Estas arañas utilizan burbujas para vivir bajo el agua
Muchos animales han evolucionado para utilizar burbujas, algunos para aumentar sus probabilidades de éxito al cazar, otros para respirar bajo el agua.
Para nosotros, las burbujas añaden efervescencia al champán y relajación en la bañera.
Pero para muchas criaturas acuáticas y terrestres, las burbujas son una herramienta de supervivencia muy útil, ya sea para aumentar sus probabilidades de cazar una presa o respirar bajo el agua.
Estas son algunas formas creativas en que los animales se aprovechan de las burbujas.
Redes de pesca
Las ballenas jorobadas, cazadoras cooperativas, soplan burbujas por los espiráculos para formar redes amplias, que utilzian para acorralar presas como kril y arenques.
Ari Friedlaender, investigador adjunto de la Universidad de California, Santa Cruz, explica que una ballena rodea al banco de peces y les dispara burbujas para acercarlos a la superficie.
Otra «se sitúa debajo, como si fuera el fondo de una lata», afirma.
Los peces se quedan quietos porque «los animales no atraviesan una barrera si no saben qué hay al otro lado», cuenta.
Una vez colocan esta «red de burbujas», una de las ballenas emite una llamada y los mamíferos nadan por el medio de la red, engullendo a sus presas apiñadas.
«Cada animal tiene su estilo propio y único» de soplar burbujas, como en espiral, en anillos o en ráfagas, señala Friedlander, que también es explorador de National Geographic.
En 1980, en la costa de Cape Cod, se observó a una hembra empleando una técnica nueva en la que sopló una red de burbujas, salió rápidamente a la superficie dentro de ella y, a continuación, dio un coletazo y se sumergió de nuevo para alimentarse.
Esta estrategia agita a los peces y facilita su captura. Ahora la utilizan la mayoría de las ballenas de esa población.
Bombonas de oxígeno
Las arañas de agua son las únicas arañas que viven bajo el agua, pero necesitan oxígeno para seguir con vida.
Para mantener un suministro de oxígeno, los arácnidos «tejen una plataforma de seda entre las plantas del agua», explica Jo-Anne Sewlal, aracnóloga de la Universidad de las Indias Occidentales en Trinidad.
A continuación, las arañas salen a la superficie, atrapan burbujas de aire en los pelos del abdomen y vuelven a la plataforma para transferir las burbujas a la estructura de seda. Regresan a la superficie para añadir aire a su «escafandra» cuando lo necesitan.
Dicha escafandra es polivalente, un lugar para «consumir presas, mudarse, depositar huevos y esperma, copular», e incluso criar a su descendencia, explica.
Detectores de olor
La rareza de los topos de nariz estrellada es excepcional.
Estos mamíferos tienen narices con tentáculos, son los animales que engullen más velozmente a sus presas y utilizan burbujas para oler cosas bajo el agua.
Estos topos soplan burbujas por la nariz bajo el agua y, a continuación, las reabsorben. Este «olfateo» subacuático permite a los depredadores captar el olor de las presas acuáticas.
Escondites
En su etapa de ninfas, las afróforas se denominan cigarras espumadoras porque segregan sustancias espumosas que se mezclan con el aire y crean un disfraz de burbujas, lo que les da la apariencia de una masa de espuma en una planta.
Un estudio de 2019 publicado en Journal of Experimental Biology determinó que las ninfas hacen «esnórquel» —es decir, sacan el abdomen de las burbujas— para respirar, o a veces generan más burbujas para obtener más oxígeno.
Balsas marinas
Los caracoles marinos violetas son tan bonitos que cuesta imaginarse que se desplacen en una balsa de mucosa.
Pero eso hacen: segregan mucosa por un órgano musculoso denominado pie, que a su vez se endurece para generar una masa flotante de burbujas.
Los científicos han observado a estos caracoles «surfeando» por el mar en dichas balsas, que pueden servir como dispositivos de flotación, zonas de almacenamiento de huevos y plataformas para los caracoles jóvenes. Flotar en la superficie también aporta a los invertebrados una fuente de alimento sin competencia, relativamente.
¿Qué consistencia tienen estas balsas? Pues solo hay que pensar en el plástico de burbujas.
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.