Un iceberg de 90 metros obliga a la evacuación de varios aldeanos groenlandeses
Es habitual ver icebergs en esta región, pero los lugareños dicen que este pedazo de hielo de 90 metros de alto es uno de los más grandes que han visto jamás.
El destino de una pequeña localidad groenlandesa depende de la dirección en la que sople el viento.
Es lo único que se interpone entre la localidad de Inaarsuit y un iceberg de 11 millones de toneladas que flotó peligrosamente cerca de la orilla.
Las imágenes por satélite mostraban cómo el iceberg se acercaba a tierra el 9 de julio, y para el 13 de julio, el pueblo de 160 residentes fue evacuado parcialmente y los barcos de pesca se trajeron a la orilla.
Groenlandia pierde aproximadamente 270.000 millones de toneladas de hielo al año durante el ciclo entre periodos de calentamiento y enfriamiento estacional. La glacióloga de la Universidad de Buffalo Kristin Poinar afirma que los icebergs son habituales en verano, y el que flotó cerca de Inaarsuit es solo una diezmilésima parte de la pérdida de hielo anual de Groenlandia.
El ayuntamiento contó al medio local KNR que no es el primer glaciar que vaga frente a sus hogares, pero es uno de los más grandes.
Si los vientos no siguen empujando el iceberg hacia el norte, parte del fragmento de hielo flotante podría partirse en dos. Esto daría lugar a un tsunami instantáneo que inundaría la localidad. Podría dañar las casas y arrasar la central eléctrica que suministra energía a la región.
«Si se descompone, tendrán pocos minutos para evacuar», advierte Eric Rignot, científico de la Universidad de California en Irvine. «Cuando un pedazo de hielo se zambulle en el océano, genera tremendas cantidades de energía».
Según él, es casi imposible predecir cuándo podría partirse el iceberg.
Las capas de hielo de Groenlandia contienen unos de los glaciares que se derriten a más velocidad en el mundo. Un estudio de abril publicado en Geophysical Research Letters vinculaba el calentamiento antropogénico a la rápida pérdida de hielo en la región, pero tanto Rignot como Pionar dicen que no existen pruebas suficientes para saber si este iceberg en particular puede ser obra del cambio climático.
El mes pasado, un fragmento de hielo del tamaño de Bajo Manhattan se desprendió de un glaciar groenlandés y cayó al mar.
Se espera que aumente el número de icebergs en Groenlandia en los próximos años.