Estos peces que escupen chorros de agua pueden identificar rostros humanos
Al disparar chorros de agua a imágenes en una pantalla, los peces arquero demuestran sus capacidades en un estudio de reconocimiento de objetos.
¿Qué harías si la próxima vez que tuvieras que hacer un examen el profesor te dijeran que escupieras en la respuesta correcta?
En un estudio reciente, los peces arquero demostraron ser capaces de identificar rostros humanos disparando un chorro de agua a la imagen correcta en una pantalla.
En la naturaleza, los peces arquero usan chorros de agua para derribar insectos y otras presas en el agua para comérselas. Pero en el laboratorio, los científicos los entrenaron con comida para que usaran sus chorros y así comprender mejor la cognición animal.
«Suele pensarse que los peces tienen memoria escasa o que solo poseen inteligencia suficiente como para realizar tareas básicas», afirma Cait Newport, bióloga marina de la Universidad de Oxford y autora principal del estudio. «Sin embargo, hasta las tareas básicas, como encontrar comida o parejas, o huir de depredadores, pueden requerir memoria e inteligencia considerables».
El nuevo estudio desveló que los peces arquero pueden ser entrenados para reconocer representaciones en 3D de una cara humana comparada con otra cara diferente. Es más, los peces fueron capaces de reconocer la imagen cuando rotaron los rostros 30, 60 y 90 grados, pasando de una imagen delantera a un perfil.
Aunque los peces eran menos precisos cuanto mayor era el grado de rotación y tardaban más en tomar una decisión, Newport afirma que el hallazgo refleja en realidad el tipo de actuación observada en humanos y otros primates.
«El hecho de que los peces puedan llevar a cabo esta tarea usando rostros humanos es impresionante, si tenemos en cuenta que los peces carecen de la necesidad evolutiva de reconocer rostros humanos y este es una clase de objeto bastante difícil de discernir», afirma Newport.
No es una cuestión de inteligencia
Es probable que sea una sorpresa que se pueda enseñar a un animal aparentemente simple como un pez a reconocer rostros humanos. Pero no debería serlo.
«Me habría sorprendido mucho que no hubieran podido hacerlo», afirma Vera Schluessel, zoóloga de la Universidad de Bonn, Alemania.
Aunque Schluessel no participó en el nuevo estudio, lleva estudiando la cognición en cíclidos, tiburones y rayas durante más de una década. Y en ese tiempo siempre ha tratado de luchar contra la percepción de que los peces son estúpidos o primitivos porque tienen cerebros más pequeños que otros animales.
«El cerebro de los peces es muy diferente del cerebro de un mamíferos, pero no es simple», afirma Schluessel.
Solo hay que echar un vistazo a los peces limpiadores de un arrecife de coral. Estos animales pueden distinguir cientos o hasta miles de tipos de peces diferentes, que registran en busca de parásitos o piel muerta. Si pueden hacer eso, ¿por qué los peces arqueros no podrían aprender y recordar el rostro de un humano?
Como en el caso de los peces arquero, se ha demostrado que palomas y abejas reconocen los rostros humanos, aún con rotación. Lo bien que lo hacen varía según la especie y el escenario experimental, pero el hecho de que todos estos animales puedan identificar objetos nuevos sin poseer un neocórtex, como los mamíferos, debería desvelarnos que el tamaño y la forma del cerebro no son indicadores universales de la inteligencia.
«La gran incógnita para los científicos no es si los peces son inteligentes o no, sino si realizan tareas complejas igual que los animales con cerebros más grandes o si han descubierto soluciones más sencillas para las mismas tareas», afirma Newport.
Este artículo científico sugiere que estos peces «emplean mecanismos similares a los empleados por los primates», afirma.
La vida en tres dimensiones
Quizá exista otra razón por la que los peces arquero fueron certeros con los objetos rotados. A diferencia de los animales no voladores, como los humanos, los peces han evolucionado para desplazarse con facilidad en un mundo acuático en tres dimensiones.
Según Schluessel, esto significa que estos animales se acercan y se les acercan objetos por todos los ángulos, por eso tiene sentido que los peces arquero puedan averiguar que un objeto es el mismo, aunque esté algo girado.
Aunque no le sorprendieron los hallazgos del nuevo estudio, Schluessel lo describió como un trabajo muy valioso, no solo por lo que aporta al conocimiento científico, sino por cómo puede cambiar la percepción que tienen los no científicos sobre estos animales incomprendidos.
Schluessel afirma que el hecho de que los peces arquero puedan identificar rostros humanos en lugar de, por ejemplo, cuadrados y círculos, parece algo con lo que podemos identificarnos más fácilmente.
«Creo que es un buen estudio, porque demuestra que los peces pueden hacer muchas cosas que la mayoría no creía que pudieran hacer».
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.