Pasado presente y futuro de la "diplomacia panda" estadounidense
Bei Bei nació en el Zoológico Nacional Smithsonian de Washington D.C. en 2015. Como todos los pandas nacidos en Estados Unidos, regresó a China a los cuatro años.
Son regordetes, juguetones y, también, vulnerables a la extinción. Seamos serios, ¿a quién no le gustan los pandas gigantes?
"Una de las razones por las que los pandas son tan adorables es que sus rasgos son exagerados, como una cara grande de un niño en un cuerpo pequeño", dice Marc Brody, fundador de Panda Mountain, una organización conservacionista que ayuda a restaurar el hábitat del panda en la Reserva Natural de Wulang, en China.
Estos adorables animales de origen chino han vuelto a ser noticia en Estados Unidos después del anuncio de que el Zoológico Nacional del Smithsonian de Washington D.C. expondrá a una nueva pareja de estos úrsidos en enero de 2025.
Un panda gigante regalado al Zoológico Nacional Smithsonian en 1972 explora su recinto.
Desde la década de 1970, China controla estrechamente dónde viven los pandas en los zoológicos internacionales, exigiendo una cuota de un millón de dólares al año para "alquilar" los animales. Aunque Estados Unidos llegó a albergar varios pandas en cinco zoológicos, actualmente los ejemplares viven en San Diego y Washington D.C. En España, este tipo de colaboraciones con el Gobierno chino están en marcha desde 1978, aunque solo el Zoo Acuarium de Madrid tiene pandas.
La última vez que el Zoológico Nacional albergó pandas gigantes fue en 2023, cuando Tian Tian y Mei Xiang y su cachorro de tres años, Xiao Qi Ji, fueron devueltos a China en medio de las crecientes tensiones entre Estados Unidos y China.
Un panda gigante sobre un cubo de agua en el Zoo Nacional en 1973.
Varias imágenes muestran a Ling-Ling jugando en el Zoológico Nacional en 1972.
Sin embargo, la llegada a Washington de Bao Li y Qing Bao, un macho y una hembra de tres años cada uno, sugiere que las relaciones podrían estar mejorando. Lo mismo puede decirse de la nueva pareja de pandas del zoo de San Diego, Yun Chuan y Xin Bao, que se incorporarán en agosto de 2024.
La diplomacia del panda, como se la ha denominado, existe desde la dinastía Tang (618-907 d.C.), pero Estados Unidos la llevó a cabo por primera vez en 1972, cuando el presidente Richard Nixon y su mujer Patricia viajaron a Pekín en una importante visita diplomática. Era la primera vez que los líderes de ambas naciones se sentaban juntos en más de dos décadas. Como muestra de buena voluntad, el primer ministro chino Zhou Enlai regaló más tarde una pareja de pandas, Ling-Ling y Hsing-Hsing, al Zoológico Nacional.
Más de 50 años después, los pandas gigantes siguen siendo un símbolo de cooperación internacional, además de un componente de enorme atractivo para los zoológicos que los albergan.
Con motivo de la llegada de Bao Li y Qing Bao, te proponemos echar un vistazo a la historia de los pandas en Estados Unidos y también conocer lo que la comunidad científica creen que le depara a la especie el futuro.
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El 20 de abril de 1972, la Primera Dama Patricia Nixon visita a un panda recién llegado al Zoológico Nacional del Smithsonian en Washington, D.C. Con ella está Ting-Hung, jefe de la Oficina de Servicios Públicos de la Ciudad de Pekín, que acompañó a los animales a D.C.
Éxito de conservación
A diferencia de las demás especies de su familia, los osos panda son principalmente herbívoros y se alimentan casi exclusivamente de bambú. Existen más de 1000 especies de bambú, y los pandas se alimentan de varias docenas de ellas.
A mediados de la década de 1970, una floración masiva en la provincia china de Sichuan provocó la extinción generalizada de varias especies de bambú, lo que a su vez causó la muerte por inanición de la mitad de los pandas gigantes del mundo.
Un cuidador camuflado vigila a un cachorro de panda en Wolong, China, en 2015.
Xiao Qi Ji (vista a las seis semanas) nació el 21 de agosto de 2020 en el Zoológico Nacional.
"Los pandas son animales muy tímidos que evitan el contacto con los humanos", dice Brody, que también es un National Geographic Explorer. "Así que cuando empezaron a aparecer en los pueblos, hambrientos, buscando comer maíz o cualquier cosa que encontraran, resultó bastante inquietante".
La tragedia llamó la atención del mundo y empujó a China a invertir fuertemente en la cría en cautividad y en aprender a inseminar pandas artificialmente.
Hoy hay unos 600 pandas en cautividad, y los programas de cría actuales incluyen pandas nacidos en la naturaleza para aumentar la diversidad genética de la población cautiva, explica Brody.
