Es posible que estemos completamente equivocados sobre el megalodón y su aspecto

Un nuevo estudio propone que esa enorme criatura tenía una constitución más esbelta que la de un gran tiburón blanco. Pero no todos los paleontólogos están de acuerdo.

Por Jason Bittel
Publicado 11 mar 2025, 10:49 CET
Ilustración de un megalodón

Esta ilustración del megalodón puede estar equivocada. Este antiguo tiburón depredador se extinguió hace unos 3,6 millones de años y se ha comparado con los modernos tiburones blancos. Sin embargo, nuevas estimaciones sugieren que el megalodón tenía un cuerpo más delgado y largo.

Fotografía de Illustration by Jose Antonio Peñas, SCIENCE PHOTO LIBRARY

Cierra los ojos e imagina al antiguo y abominable megalodón.

Probablemente te imagines un gran tiburón blanco de proporciones gigantescas, ¿verdad? Pues bien, un nuevo estudio sugiere que el tiburón más grande del mundo podría haber sido más largo y esbelto de lo que se pensaba.

“Los estudios anteriores se limitaban a suponer que el megalodón debía de parecerse a una versión gigantesca del gran tiburón blanco actual, sin ninguna prueba”, afirma Kenshu Shimada, paleontólogo de vertebrados de la Universidad DePaul de Chicago (Estados Unidos).

Tanto el gran tiburón blanco como el megalodón (Otodus megalodon) tienen prominentes estrías en los dientes, similares a las de un cuchillo de carne. Esto hizo pensar en un principio a los científicos que los grandes blancos (Carcharodon carcharias) eran los descendientes directos del megalodón, como se conoce a la bestia en la popular franquicia cinematográfica.

Sin embargo, investigaciones más recientes han sugerido que el megalodón pertenecía a una rama diferente del árbol genealógico de los tiburones. Y aun así, la comparación con los blancos se mantuvo, aunque sólo fuera por falta de una alternativa mejor, afirma Shimada.

Pero ahora, en un estudio publicado hoy en la revista Palaeontologia Electronica, Shimada (junto a dos docenas de expertos) propone que el megalodón habría tenido una estructura corporal mucho menos fornida que la de los tiburones blancos de pecho de barril.

Los científicos también han podido hacer una nueva estimación de la longitud total del megalodón, que en su punto más extremo podría haber alcanzado los 24,3 metros de longitud. Las estimaciones anteriores lo situaban en 15 metros como máximo. Eso significaría que los megalodones más grandes podrían haber sido casi del tamaño de una ballena azul.

“Nuestro nuevo valor representa la estimación máxima más razonable posible [de la longitud total] del megalodón basada en los datos y registros fósiles actuales”, afirma Shimada. 

(Relacionado: Los tiburones blancos podrían haber sido los culpables de la extinción del megalodón)

Estimar la longitud del megalodón requiere un trabajo detectivesco

más popular

    ver más
    Dentadura de megalodón
    Diente de megalodón
    Izquierda: Arriba:

    Nunca se han descubierto fósiles de mandíbulas de megalodón. Las réplicas que se ven en muchos museos se basan en estimaciones del tamaño a partir de dientes u otros fósiles parciales.

    Fotografía de Alexander Demianchuk, Reuters, Redux
    Derecha: Abajo:

    Al igual que el gran tiburón blanco, el megalodón tenía dientes dentados, lo que llevó a los paleontólogos a pensar que estaban emparentados.

    Fotografía de Doug Perrine, Nature Picture Library

    Para algunas criaturas antiguas, la comunidad científica dispone de esqueletos enteros con los que reconstruir el aspecto que pudieron tener en vida. Pero en el caso del megalodón, la tarea es mucho más difícil.

    El registro fósil sólo contiene vértebras, dientes, escamas y algunos fragmentos de cartílago de megalodón. Algunos paleontólogos han utilizado dientes o columnas vertebrales de tiburones blancos para calcular el tamaño que podría haber tenido el antiguo tiburón. Pero partes enteras del megalodón siguen siendo un misterio, como la cabeza, la cola y las aletas (así que si alguna vez te has hecho una foto delante de una mandíbula de megalodón en un museo, estabas delante de una suposición, porque nunca se ha encontrado una mandíbula del megalodón).

