El pie de un nuevo dinosaurio es el fósil de terópodo mejor conservado de Brasil

Un excepcional fósil brasileño revela un dinosaurio que caminaba sobre un dedo del pie, como un caballo, y desgarraba la carne con garras afiladas.

Por Jill Langlois
Publicado 5 jul 2019, 14:33 CEST
El pie de un nuevo dinosaurio es el fósil de terópodo mejor conservado de Brasil

Cuando Neurides Martins retiró con el cepillo los sedimentos dispuestos sobre el dientecito, supo que había dado con algo especial.

Aquel diente era el primer fragmento de una nueva especie de dinosaurio, una rara. Este carnívoro, del tamaño aproximado de un gran danés, habría vagado por el desierto hace unos 90 millones de años, caminado erguido sobre dos patas y descansado su peso en un solo pie con una enorme garra, el dedo de en medio entre un total de tres.

Hace casi 50 años, los paleontólogos descubrieron misteriosas huellas con un solo dedo en la región, pero hasta ahora nadie sabía qué criatura las había dejado. Aunque sus tres dedos funcionales convierten a la especie en un dinosaurio terópodo como el Tyrannosaurus rex, su insólita anatomía hace que funcionen básicamente como si fuera monodáctilo (de un solo dedo), una adaptación que aún no se había documentado en dinosaurios brasileños.

El dinosaurio, llamado Vespersaurus paranaensis por la ciudad y el estado donde lo descubrieron, es también el primero hallado en la región brasileña de Paraná y el fósil de dinosaurio terópodo más completo y mejor conservado encontrado en Brasil hasta la fecha. Martins y sus colegas describieron el dinosaurio y su entorno el 26 de junio en la revista Scientific Reports.

El hallazgo del pie

Con menos de 6 milímetros de largo, habría sido fácil pasar por alto ese primer diente, pero Martins, la historiadora y directora del Museo de Paleontología de Cruzeiro do Oeste, en Brasil, creía que había más en aquella losa de piedra y tierra 200 kilogramos donde encontró el diente. Un mes después, Martins descubrió el raro pie del dinosaurio, que confirmaría su método singular de desplazarse y cazar.

«Estaba contentísima, muy emocionada», afirma Martins.

El Vespersaurus paranaensis forma parte del grupo de dinosaurios terópodos Noasaurinae. Medía casi 1,6 metros de largo y unos 80 centímetros de alto. Se considera un pequeño dinosaurio que habitaba el desierto y tenía huesos pneumáticos, huecos y llenos de aire, similares a los de las aves modernas. Pesaba unos 15 kilos y sus brazos medían la mitad que sus piernas.

Con casi 15 centímetros de largo, este pie resultó fundamental para comprender esta nueva especie. Los dos pies que flanquean el dedo de apoyo del medio presentaban garras grandes y afiladas, que probablemente empleaba para capturar y cortar a sus presas, posiblemente lagartos y pterosaurios.

Para Luiz Eduardo Anelli, un paleontólogo que participó en el descubrimiento ni en la descripción del Vespersaurus paranaensis, los pies de este dinosaurio son los que lo convierten en un hallazgo fascinante. Según él, en los monodáctilos verdaderos, como los caballos y los canguros primitivos, los dedos de más se perdieron a lo largo de la evolución.

«El canguro se convirtió en monodáctilo para poder saltar, mientras que el caballo fue capaz de incrementar su agilidad y velocidad, lo que le facilitaba la huida de los depredadores y recorrer largas distancias», afirma, citando esas mismas razones como posibles explicaciones de la particular forma de caminar sobre un dedo de este nuevo dinosaurio.

«El monodáctilo revela muchísimo, incluida la diversidad anatómica de estos animales, que pone de manifiesto sus diferentes formas de vida», afirma. «Los dinosaurios poseían adaptaciones para excavar madrigueras, planear, trepar, nadar, pescar, abrir surcos en la tierra para sus huevos, correr, volar. Eran animales extraordinarios».

Solo el principio

Aunque Brasil ya había confirmado la presencia de unas 40 especies diferentes de dinosaurios hace decenas de millones de años, el estado meridional de Paraná, cuyo museo se encuentra en una localidad de solo 20 000 personas, nunca había vivido tal descubrimiento. El yacimiento paleontológico de Cruzeiro do Oeste ya se habían hallado otros tipos de fósiles, como huesos de un lagarto Gueragama sulamericana y varios ejemplares de la especie de pterosaurio Caiuajara dobruskii, pero esta fue la primera prueba sólida de que un dinosaurio había pisado el lugar.

Y con el 40 por ciento de su esqueleto completo, el Vespersaurus paranaensishas ya ha dado a los expertos una cantidad excepcional de información nueva. Pero, para Martins, este descubrimiento es solo el principio.

«Aún podríamos encontrar más especies nuevas —algo que espero e imagino que haremos— y más información, más detalles, sobre nuestro dinosaurio», afirma. «Aún nos queda mucho por estudiar, aunque analicemos ese mismo bloque. Fuimos capaces de describir nuestro dinosaurio y confirmar que se trata de una especie única en el mundo, pero no significa que hallamos acabado. Nuestro trabajo continúa».

Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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