Los perros callejeros tienen la capacidad natural de entender los gestos humanos
La investigación podría favorecer una coexistencia más pacífica entre los perros callejeros —de los que hay cientos de millones en todo el mundo— y las personas.
Los humanos hemos domesticado a los perros y, en nuestros 15 000 años de relación, hemos criado a los cánidos para que fueran compañeros amigables y dispuestos con la capacidad de interpretar nuestras emociones.
Ahora, un nuevo estudio revela que incluso los perros callejeros —animales que nunca han vivido con personas— pueden entender nuestros gestos.
En todo el mundo hay hasta 300 millones de perros callejeros; solo en la India hay 30 millones. Estos cánidos sin hogar suelen entrar en conflicto con las personas y, en la India en particular, plantean un problema de salud pública como portadores de la rabia, un virus letal que mata a hasta 20 000 personas en la India cada año, la mayoría niños, según la Organización Mundial de la Salud.
Según Anindita Bhadra, experta en conducta animal del Instituto Indio de Educación e Investigación Científica en Calcuta, esto ha convertido la gestión de los perros callejeros en un tema polarizado, ya que algunas personas matan a los animales de forma inhumana. Añade que los perros callejeros nunca están seguros de si la gente quiere darles de comer y acariciarlos o hacerles daño.
Por eso Bhadra, que ha estudiado a los animales durante una década, insiste en que investigar a los perros callejeros y su conducta es fundamental para resolver los conflictos con las personas.
En experimentos recientes, ha descubierto que la mayoría de los perros callejeros sabían a dónde mirar cuando un humano señalaba un objeto, lo que sugiere que su capacidad de interpretar a los humanos es innata.
Los hallazgos del estudio podrían ayudar a enseñar a adultos y niños —a quienes suelen morder y contagiar la rabia cuando comparten comida con los perros callejeros— cómo interactuar con ellos, lo que se traduciría en «una coexistencia más pacífica», añade.
El experimento
En el estudio, publicado el 17 de enero en la revista Frontiers in Psychology, Bhadra y sus colegas analizaron 160 perros callejeros solitarios en varias ciudades indias. Un experimentador colocó en el suelo dos cuencos tapados cerca de ellos, uno con pollo crudo y otro vacío que olía a comida. Un segundo experimentador, que no sabía qué había en cada cuenco, señalaba uno de los cuencos, a veces durante solo un segundo, a veces durante todo el experimento. Las manos del segundo experimentador nunca se encontraban cerca de los cuencos.
Bhadra indica que casi la mitad de los perros no se acercaron a los experimentadores; muchos parecían sentirse nerviosos y es probable que hubieran tenido encuentros negativos con personas.
De la mitad que sí se acercaron, casi el 80 por ciento acudieron al cuenco que había señalado el segundo experimentador, lo que significa que habían entendido el gesto del humano. Si los perros descubrían que el cuenco estaba vacío, era menos probable que volvieran a seguir esa indicación.
En estudios anteriores, los experimentadores se habían acercado mucho más a los cuencos. Que la persona se encuentre más lejos permite que el perro «evalúe cuál es la intención del humano y tome una decisión», afirma Bhadra, y que procese nueva información basándose en si seguir la indicación del humano le ha resultado provechoso o no.
En general, el estudio sugiere que los perros no adiestrados pueden relacionarse con los humanos a pesar de haber vivido experiencias traumáticas con ellos.
«Es una prueba más de que a los perros callejeros se les da tan bien como a cualquier otro perro usar gestos humanos básicos y que los perros callejeros son tan inteligentes como suele imaginar la gente», escribe por email Brian Hare, fundador y director del Centro de Cognición Canina de Duke en la Universidad de Duke.
Comprender a los perros callejeros
Los perros callejeros no son un fenómeno reciente. El antiguo texto indio de los Vedas aconseja dar las sobras de comida a los carroñeros, incluidos los perros callejeros, como parte de ser un buen propietario.
Aunque tienen vidas más duras que sus homólogos domésticos, los perros callejeros se han adaptado a nosotros, «a la Revolución Industrial, a las carreteras, a todo», afirma Bhadra.
Esta capacidad de adaptación y resiliencia, así como su sofisticación psicológica, se traduce en que los perros callejeros no son tan diferentes de cualquier otro perro y «merecen que los respetemos», añade Hare.
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.