Cinco cosas sencillas que puedes hacer ya para vivir de forma más sostenible

Si intentar "ser ecológico" sigue pendiente en tu larga lista de propósitos, este artículo es para ti.

Por Sarah Gibbens
Publicado 15 feb 2024, 16:47 CET
Markus Ernst, director de un club de micología de Suiza, busca setas silvestres

Markus Ernst, director de un club de micología de Suiza, busca setas silvestres. Los hongos son codiciados por quienes buscan alimentos, pero para estar seguros, los buscadores deben saber identificar correctamente las especies adecuadas.

Fotografía de Christian Beutler, Keystone, Redux

Es injusto que te pidan que cambies tu vida cotidiana para resolver lo que, según todos los datos científicos, es una crisis medioambiental mundial, sobre todo cuando las emisiones de combustibles fósiles no cesan y los famosos viajan aviones privados para recorrer distancias que podrían cubrir fácilmente en coche. Lo entiendo: es agotador.

No estoy aquí para decirte que renuncies a la ducha caliente que te has ganado al final de un largo día. Y todo el mundo necesita una botella de agua de plástico de vez en cuando.

Pero si eres como yo y el estado de nuestro planeta puede llegar a desesperarte, he descubierto que cuidar con atención tu pequeño trozo del planeta puede ayudar a mantener a raya ese temor existencial. Tú, individualmente, no puedes evitar que suba el nivel del mar, pero sí puedes proporcionar un pequeño refugio a las mariposas monarca, en peligro de extinción, plantando unos cuantos bulbos de algodoncillo. ¿A que es bonito?

Y la ciencia demuestra que estas acciones individuales pueden incluso marcar la diferencia en conjunto, sobre todo cuando la gente comparte información y sus opciones sostenibles se extienden de vecino a vecino.

Muchas de estas sugerencias son fáciles y la mayoría te ayudarán a poner los pies en la hierba y las manos en la tierra. Al fin y al cabo, la primavera ya está aquí y es casi hora de sacudirse los confines de la lana y respirar el mantillo fresco.

Qué elegante. Qué sencillo. Activa un interruptor para salvar a los pájaros, las abejas, las luciérnagas y todas las demás criaturas voladoras nocturnas que se ven perjudicadas por la contaminación lumínica.

Izquierda: Arriba:

La contaminación lumínica de esta playa dificulta la puesta de huevos de una hembra de tortuga laúd. La luz disuade a las tortugas marinas de acercarse a la orilla para anidar.

Derecha: Abajo:

Desde arriba, las luces de Chicago brillan con fuerza. Según un estudio, reducir a la mitad la contaminación lumínica de la ciudad podría reducir la mortalidad de las aves.

fotografías de Jim Richardson, Nat Geo Image Collection

Este tipo de contaminación puede parecer benigna, pero ha convertido la noche en día en un asombroso 80% del mundo. Esto no solo nubla nuestra visión de las estrellas, sino que altera las señales visuales que indican a la fauna cuándo migrar, cazar y aparearse. Un estudio publicado en 2020 llegó incluso a la conclusión de que la contaminación lumínica, sumada a la amenaza de la pérdida de hábitat y los pesticidas, pone en peligro de extinción a 2000 especies de luciérnagas.

Además de apagar las luces siempre que sea posible, los sensores de movimiento, los reguladores de intensidad y los protectores para las luminarias que dirigen el resplandor nocturno hacia abajo pueden ayudar a reducir la contaminación lumínica.

Cuando la comida se tira en un vertedero, no sólo ocupa espacio, sino que también produce metano, un tipo de gas de efecto invernadero que es 25 veces más potente que el dióxido de carbono.

Pero las cáscaras de plátano, las cáscaras de huevo, las cortezas de cítricos y los tallos de col rizada no son basura: son el principio de la vida. Mezclados con materia orgánica seca, como hojas muertas y recortes de césped, los restos de comida se convierten en un rico aditivo para el suelo que ayuda a las plantas a crecer.

