Los perros entienden los elogios de la misma forma que nosotros

Los perros no pueden hablar, pero sus cerebros responden a lo que les decimos, lo que sugiere que el lenguaje humano tiene profundas raíces evolutivas.

Por Virginia Morell
Publicado 7 ago 2020, 13:34 CEST
Fotografía de un perro

Los perros, que han evolucionado junto a los humanos durante 10.000 años, están muy en sintonía con nuestras emociones.

Fotografía de Mark Thiessen, Nat Geo Image Collection

Todo dueño sabe que decir "¡Buen chico!" con un tono alegre puede hacer que su perro menee la cola lleno de júbilo.

Esto ha despertado la curiosidad de los científicos: ¿qué ocurre exactamente en el cerebro de un perro cuando escucha elogios? ¿Es similar a la forma jerárquica en que nuestro cerebro procesa la información acústica?

Cuando una persona recibe un cumplido, las regiones auditivas subcorticales más primitivas reaccionan primero a la entonación, la fuerza emocional de la palabra hablada. A continuación, para averiguar el significado aprendido de las palabras, el cerebro recurre a la corteza auditiva, que evolucionó más recientemente.

En 2016, un equipo de científicos descubrió que los cerebros de los perros, como los de los humanos, procesan de forma separada la entonación y el significado de las palabras. Los perros utilizan el hemisferio derecho del cerebro; nosotros, el izquierdo. Con todo, había una incógnita: ¿dan sus cerebros los mismos pasos para procesar la aprobación?

"Es una pregunta importante, porque los perros son una especie sin habla, pero responden a nuestras palabras correctamente", explica Attila Andics, neurocientífico de la Universidad Eotvos Lorand en Budapest, Hungría, y coautor tanto del estudio anterior como del actual, publicado esta semana en la revista Scientific Reports. Por ejemplo, algunos perros son capaces de reconocer miles de nombres de objetos individuales y pueden vincular cada nombre a un objeto específico.

Cuando los científicos estudiaron gammagrafías de los cerebros de varios perros, descubrieron que los suyos, igual que los nuestros, procesan los sonidos de las palabras de forma jerárquica. Primero analizan el componente emocional en la región más antigua del cerebro, las regiones subcorticales, y después el significado de las palabras en la parte más nueva, la corteza.

 

Los autores indican que este descubrimiento nos acerca más a comprender la evolución del lenguaje humano. Lo más llamativo es que perros y humanos compartieron un antepasado común hace unos 100 millones de años, así que es probable que "los cerebros de muchos mamíferos respondan a sonidos vocales de forma similar", explica Andics.

Buenos oyentes

Para los experimentos, los investigadores húngaros contaron con 12 perros (seis border collies, cinco golden retrievers y un pastor alemán) de hogares cercanos a Budapest. Adiestraron a los canes para entrar y tumbarse en una máquina de imágenes por resonancia magnética funcional (IRMf), donde escuchaban a una adiestradora de perros que los alababa con palabras como "listo" y "bien hecho" y que también decía palabras neutrales desconocidas para ellos, como el "si" condicional y "aún".

La adiestradora hablaba en húngaro y a veces pronunciaba las palabras con una entonación entusiasta y de alabanza, y otras veces utilizaba un tono neutral. También repitió deliberadamente las palabras y las entonaciones. Las máquinas escanearon la actividad cerebral de los perros mientras ella hablaba.

Al principio se observó un aumento de la actividad en las regiones auditivas tanto de las regiones subcorticales como las corticales del cerebro mientras los perros escuchaban las palabras.

En cambio, cuando los perros escuchaban la misma entonación (de alabanza o neutral) repetida varias veces, independientemente de si conocían las palabras, enseguida disminuía el nivel de actividad de la parte más antigua. Este rápido descenso sugiere que, en los perros, la entonación se procesa en las regiones cerebrales más antiguas.

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    Del mismo modo, si escuchaban repeticiones de palabras conocidas, el nivel de actividad en la región más reciente del cerebro disminuía poco a poco, pero no cuando escuchaban palabras desconocidas. La disminución lenta de la actividad en respuesta a palabras conocidas sugiere que las regiones cerebrales más nuevas están implicadas en el procesamiento del significado de las palabras.

    El estudio "sugiere que lo que decimos y cómo lo decimos son importantes para los perros", escribe por email David Reby, etólogo de la Universidad de Sussex en el Reino Unido.

    "Podríamos deducirlo a partir de nuestras interacciones con perros, pero es sorprendente en cierto modo porque los perros no hablan y su [propio] sistema de comunicación [ladrar] no establece una separación evidente entre el significado y la entonación".

    Una relación especial

    Estudios anteriores han demostrado que muchos animales, como aves cantoras o delfines, utilizan la subcorteza para procesar las señales emocionales y la corteza para analizar señales aprendidas más complejas, aunque no puedan hablar. Las cebras, por ejemplo, pueden escuchar las emociones en las vocalizaciones de otras especies herbívoras para saber si hay depredadores cerca.

    Terrence Deacon, neuroantropólogo de la Universidad de California, Berkeley, apunta que es probable que el lenguaje humano evolucionara a partir de dichas señales y que utilizara los mismos sistemas neurológicos para desarrollar el habla.

    Y como los animales domesticados han evolucionado junto a los humanos durante los últimos 10.000 años, los perros utilizan especialmente esta capacidad antigua para procesar las emociones humanas, añade Andics.

    "Contribuye a explicar por qué los perros tienen tanto éxito a la hora de colaborar con nosotros" y a veces nos manipulan con sus ojos de cachorrito.

    Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.
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