Seis de los mayores tesoros de naufragios jamás encontrados
Estos pecios históricos ofrecen algo más que oro y joyas. Desde la costa de Namibia hasta el Mar de China Meridional, estos barcos guardaban riquezas ocultas en el tiempo.
Cuando el galeón naval español San José naufragó frente a las costas colombianas en 1708, transportaba hasta 200 toneladas de plata, oro y piedras preciosas en bruto. Es uno de los tesoros más valiosos jamás hallados en un naufragio.
Madera astillada asoma por el fondo arenoso del mar, peces que entran y salen de sus sombras. Entre los tablones podridos, los restos de los esqueletos de marineros que lucharon contra enemigos o desafiaron tormentas descansan en el profundo y frío silencio. Poca luz llega tan abajo, pero un ojo entrenado podría vislumbrar un destello de oro o el brillo de una gema, ocultos al paso del tiempo.
De hecho, son estos tesoros los que han motivado a los aventureros a explorar los mares en busca de fortuna.
Hoy en día, sin embargo, las normas sobre quién puede reclamar estas antigüedades son mucho más complicadas. Tanto los arqueólogos como las autoridades regionales temen que los saqueadores destruyan la delicada estructura de un barco viejo y deteriorado. Los saqueadores también podrían vender esos artefactos a un propietario privado, robando al público la oportunidad de conocer su historia y verlos expuestos.
Por eso los arqueólogos y las fuerzas de seguridad marítima intentan preservar estas frágiles piezas del patrimonio cultural.
Independientemente de quién sea el propietario de los restos del naufragio, la cantidad de objetos de valor descubiertos en los pecios ha batido récords con valoraciones de miles de millones y ha inspirado la imaginación de todo el mundo.
Estos son algunos de los mayores tesoros de naufragios jamás descubiertos: ejemplos de por qué su propiedad es tan discutida y testimonios de por qué estas ruinas submarinas deben protegerse.
El San José, en el mar Caribe, frente a la costa de Colombia
A menudo llamado "el naufragio más rico del mundo" el galeón naval español San José transportaba hasta 200 toneladas de oro, plata y piedras preciosas en bruto cuando se hundió en 1708 durante una batalla con buques de guerra británicos.
Las estimaciones sobre el tesoro del barco oscilan entre unos pocos miles de millones de dólares y más de 20 000 millones. Varias partes han argumentado su derecho a reclamar el pecio, entre ellas una empresa de salvamento con sede en Estados Unidos (que afirmó haber encontrado los restos en 1982), Colombia (que dijo haber encontrado los restos en un lugar diferente en 2015), España (que argumenta que sigue siendo propietaria del barco como lo fue 300 años antes) y un grupo de indígenas bolivianos, que afirman que sus antepasados fueron obligados a extraer gran parte de la plata.
Independientemente del valor real del tesoro, la ley colombiana prohíbe su venta. El San José y sus tesoros siguen en el fondo del mar, y algunos arqueólogos creen que lo más seguro es que permanezcan allí.
El Bom Jesus en la costa sur de Namibia
En 2008, un geólogo buscaba diamantes en una zona conocida por sus yacimientos de esta piedra preciosa. En su lugar, encontró otra cosa: un lingote de cobre. Los arqueólogos hallaron 22 toneladas de estos lingotes (utilizados en la época para comerciar con especias), así como más de 100 colmillos de elefante, un cañón de bronce, espadas, astrolabios, mosquetes y cotas de malla: miles de artefactos en total.
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También encontraron oro: más de 2000 monedas, principalmente españolas, con las efigies de los reyes Fernando e Isabel, pero también venecianas, árabes, francesas y de otros países.
Este cargamento ayudó a identificar el barco como el Bom Jesus, un buque mercante portugués perdido en 1533 cuando se dirigía a la India. El barco y toda su carga permanecieron intactos durante casi 500 años. Es, con diferencia, el pecio más antiguo hallado en la costa del África subsahariana y el más rico.
Los lingotes de cobre fueron uno de los primeros indicios del naufragio del Bom Jesus que se descubrieron, y con el tiempo se excavaron toneladas de ellos.
El arqueólogo Bruno Werz espera para introducir una pieza de aparejo de madera en un tanque de conservación de agua dulce. Estos raros tesoros prometen nuevas perspectivas sobre la edad de oro de Portugal.
Pecio de Belitung, en el mar de Java, frente a la isla de Belitung (Indonesia).
En 1998, unos pescadores locales que buceaban en busca de pepinos de mar descubrieron un bloque de coral con cerámicas incrustadas. El hallazgo resultó ser un dhow árabe del siglo IX lleno de más de 60 000 piezas de oro, plata y cerámica de la dinastía Tang hechas a mano.