Aquí encontrarás más información sobre cómo hacer tu propia pila en el jardín, pero no descartes el compostaje si vives en un piso. Yo guardo los restos de comida en un recipiente hermético en la cocina de mi piso y los echo en un cubo de compostaje comunitario una vez a la semana. Muchas grandes ciudades ofrecen oportunidades similares para unirse a una cooperativa de compostaje o para depositar las sobras en el mercado agrícola local. El Ayuntamiento de Madrid, por ejemplo, ofrece una guía de 32 páginas para ayudarte a la hora de hacer tu propio compostaje.

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    El compost se hace con una mezcla de restos de comida y residuos de jardín, como las hojas rastrilladas. Cuando se añade a la tierra, ayuda a las plantas a prosperar.

    Fotografía de Severin Wohlleben, laif/Redux

    Truco: Si te preocupa atraer moscas de la fruta o ratones, guarda las sobras en el congelador hasta que vayas a sacarlas.

    3. Elige plantas autóctonas para tu jardín

    Aquí, en la sede de National Geographic en Estados Unidos, hace días que el exterior está gris, frío y húmedo, y sólo puedo pensar en la temporada de pantalones cortos, reservas en terrazas, tulipanes en flor de color tomate y pétalos rosas de cerezo en flor soplando en una brisa cálida.

    Ya estoy planeando cultivar hierbas en el alféizar de la ventana de mi cocina y comprar una nueva maceta para mi única habitación con luz brillante e indirecta. Si anhelas la primavera como yo y tienes la suerte de disponer de espacio para un jardín, plantéate plantas autóctonas.

    Una mariposa raya de enebro se posa en una flor de algodoncillo de Texas. El algodoncillo es una importante fuente de alimento y hábitat para las mariposas, una de las muchas relaciones entre la fauna local y las plantas autóctonas.

    Fotografía de Wolfgang Kaehler, LightRocket, Getty

    Las plantas autóctonas, según el propietario de un vivero de plantas autóctonas Drake White, requieren menos mantenimiento que las no autóctonas porque ya están adaptadas al clima y al suelo donde se plantan. Eso significa que no requieren un exceso de agua o fertilizante. ¿Quieres plantar flores rojas y amarillas brillantes en una región calurosa y propensa a la sequía? No hay problema con las lantanas.

    Las plantas como el algodoncillo también son fundamentales para mantener poblaciones de polinizadores en peligro de extinción, como las mariposas monarca.

    Puedes obtener más información sobre plantas autóctonas en tu vivero local.

    4. Busca comida

    Durante el apogeo de la pandemia de COVID-19, la búsqueda de comida tuvo un boom. Es fácil, gratis y puedes hacerlo solo o en grupo.

    Si quieres hacer realmente un bien al medio ambiente, busca especies invasoras (plantas y hongos dañinos que no deberían estar aquí). Estas especies foráneas pueden dañar un ecosistema local dificultando el crecimiento de las especies autóctonas e interfiriendo en las delicadas relaciones que éstas mantienen con los polinizadores.

    Aprende a empezar a buscar comida aquí. Ten mucho cuidado si busca plantas u hongos que puedan confundirse fácilmente con otras especies mortales. Las setas de la muerte, por ejemplo, se han extendido por todo el oeste de EE. UU. y tienen un aspecto similar al del hongo globo común.

    5. Renuncia a tu césped perfectamente cuidado

    No pretendo meterte en un lío con la comunidad de propietarios, pero uno podría justificar que su jardín se vuelva salvaje, y eso es precisamente lo que pretendo.

    El trébol blanco en flor, Trifolium repens, cubre un pasto en Berkshire, Reino Unido. A medida que la sequía se hace más frecuente, los paisajistas buscan alternativas al césped que ahorren agua.

    Fotografía de Nigel Cattlin, Nature Picture Library

    Sí, prometí una lista llena de cambios fáciles, y ésta no lo es inmediatamente per se, pero si estás dispuesto a trabajar un poco en la fase inicial, muchas de las alternativas de césped existentes son de más bajo mantenimiento que el césped medio con el tiempo. Requieren menos agua, un mantenimiento mínimo, no contienen fertilizantes nocivos y crean hábitats para la fauna.

    Desde la xerojardinería en regiones propensas a la sequía hasta la creación de céspedes hechos de trébol, que hace poco fue un fenómeno en TikTok, el movimiento contra el césped está impulsando a los propietarios a replantearse este símbolo de estatus, tan frecuente en Estados Unidos, Reino Unido y algunas zonas de Europa.

    Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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