Si tienes que viajar durante la pandemia, así puedes hacerlo de forma más segura

¿Tienes pensado irte de vacaciones? Estos profesionales de la medicina te explican las prácticas óptimas en restaurantes, hoteles y aseos públicos.

Por Johanna Read
Publicado 27 jul 2020, 14:06 CEST
Fotografía de una pasajera en un aeropuerto

Una pasajera con una mascarilla camina por el Aeropuerto Nacional Ronald Reagan en Arlington, Virginia, el 9 de junio de 2020. Muchos aeropuertos estadounidenses han informado de un ligero repunte en el número de pasajeros desde junio, cuando se levantaron los confinamientos en todo el país.

Fotografía de Andrew Harrer, Bloomberg/Getty Images

Viajar durante una pandemia no es lo ideal. Los médicos no te darán luz verde y los organismos gubernamentales no lo recomiendan, pero a veces las obligaciones y la pasión por ver mundo pesan más.

Si tienes que ir a alguna parte —para ayudar a la familia, asistir a un evento importante (con distanciamiento social) o simplemente quieres salir de casa—, hay maneras de disminuir el riesgo al viajar. Ya vayas en coche o en avión, estas son las cosas en las que debes fijarte y otras por las que no tienes por qué preocuparte.

Cómo llegar a tu destino

Si tu viaje es esencial y ya mantienes la distancia social y llevas mascarilla, es posible mitigar (aunque no eliminar) los riesgos de la COVID-19 durante el trayecto. Los viajes más seguros son aquellos en los que puedes evitar a otras personas en la medida de lo posible. Si tu idea de unas vacaciones perfectas es la soledad absoluta y devorar la pila de novelas rusas que tienes pendientes, el verano de 2020 es el tuyo.

Una de las formas más fáciles de alejarte de otros humanos potencialmente infectados es evitar el transporte público. Si vas en coche, conduce directamente a tu destino haciendo las paradas mínimas.

Si vuelas, hazlo de forma más segura: como con cualquier actividad que te acerque a otras personas, volar entraña más riesgos que conducir. Sin embargo, las zonas de seguridad y de embarque son más preocupantes que los propios aviones, debido a los filtros HEPA que capturan un 99 por ciento de los microbios y a la nueva desinfección electrostática. Aunque los pasajeros y el personal del avión deben llevar mascarilla, lo idóneo es que te preocupes más por mantener los dos metros de distancia en las colas de los aeropuertos que por estar en el asiento del medio.

 

Fotografía de una auxiliar en el aeropuerto

Una auxiliar médica vigila a los pasajeros que caminan frente a una cámara infrarroja en el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles el 7 de julio de 2020. Las cámaras se diseñaron para identificar rápidamente a personas con temperaturas de 38 grados o más.

Fotografía de Patrick T. Fallon, Bloomberg/Getty Images

«Elige un asiento de ventana lo más lejos posible del baño», recomienda el Dr. Farley Cleghorn, director de Palladium, una consultora internacional. «Mantén la ventilación abierta y orientada hacia la cara: el flujo de aire continuo crea una pequeña “pared” invisible que restringe (al menos ligeramente) el aire exhalado por otros pasajeros», afirma. Desinféctate las manos después de sentarte y de nuevo antes y después de tocarte la cara, como cuando te quitas la mascarilla para comer.

Aunque las aerolíneas presumen de sus mejoras en limpieza, investigaciones recientes sugieren que los empleados de limpieza suelen tener que trabajar de forma precipitada y desabastecidos. Así que trata todas las superficies que toques (el reposabrazos, la bandeja, etc.) como si fueran radiactivas y límpialas con toallitas desinfectantes antes de sentarte.

Kit de herramientas para viajes pandémicos

Para un viaje de verano, tendrás que llevar un gorro para protegerte del sol y zapatos cómodos. Pero en 2020 también necesitarás conocimientos básicos sobre la COVID-19.

Cuando salgas de casa, «lleva mascarilla, evita zonas abarrotadas, permanece a dos metros de los demás, lávate las manos o utiliza gel hidroalcohólico con frecuencia [y] evita tocar superficies públicas», recomienda la Dra. Lin H. Chen, presidente de la International Society of Travel Medicine y directora del Centro de Medicina del Viajero del Hospital Mount Auburn, afiliado a Harvard. Cuando estas cosas se conviertan en hábitos, no serán tan difíciles.

