Por qué los aborígenes australianos siguen luchando por su reconocimiento
Podría tratarse de la población humana más antigua fuera de África, pero Australia nunca ha firmado un tratado con sus pueblos indígenas.
Los aborígenes australianos están todos emparentados con un grupo común de antepasados que surgieron en tierra firme hace unos 50 000 años. Siglos después de que la colonización británica arrasara su población, estos indígenas australianos siguen presionando para que se reconozca su soberanía.
El primer pueblo de Australia, conocido como aborígenes australianos, ha vivido en el continente durante más de 65 000 años. Diversos y culturalmente distintivos, están representados por más de 250 grupos lingüísticos distintos repartidos por toda Australia. Alrededor del 3% de la población australiana es de origen aborigen.
Pero los orígenes y el destino de los aborígenes australianos siguen siendo objeto de acalorados debates: desde las disparidades sociales a la representación legal, e incluso si su genocidio puede considerarse realmente un genocidio. Esto es lo que debe saber sobre estos pueblos indígenas.
¿Quiénes son los aborígenes australianos?
Los aborígenes australianos se dividen en dos grupos: los aborígenes, que están emparentados con los que ya habitaban Australia continental cuando Gran Bretaña comenzó a colonizar la isla en 1788, y los isleños del Estrecho de Torres, que descienden de los residentes de las islas del Estrecho de Torres, un grupo de islas que fue anexionado por Queensland (Australia) en 1879.
Legalmente, se reconoce como "aborigen australiano" a "una persona descendiente de aborígenes o isleños del Estrecho de Torres que se identifica como aborigen o isleño del Estrecho de Torres y es aceptada como tal por la comunidad en la que vive".
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Orígenes aborígenes
En 2017, un estudio genético descubrió que los actuales aborígenes australianos están todos emparentados con un grupo común de antepasados, miembros de una población distinta que surgió en el continente hace unos 50 000 años.
¿Cómo llegaron allí? Se cree que los humanos emigraron al norte de Australia desde Asia utilizando embarcaciones primitivas. Una teoría actual sostiene que esos primeros emigrantes salieron de África hace unos 70 000 años, lo que convertiría a los aborígenes australianos en la población humana más antigua que vive fuera de África.
La bandera aborigen australiana (centro), la bandera de los isleños del Estrecho de Torres (izquierda) y una bandera de protesta aborigen (derecha) están pintadas en los escalones de la Aboriginal Tent Embassy, un lugar de protesta semipermanente frente a la Antigua Casa del Parlamento de Canberra. Fundada en 1972, es la protesta contigua por los derechos de los indígenas más antigua del mundo.
La colonización británica
Cuando los colonos británicos empezaron a colonizar Australia en 1788, se calcula que vivían allí entre 750.000 y 1,25 millones de aborígenes australianos. Pronto, las epidemias asolaron a los indígenas de la isla y los colonos británicos se apoderaron de las tierras aborígenes.
Aunque algunos aborígenes australianos opusieron resistencia (hasta 20 000 indígenas murieron en violentos conflictos en las fronteras de la colonia), la mayoría fueron sometidos mediante masacres y el empobrecimiento de sus comunidades a medida que los colonos británicos se apoderaban de sus tierras. Los investigadores han documentado al menos 270 masacres de aborígenes australianos durante los primeros 140 años de Australia y, aunque el término "genocidio" sigue siendo controvertido, en general se considera que las personas relacionadas con los primeros habitantes del continente fueron aniquiladas mediante la violencia.
La reina Isabel II y el príncipe Felipe pasan junto a un grupo de isleños del Estrecho de Torres que acababan de bailar para la pareja real durante su visita en 1954 a la ciudad de Cairns, en Queensland. En aquella época, la mayoría de los aborígenes australianos no tenían plena ciudadanía ni derecho de voto.
Las generaciones robadas
Entre 1910 y 1970, las políticas gubernamentales de asimilación provocaron que entre el 10 y el 33% de los niños aborígenes australianos fueran expulsados a la fuerza de sus hogares. Estas "Generaciones Robadas" fueron colocadas en familias adoptivas e instituciones y se les prohibió hablar su lengua materna. A menudo se les cambiaba el nombre.
La mayoría de los aborígenes australianos no tuvieron plena ciudadanía ni derecho a voto hasta 1965. No fue hasta 1967 cuando los australianos votaron a favor de que las leyes federales se aplicaran también a los aborígenes australianos. Esto significaba que los aborígenes australianos y los isleños del Estrecho de Torres serían contados como parte de la población australiana y que Australia podría promulgar leyes que ellos estarían obligados a obedecer.
En 2008, el Primer Ministro australiano, Kevin Rudd, emitió una disculpa nacional por las acciones del país hacia los aborígenes australianos de las Generaciones Robadas; desde entonces, Australia ha trabajado para reducir las disparidades sociales a las que se enfrentan los aborígenes australianos.
Stan Grant es un anciano wiradjuri de la segunda comunidad aborigen más grande de Australia y una de las pocas personas que aún hablan la lengua tribal, que estuvo a punto de desaparecer en el siglo XX, cuando los aborígenes podían ser encarcelados por hablar su lengua materna en público.
La lucha continúa
En la actualidad, los aborígenes australianos siguen luchando por conservar su cultura ancestral y por obtener el reconocimiento (y la restitución) del Gobierno australiano.
En 2023, los australianos rechazaron por abrumadora mayoría un referéndum nacional que habría reconocido a los aborígenes en su Constitución y establecido un grupo consultivo para opinar sobre cuestiones relevantes en el Parlamento. Aunque la mayoría de los votantes indígenas dijeron sí a la propuesta, más del 60% de los australianos votaron no a la medida.
El fracaso del referéndum fue considerado un duro golpe por muchos aborígenes australianos, que proclamaron una semana de silencio y reflexión a su paso.
Pero se sigue avanzando en otros frentes. Aunque Australia nunca ha firmado un tratado con sus residentes aborígenes (lo que la convierte en el único país de la Commonwealth británica que no ha ratificado un tratado con sus pueblos de las Primeras Naciones), algunos estados australianos están tomando cartas en el asunto.
El estado de Victoria ya ha establecido un marco para las negociaciones del tratado, y se espera que negocie un acuerdo pionero en su género que reconozca la soberanía de los aborígenes australianos, compense a las víctimas de injusticias históricas e incorpore las conclusiones de un comité de búsqueda de la verdad que investigue las disparidades históricas y modernas a las que se enfrentan los aborígenes australianos. Según declaró a The Guardian la historiadora y escritora aborigen Jackie Huggins, se trata de un intento de "reparar el tejido mismo de nuestra sociedad".
Aun así, hará falta algo más que un tratado para curar las profundas heridas del legado colonial de Australia. Mientras tanto, los aborígenes australianos afirman que, lo reconozca o no la nación, poseen una soberanía que, en palabras de la convención nacional que convocó el referéndum, "nunca se ha cedido ni extinguido".
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com. y se tradujo el 26 de octubre de 2023 y en él se afirmaba, erróneamente, que los primeros pobladores de Australia llegaron hace 50 000 años. El dato ha sido corregido.