La mayor área marina protegida del Atlántico pronto será oficial
La diminuta isla es la cima de una vasta cordillera submarina que alberga una gran diversidad de especies.
Los casi 440 000 kilómetros cuadrados de océano que rodean la isla Ascensión, uno de los ecosistemas marinos más prístinos y biodiversos del mundo, pronto gozarán de protección oficial.
Desde la superficie, la isla Ascensión —una diminuta colonia volcánica en pleno océano Atlántico, entre Brasil y la costa oeste de África— parece remota y aislada.
Pero esta pequeña isla está encaramada en la cima de un volcán submarino de 3000 metros en la dorsal mesoatlántica, una de las cordilleras montañosas más largas del mundo.
El 24 de agosto, el gobierno de la isla Ascensión anunció que planea convertir sus aguas nacionales en un área marina protegida (AMP), y ayer, el gobierno británico comunicó que pretende destinar siete millones de libras (unos 7,7 millones de euros) a la conservación marina.
Se prevé que una parte de ese dinero se destinará a mantener el AMP de la isla Ascensión, cuyo mantenimiento cuesta unas 150 000 libras al año. El área protegida total tiene casi el doble de superficie que el Reino Unido.
El gobierno británico aún no ha publicado el desglose presupuestario y el AMP no será oficial hasta que lo haga. (En el momento en que se publicó este artículo, el gobierno del Reino Unido aún no había respondido.)
«Estamos al 90 por ciento», afirma Adrian Gahan, director de política en Reino Unido para el proyecto Pristine Seas de National Geographic, un proyecto que financia la ciencia y la exploración para apoyar la conservación. Gahan participó en las negociaciones del área protegida.
«La comunidad local la ha solicitado. En principio, el gobierno británico ha dicho que la pagará. Se dispone de la tecnología necesaria. Lo único que hace falta es que el Reino Unido indique por escrito su compromiso de financiar el AMP de forma perpetua», afirma.
¿Qué se intenta proteger?
La isla en cuestión es un vasto ecosistema submarino con una gran abundancia de especies marinas.
En 2017, una expedición de Pristine Seas evaluó la abundancia de especies de las aguas nacionales de la isla Ascensión. La labor dejó al líder de la expedición Paul Rose tan atónito que apenas podía decidir qué especies incluir primero. Vieron tiburones raros, atunes migratorios y especies de plancton que entonces aún no se habían descubierto.
«Posee una belleza increíble y la abundancia de fauna marina es asombrosa», afirma.
Estar en alta mar y saber que a sus pies acecha una vasta cordillera «resulta energético, hermoso y poderoso», añade.
La nueva AMP prohibirá la entrada de la pesca comercial y las industrias mineras de extracción. Los expertos sostienen que las AMP ayudan a mantener la abundancia de las poblaciones de peces. Pueden provocar el denominado «efecto de desbordamiento», esto es, que las poblaciones de peces prósperas dentro de un AMP producen poblaciones más abundantes en las regiones donde la pesca comercial es legal.
«No cabe duda de que, para la supervivencia humana, tendremos que seguir queriendo y necesitando proteína marina», afirma Rose. «Las áreas marinas protegidas significan más peces para todos».
Sobre el papel y en la práctica
El gobierno británico defiende la protección del 30 por ciento de los océanos del mundo para 2030 y la ONU se acerca deprisa a su fecha límite para proteger el 10 por ciento de los mares del planeta para 2020.
Las áreas marinas protegidas han sido criticadas por ser lo que se conoce como «parques de papel», es decir, declaradas sobre el papel pero que no están supervisadas.
Gahan se muestra optimista, ya que cree que el AMP de la isla Ascensión puede ser un modelo de éxito en la conservación marina, en parte porque los residentes locales han participado en las negociaciones de la reserva. La isla alberga una población de unos 1000 habitantes, la mayoría de los cuales trabajan en la base militar o en los comercios locales de la isla. No hay ninguna población indígena presente.
El AMP se mantendrá principalmente mediante la supervisión por satélite.
«Hace muchos años, la única manera de vigilar las actividades ilegales era desde un avión o en buques patrulleros», afirma Rose. «Ahora tenemos la supervisión por satélite, que es muy eficaz».
Las 150 000 libras necesarias para mantener el AMP cada año se destinarán a un pequeño personal de supervisión, un buque patrullero y las patrullas por mar.
«Si el gobierno británico no paga, enseguida se convertirá en un parque de papel. No tendríamos el personal, ni el barco, ni la infraestructura para aplicarla», advierte Gahan.
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.