Tian Tian juega en la nieve en el Zoológico Nacional en 2009. Con pelaje esponjoso y capas de grasa, los pandas están bien adaptados a climas fríos, como sus montañas nativas del centro de China.
Al mismo tiempo, el Gobierno chino y las organizaciones conservacionistas han hecho grandes progresos en la protección del hábitat montañoso del panda gigante en el oeste de China, que se encuentra bajo la amenaza inmediata de proyectos de desarrollo, así como de peligros a largo plazo, como el cambio climático, que está haciendo que muchas zonas resulten demasiado cálidas y húmedas para el bambú. Los esfuerzos de conservación comenzaron en la década de 1960 y se aceleraron en las últimas décadas, con la cantidad de hábitat de panda protegido casi duplicándose desde 2012.
Estos esfuerzos alcanzaron su clímax (por ahora) en 2021, cuando las autoridades chinas retiraron a los pandas gigantes de la lista de especies en peligro de extinción.
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Bei Bei se estira en su recinto del Zoológico Nacional. Con un mes de edad, en septiembre de 2015, la Primera Dama de Estados Unidos, Michelle Obama, y la Primera Dama de China, Peng Liyuan, bautizaron al panda durante una ceremonia especial en Washington, D.C.
La repoblación sigue siendo un reto
Aun así, las poblaciones de panda salvaje siguen muy fragmentadas: De los 33 grupos de pandas salvajes, 15 corren peligro de desaparecer. Aunque China ha establecido más de 50 reservas de pandas, sólo el 67% de la población de pandas salvajes vive en estos lugares, según el Fondo Mundial para la Naturaleza.
Visitantes observan a un panda jugar en el Zoo de Atlanta en 2011. Las instalaciones mantuvieron la especie durante 25 años.
Tai Shan divierte a los visitantes del Zoo Nacional en 2008.
Es más, a pesar de los intensos esfuerzos por preparar a los pandas para la vida en libertad, estos no han tenido el éxito esperado.
Estas luchas "crean un enorme problema de gestión para las autoridades chinas", afirma Stuart Pimm, catedrático Doris Duke de Ecología de la Conservación en la Universidad de Duke (Estados Unidos), que ha estudiado cómo la fragmentación del hábitat amenaza a los pandas.
"Hay que empezar a reintroducir pandas en su hábitat natural y preparar al público para la terrible noticia de que muchos de esos animales van a morir", afirma Pimm.
Y es que, sea cual sea la especie, muchos de los animales reintroducidos mueren antes de que pueda establecerse una nueva población. "Incluso en las mejores circunstancias, va a ser un asunto muy arriesgado", afirma.
Alrededor de 600 pandas gigantes viven en cautividad en todo el mundo, incluido el Zoológico Nacional del Smithsonian.
La naturaleza solitaria del panda también dificulta su reintroducción, dice Brody. Antes, las autoridades soltaban pandas criados en cautividad en zonas donde ya había pandas salvajes, lo que a veces provocaba conflictos mortales entre los osos.
Sin embargo, la nueva estrategia de soltar dos o tres animales criados en cautividad en zonas con menos osos salvajes podría facilitar la integración de estos jóvenes pandas en las poblaciones salvajes.
Otra posible ventaja para la especie es el nuevo sistema de parques nacionales que se está creando en China, con un parque de 26 000 kilómetros cuadrados que conectará numerosos hábitats de pandas desunidos, conocido como Parque Nacional del Panda Gigante en la provincia de Sichuan.
"Esto mejorará enormemente la conectividad y reforzará la capacidad científica de numerosas reservas", afirma Brody. "Con este nuevo sistema unificado, el hábitat del panda estará mejor protegido", opina.
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Tai Shan fue el primer panda gigante nacido en el Zoológico Nacional que sobrevivió, en 2005.
Prepárate para el panda-monio
Y mientras China, las organizaciones sin ánimo de lucro y un público ansioso aclaman a su peludo y esponjoso embajador de la conservación, es probable que en los próximos años dispongan de aun más oportunidades de poder ver pandas en la vida real.
Mei Xiang, una hembra de panda gigante que vivió en el Zoológico Nacional, en 2016. Regresó a China en 2023.
Los aficionados estadounidenses que no puedan esperar ni un minuto más para ver a los pandas podrán inscribirse en un número limitado para verlos antes de lo previsto, lo que ayudará a los animales a aclimatarse a las multitudes. El zoo también organizará una celebración pública de los pandas del 29 de enero al 9 de febrero, que incluirá actos especiales, programas y un evento del Año Nuevo Lunar.
Incluso después de todos estos años, Brody dice que ver pandas en persona nunca pasa de moda.
"Creo que no hay nada como verlos de verdad. Para mí, los pandas son la encarnación del bien", afirma.
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.