad de la vegetación y su situación de conservación ha empeorado.
“Si las presiones antropogénicas sobre la biodiversidad continúan sin disminuir, corremos el riesgo de precipitar un sexto evento de extinción masiva en la historia de la Tierra, con profundos impactos en la salud humana y la equidad”.
Como eje de equilibrio en la naturaleza, la biodiversidad es vital para las diferentes funciones en la salud del planeta. Regular el clima, limpiar el aire, filtrar el agua y mitigar el impacto de los desastres naturales son solo algunas de sus funciones imprescindibles .
Por si fuera poco, la biodiversidad tiene profundas consecuencias directas para la salud humana. El agotamiento del capital natural afecta de forma desproporcionada, sobre todo, a los lugares con mayor pobreza. “Los medios de subsistencia de más del 70% de la población mundial que vive en la pobreza dependen en cierta medida de los recursos naturales y más del 80% de la biodiversidad mundial se encuentra en los territorios tradicionales de los pueblos indígenas”.
El informe advierte de que no hay desaceleración en la tasa de disminución de la población de especies. Las especies de agua dulce tienen las tasas más altas de disminución de población, y los anfibios, corales y arrecifes tienen el mayor riesgo de extinción.
La pérdida de polinizadores ha destacado en los últimos meses como “uno de los problemas más crecientes que provocará importantes consecuencias para la producción agrícola, los ecosistemas y el bienestar humano”.
Océanos de plástico
Un 75% de la basura que flota en nuestros océanos y plaga nuestras costas es plástico. Esta contaminación, sumada al aumento de la temperatua del agua, la acidificación del agua y la producción de alimentos y recursos sitúan a los océanos en una frágil situación.
Cada año, 8 millones de toneladas de plástico son arrojadas al mar, provocando que los microplásticos hayan llegado ya a la cadena alimenticia y hasta al cuerpo humano. Los autores del estudio advierten de que sus toxinas pueden afectar “a la fertilidad masculina y femenina, así como al desarrollo neurológico infantil".
La situación respecto a los arrecifes de coral es tan trágica, que el informe advierte que sobreviene "una drástica disminución cuando no un colapso" de todas aquellas actividades como la pesca o el turismo de estos hábitats marinos, cuya decoloración por la temperatura ya afecta a un 70 por ciento de estos ecosistemas.
Agua dulce y suelo
Nuestro uso del agua potable es insostenible. La agricultura utiliza un promedio del 70% de este recurso, en algunos países incluso el 90%. Además, el 40% de los humedales han desaparecido desde 1970.
Los expertos advierten también que muchos acuíferos “se están agotando rápidamente por el exceso de extracción de agua para el riego, el consumo de agua potable y los usos en la industria y la minería".
Más de 25 millones de personas en el mundo se han visto obligadas a convertirse en refugiados climáticos debido a la situación de sus tierras. En 2050, serán 200 millones, según advierte la ONU. Para esta fecha, estima que 4.000 millones de personas vivirán en tierras desertificadas.
También para entonces, la población mundial se estima en 10.000 millones de personas, lo que aumentará un 50% la producción de alimentos. Algo insostenible con nuestro modelo actual, debido a que este sector ya acapara el 50% del uso de la tierra, así como un 77% de las zonas agrícolas se utilizan para la producción de carne. Para hacer frente a este aumento, un cambio estructural del sistema de producción de alimentos es un imperativo.
La solución, a nuestro alcance
Desde sus páginas, la organización hace un llamamiento a todos aquellos agentes de la sociedad que toman decisiones que, en mayor o menor medida, afectan al medio ambiente. Sobre todo a aquellos que más peso tienen, ya que a menudo menoscaban los esfuerzos de otros países o regiones.
Tan solo los 10 países que más emisiones de gases de efecto invernadero provocan, son los responsables del 45 por ciento de las emisiones. El 50 por ciento inferior del listado representa tan solo el 13 por ciento de las emisiones.
La hoja de ruta para alcanzar los resultados necesarios para deshacer esta intrincada crisis ambiental está clara: el camino está marcado en los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible representados el Acuerdo de París. Debemos bajarlos al terreno antes de que sea demasiado tarde.