La ONU insta a proteger los bosques cuanto antes para salvar el planeta
El año pasado, el IPCC advirtió de la inminente crisis climática. Este año, hace un llamamiento a salvar los bosques antes de que sea demasiado tarde.
El informe anual del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU (IPCC, por sus siglas en inglés) insiste en la necesidad de modificar rápida y drásticamente los métodos de gestión de tierras en todo el mundo.
Según Deborah Lawrence, científica medioambiental de la Universidad de Virginia, las estrategias para combatir el cambio climático no deberían abordar un solo problema, sino que debería combatirse en varios frentes.
«El cambio climático es un problema tan grande que debemos buscar cualquier ángulo posible [para combatirlo]», afirma.
El informe del IPCC incluye guías resumidas y una lista de recomendaciones que la gente, los científicos y los legisladores pueden seguir para establecer prioridades. Estos son los puntos principales de este último informe.
Nuestro sistema de producción de alimentos necesita una reforma drástica
Entre las condiciones meteorológicas extremas como las sequías y las inundaciones, la creciente demanda de biocombustibles y el aumento demográfico, el informe advierte que el calentamiento conlleva la posibilidad de una gran crisis alimentaria.
Garantizar que se produzca comida suficiente para alimentar a una población global que, según las proyecciones, alcanzará las 10 000 millones de personas para 2050 se ha convertido en una preocupación creciente entre los legisladores. Ahora los científicos advierten que, si seguimos talando bosques de manera desenfrenada para aumentar la producción de alimentos, el cambio climático empeorará.
En todo el mundo, los fenómenos meteorológicos extremos alteran mucho el paisaje erosionando las costas, derritiendo el permafrost y convirtiendo en polvo suelos antaño fértiles.
Según el informe, se estima que la agricultura, la producción de alimentos (como la ganadería) y la deforestación representan un 23 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero. La mitad del metano —un peligroso gas de efecto invernadero— generado por los humanos procede de la producción de arroz y la cría de ganado.
Los expertos afirman que, si actuamos con rapidez y ambición, no tendremos que elegir entre los bosques y la comida.
La agricultura inteligente adquiere protagonismo
«Lo importante es que debemos encontrar formas mejores de gestionar lo que ya tenemos», afirma Bruce Stein, científico jefe de la National Wildlife Federation.
«Históricamente, gran parte de la agricultura ha equivalido a casi minar el suelo», afirma, refiriéndose a la preparación del terreno para el cultivo.
Sugiere técnicas de agricultura regenerativa como opciones sostenibles. Este término describe un enfoque de cultivo holístico incorporando cubierta forestal, empleando cultivos de cobertura, rotando los cultivos y recurriendo al compost para mejorar de forma natural la capa arable.
«Hay que ir más allá del simple fertilizante», afirma Lawrence sobre el avance de la tecnología agrícola.
La agricultura de precisión es otro ejemplo de práctica agrícola sostenible, ya que emplea imágenes por satélite para determinar la cantidad exacta de fertilizante y agua que necesita un cultivo, en lugar de cubrir un campo de agua o productos químicos.
Todos necesitan un lugar en la mesa
Este informe del IPCC es el primero que recomienda garantizar los derechos de propiedad de las tierras indígenas como estrategia de mitigación del cambio climático.
«Por primera vez, el informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) publicado hoy reconoce que garantizar nuestros derechos es una solución fundamental para la crisis climática», reza una declaración conjunta publicada por líderes de comunidades indígenas.
Las comunidades indígenas, sobre todo las de la Amazonia, han tenido dificultades para que les concedan las escrituras de las tierras donde tienen sus hogares. La ausencia de escrituras proporciona una base jurídica a las empresas interesadas en utilizar los recursos de sus tierras para reclamarlas como suyas.
El informe afirma que, si se fortalecen los derechos indígenas, los bosques podrán gestionarse mejor para el almacenamiento de carbono. Los pueblos indígenas impiden que la minería y las industrias madereras echen raíces en sus tierras y sus métodos agrícolas localizados suelen ser más sostenibles que los empleados por grandes empresas.
No tenemos tiempo que perder
La reducción de las emisiones de los vehículos y el cambio a fuentes de energía renovable contribuyen a ralentizar la liberación de emisiones. Sin embargo, la deforestación no solo emite carbono, sino que también destruye una importante herramienta —los árboles— que ayuda a limpiar el aire.
El árbol medio absorbe unos 22 kilogramos de carbono al año y las grandes franjas forestales como la selva amazónica se consideran sumideros de carbono, ya que la región almacena mucho más carbono del que emite.
Esta ventaja existe siempre y cuando el bosque permanezca intacto, pero los investigadores de Brasil intentan desesperadamente advertir a los políticos y al público que la región podría alcanzar un punto sin retorno. La selva amazónica, si se deforesta de forma irreparable, podría ser incapaz de recuperarse y alterar el clima mundial.
¿Qué podemos hacer?
Pedir a los agricultores que adopten nuevas técnicas exige dinero y el aprendizaje de aptitudes nuevas puede resultar abrumador.
«Creo que el mayor obstáculo suele ser psicológico. La gente está acostumbrado a hacer las cosas de la misma manera», afirma Stein. «Incluso en la comunidad de la conservación, somos muy conservadores sobre la forma en que gestionamos las tierras y tendremos que revisar muchas de nuestras prácticas».
Este informe del IPCC es solo una de las muchas publicaciones de investigación que afirma que las personas deberían cambiar su forma de comer para mantener la salud del planeta. Reducir el consumo de carne y el desperdiciar menos alimentos son dos áreas que el informe destaca como maneras de vivir de forma más sostenible.
«Deberíamos hacer lo que podamos. No hay motivo para no actuar. No podemos resolver el problema, pero podemos avanzar mucho», afirma Lawrence.
Añade que, si queremos salvar el planeta, la implicación cívica es fundamental, sobre todo a la hora de votar. «No puedes no votar y todo el mundo debería tener en mente el cambio climático cuando vota».
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.