Utiliza la mascarilla de forma correcta. «Veo a muchas personas bienintencionadas que llevan mascarillas de forma inadecuada, con la nariz expuesta», afirma la Dra. Joyce Sanchez, especialista en enfermedades infecciosas y directora médica de la Travel Health Clinic en Froedert y del Colegio de Médicos de Wisconsin. «Como las gotículas se propagan mediante la boca y la nariz, hay que tapar ambas».

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    Fotografía de un pasajero en un vuelo

    Un pasajero a bordo de un vuelo poco lleno de United Airlines espera a despegar del Aeropuerto Intercontinental George Bush en Houston, Texas, el 11 de mayo de 2020.

    Fotografía de Justin Sullivan, Getty Images

     

    La ciencia es simple. «Llevar mascarillas disminuye drásticamente la distancia que recorren las gotículas y, por consiguiente, protege a las personas que se nos acercan», explica Sanchez, que añade que «la gran mayoría de las personas, incluso aquellas con problemas cardíacos y pulmonares crónicos, pueden llevarlas de forma segura. Su uso no afecta a los niveles de oxígeno y dióxido de carbono del cuerpo».

    Tampoco tienes que ponerte guantes para echar gasolina o ir a la compra. En cuanto toques algo, los guantes se ensuciarán tanto como las manos. Simplemente desinféctate las manos (lavarte con agua y jabón es más eficaz que el gel hidroalcohólico). Sanchez explica que «aunque mantener limpias las superficies de alto contacto es importante, es improbable que obsesionarse o preocuparse por desinfectar todas las superficies con las que entras en contacto tenga repercusiones significativas en tu nivel de riesgo».

    Del mismo modo, no es necesario rehuir los baños públicos en favor de hacer tus necesidades en una cuneta (lo que en muchos lugares es ilegal y puede provocar un aumento del cólera, la salmonela, la E. coli, la fiebre tifoidea y otras enfermedades que prevenimos tratando las aguas residuales). El mayor peligro en un baño público no es la teórica aerosolización del virus cuando tires de la cadena, sino congregarte con otras personas en espacios mal ventilados. Utiliza un aseo público cuando lo necesites, pero espera fuera hasta que no haya nadie, lleva mascarilla, lávate y sécate bien las manos y, si puedes, baja la tapa cuando tires de la cadena.

    Lo más peligroso es la cercanía con otras personas, no el acto de desplazarse de un lugar a otro. «De todas las precauciones que puedes tomar cuando estás en público o viajando, mantener la distancia física sigue siendo la más importante para reducir la propagación de la COVID-19», indica Sanchez. Así que imagínate que estás en una película de zombis, pero sin huir de los demás ni ponerte a gritar.

    Dónde alojarte

    Lo ideal son alojamientos donde puedas minimizar las interacciones con otras personas. El Dr. Joel Kammeyer, especialista en enfermedades infecciosas y profesor adjunto de la Facultad de Medicina y Ciencias Biológicas de la Universidad de Toledo, dice que «es probable que un viajero que lleve mascarilla y se mantenga a dos metros de otras personas esté perfectamente, independientemente de dónde se aloje».

    No te estreses si tu hotel no te ofrece acceso sin llave. Tendrás que tocar el picaporte para entrar en la habitación de todos modos. Simplemente lávate las manos (y la tarjeta de acceso) una vez dentro. Lo más importante es evitar los ascensores hacinados y asegurarte de que tu hotel tiene barreras de plexiglás en la recepción y de que los huéspedes no se aglomeran durante la llegada y la salida.

    ¿Qué tipo de alojamientos son los mejores? Pues una casa de campo aislada es mejor que alquilar una habitación en el piso de alguien por Airbnb. Tener tu propia cocina y lavadora te da más control en lo que respecta a la limpieza.

    «La mayoría de los alojamientos han aplicado precauciones y servicios de limpieza adicionales», afirma el Dr. Abe Malkin, fundador y director médico de Concierge MD LA. Comprueba sus páginas web o directamente pide detalles al alojamiento. No es relevante si el hotel es una cadena. Lo más importante es que la propiedad tenga un buen historial y siga las pautas recomendadas. (Marriott y Hilton han anunciado que el uso de mascarillas será obligatorio en espacios públicos; Hyatt ya las exige en Estados Unidos y Canadá). Busca hoteles que hayan ofrecido ayuda a sus empleados durante la pandemia: formación, equipo de protección, baja por enfermedad, un sueldo digno y otras medidas que se traduzcan en un entorno más seguro para todos.

    Aunque resulte reconfortante limpiar las superficies de alto contacto al llegar, lo mejor es confirmar los protocolos de limpieza del hotel con antelación.