Las cerámicas, en particular, eran una instantánea de la industria cerámica de Changsha, la dinastía Tang y el comercio de la ruta de la seda en general. La China de la época estaba ansiosa por comprar tejidos finos, perlas, coral y maderas aromáticas de Persia, África Oriental e India. En el siglo IX, la cerámica china se había hecho popular, pero los camellos no eran adecuados para transportar este frágil producto. Así que cantidades cada vez mayores de platos y fuentes llegaron por mar a través de la “Ruta Marítima de la Seda”.
Aunque los navegantes árabes utilizaron claramente la Ruta Marítima de la Seda, “éste es el primer dhow árabe descubierto en aguas del Sudeste Asiático”, explicó a National Geographic John Guy, conservador jefe de Arte del Sur y Sudeste Asiático del Museo Metropolitano de Nueva York, para nuestro reportaje de 2009. El pecio es también “el mayor y más rico cargamento de oro y cerámica del sur de China de principios del siglo IX jamás descubierto en un solo tesoro”.
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Pecio Palmwood en el mar de Wadden, frente a los Países Bajos
Llamado así por las cajas de madera dura que contenían la costosa carga del barco, el pecio Palmwood contenía riquezas de todo el mundo y datos sobre la vida de las élites del siglo XVII.
Dentro de estas cajas rotas, los buzos sacaron a la luz más de 1500 objetos, entre ellos un elegante vestido bordado con nudos de amor de plata, una elaborada bata de damasco y una túnica de terciopelo teñida con cochinilla, un pigmento de color rubí obtenido de insectos que sólo se encuentran en América. Los investigadores también hallaron una taza y una vajilla de plata, un lujoso juego de tocador, una alfombra persa y una colección internacional de 32 libros encuadernados en cuero que datan de los siglos XVI y XVII.
Aunque los conservadores están muy ocupados con los objetos que se han recuperado del fondo del mar hasta ahora, la mayor parte del pecio Palmwood sigue sin excavar, envuelta en una cubierta protectora de malla para protegerla de las corrientes destructivas.
Se cree que este vestido de damasco de seda del pecio Palmwood data aproximadamente de la década de 1620. A pesar de llevar siglos bajo el mar, se conserva en un estado extraordinario.
El Nanhai No. 1 en el Mar del Sur de China, frente a Yangjiang, China
En 1987, mientras buscaba un barco de la Compañía Holandesa de las Indias Orientales que se hundió en el siglo XVIII, la empresa británica Maritime Exploration encontró intacto un buque mercante de 30 metros de eslora del siglo XIX.
Una capa de cieno de dos metros de espesor había conservado el casco de madera y la carga, que incluía porcelana, monedas de la época Song y lingotes de plata. A lo largo de los años, los arqueólogos han recuperado decenas de miles de objetos del Nanhai No. 1, entre ellos 100 piezas de oro y miles de monedas. Sin embargo, la mayoría de los entre 60 000 y 80 000 objetos del Nanhai No. 1 son cerámicas de la época Song del Sur.
Los restos del Nanhai No. 1 incrustados en el lecho marino antes de su salvamento.
Santo Cristo de Burgos en el Océano Pacífico, frente a la costa de Oregón, EE. UU.
El galeón español navegaba de Filipinas a México en 1693 cuando se desvió de su rumbo y desapareció, probablemente naufragando en lo que hoy es la costa de Oregón. Se han encontrado una docena de maderos del casco de un barco que estaba en activo en la época en que desapareció el Santo Cristo, por lo que es probable que sean artefactos. Su cargamento incluía costosa seda y porcelana chinas.
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Bloques de cera de abejas importados de Europa también llegaron a la costa en los siglos posteriores al hundimiento del barco. Pequeños trozos de porcelana azul y blanca, así como grandes trozos de madera, también indicaban que había un pecio cerca, lo que avivó las leyendas del tesoro entre los nativos de la zona.
A finales del siglo XIX, las leyendas locales sobre tesoros y galeones (y su búsqueda) aparecían regularmente en las páginas de los periódicos de Oregón. Esas noticias llamaron la atención del cineasta Steven Spielberg y probablemente inspiraron su idea para la película de 1985 Los Goonies, aunque él nunca ha confirmado la conexión.
Los trozos de porcelana china del periodo Kangxi (1661-1722) que llegan a las costas de Manzanita son probablemente restos del cargamento del galeón.
Un bloque de cera de abeja del Santo Cristo de Burgos presenta una marca distintiva del propietario.
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.