    ¿Y qué hay de visitar a amigos y familiares? Lo más seguro para ti y para ellos es mantener dos metros de distancia. Una cena en el jardín puede estar bien, pero compartir el mismo baño y preparar la comida juntos aumenta el riesgo. Sopesa cuánto riesgo estáis dispuestos a correr tú y tus seres queridos; reservar en un hotel es lo más seguro para todos.

    Fotografía de una camarera con mascarilla

    Una camarera con mascarilla sirve comida a los clientes de un restaurante en Fisherman’s Whart, San Francisco, el 8 de julio de 2020.

    Fotografía de David Paul Morris, Bloomberg/Getty Images

    Cómo y dónde comer

    Lo más seguro es preparar tu propia comida o pedir comida para llevar, pero también es posible comer en un restaurante. Sanchez señala que entre los factores de riesgo «figuran el entorno (al aire libre frente al interior), el tamaño y la circulación del aire del espacio, la cantidad de personas que comparten ese espacio y la cantidad de tiempo que pasas en ese espacio».

    Así que opta por comer en una terraza donde estés a al menos dos metros de otros comensales y donde todos (trabajadores y clientes) lleven mascarilla, salvo para comer. Sanchez añade que, en la medida de lo posible, evita «horas punta para minimizar la cantidad de personas con las que compartes el espacio» y no te quedes demasiado tiempo.

    También es importante vigilar a los camareros: es fácil propagar gérmenes si recogen un plato sucio de la mesa de al lado y después te traen la comida sin lavarse las manos. Los restaurantes donde los camareros se reparten las funciones de servir y recoger los platos tienen precios más altos, así como los que proporcionan equipo de protección a sus trabajadores. Vale la pena pagar esos precios. No olvides dar una buena propina: camareros, cocineros y friegaplatos están arriesgando sus vidas para traerte esa hamburguesa.

    ¿Y si enfermas mientras estás de viaje?

    El Dr. William Lang, director médico de WorldClinic, añade que todos los viajeros necesitan un plan. «Asumir que no vas a contraer la COVID-19 no es un buen plan. ¿A quién llamas si te contagias de COVID-19?», pregunta. «Si la contraes, ¿cómo protegerás a tus seres queridos? ¿Tienes un plan para limitar su propagación? ¿Te has informado sobre el riesgo de tu destino?». Si viajas al extranjero, asegúrate de que tu seguro de viaje cubra los costes vinculados a la COVID-19. Viajar ya no es tan sencillo como reservar un vuelo o un hotel.

    Chequeos de temperatura y test de COVID-19

    Viajar entraña riesgos por naturaleza. Si el estrés de viajar supera los beneficios, pregúntate si deberías hacerlo. Del mismo modo, no pongas toda tu fe en un test negativo de COVID-19 ni en los chequeos de temperatura. Aunque pueden ayudar a prevenir la transmisión viral, también pueden darte una falsa sensación de seguridad.

    Los chequeos de temperatura se están convirtiendo en la norma, no solo en aeropuertos, sino también en parques temáticos e incluso en algunos hoteles y restaurantes. Pero las personas con enfermedades no infecciosas pueden tener fiebre y muchos pacientes de COVID-19 contagiosos no tienen fiebre ni otros síntomas. «Basarte en la fiebre como indicador único de COVID-19 no es eficaz», afirma Sanchez. Más bien, los chequeos de temperatura son «una herramienta más que puede utilizarse para impedir que individuos sintomáticos infecten a otras personas».

    Al igual que los chequeos, cada vez más destinos exigen una prueba negativa de COVID-19, ya sea antes de marcharte o al llegar. Hay varios tipos de pruebas de COVID-19 y las moleculares como las de PCR en tiempo real se consideran las más fiables. Con todo, los resultados no concluyentes no son inusuales y «podría haber hasta un 30 por ciento» de falsos negativos, según Kammeyer.

    Aunque pudiéramos asegurarnos de que una prueba negativa quiere decir que no tienes COVID, podrías contagiarte al salir del centro de pruebas. Con todo, «hacerte la prueba cuando se acerque la fecha del viaje puede ayudarte a tranquilizarte y reducir las posibilidades de que estés infectado antes de viajar», afirma Malkin.

    Johanna Read es una fotógrafa y escritora canadiense que se especializa en el turismo responsable. Es exdirectora de políticas del gobierno canadiense y ha trabajado en temas que oscilan de la pandemia de gripe a la determinación de los refugiados. Síguela en Twitter e Instagram.
    Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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