    Para rellenar los huecos, Shimada y sus colegas desarrollaron un nuevo método para estimar la longitud del cuerpo del leviatán, utilizando una columna vertebral casi completa de Bélgica y otra incompleta de Dinamarca. Comparándolas con los planos corporales de otras 170 especies de tiburones, tanto vivas como extinguidas, pudieron estimar el tamaño de la cabeza y la cola de ese megalodón en concreto: unos 1,8 metros y 3,6 metros de largo. En total, el ejemplar belga tendría 16,4 metros de largo.

    Sin embargo, como una de las vértebras del hallazgo de Dinamarca era considerablemente mayor que la vértebra más grande de la espina dorsal belga, los científicos pudieron aumentar sus estimaciones para llegar a la nueva e impresionante longitud total.

    (Relacionado: Si el megalodón era un depredador tan feroz, ¿por qué desapareció?)

    Por qué el megalodón podría haber sido más delgado de lo que se creía

    A continuación, los científicos intentaron determinar cuál habría sido la “proporción de finura” del megalodón. “En términos sencillos, la proporción de finura es una medida de la delgadez de un cuerpo o un objeto”, explica Shimada.

    Una vez más, el equipo recurrió a mediciones de tiburones vivos y muertos. Los tiburones vivos más grandes, como el tiburón ballena y el tiburón peregrino, tienen cuerpos más delgados, lo que les confiere una mayor eficiencia hidrodinámica en sus desplazamientos por el océano. Pero si se escalara el plan corporal de un gran tiburón blanco hasta una longitud similar a la del megalodón, el animal resultante tendría más dificultades para nadar por el agua.

    “Aunque todavía necesitamos pruebas fósiles directas, nuestro nuevo estudio sugiere que es más probable que el megalodón fuera más esbelto que el gran tiburón blanco moderno en términos de proporción corporal desde el punto de vista hidrodinámico”, afirma Shimada.

    Jack Cooper, que no participó en el nuevo estudio pero que también ha intentado calcular el tamaño del megalodón, elogió a los autores por la nueva estimación del tamaño corporal del fósil belga, así como por su método de no utilizar sólo un análogo (como el gran blanco) para hacer esos cálculos.

    “Sin embargo, el apoyo a una forma corporal esbelta es, en el mejor de los casos, provisional”, afirma Cooper, paleobiólogo de la Universidad de Swansea (Gales; Reino Unido).

    “¿Podría el megalodón haber sido más esbelto que las reconstrucciones anteriores? Claro que es posible”, afirma Cooper. “Pero el estudio no dice rotundamente cuánto más esbelto ni descarta definitivamente interpretaciones anteriores”, aclara.

    ¿La cría de tiburón más grande de la historia?

    más popular

      ver más
      Tiburón limón en las Bahamas

      Un nuevo plan corporal y una nueva estimación de la longitud sugieren que los megalodones podrían haberse parecido a una versión gigante de un tiburón limón.

      Fotografía de David Doubilet, Nat Geo Image Collection

      Aunque cada una de estas estimaciones seguirá siendo provisional hasta que se encuentren fósiles de megalodón más grandes y mejores, Shimada y sus colegas sospechan que el megalodón se habría parecido mucho más a un colosal tiburón limón.

      Originario de las costas que rodean América del Norte y del Sur, así como de África occidental, “el tiburón limón tiene una estructura corporal de tiburón convencional”, afirma Shimada: “Una especie de 'tipo medio' en el mundo de los tiburones”.

      Los científicos también hicieron otras afirmaciones basadas en las pruebas de que disponen. Por ejemplo, los análisis hidrodinámicos basados en la nueva forma del cuerpo también sugieren que, incluso a tamaño natural, el megalodón no habría sido más rápido que los tiburones blancos actuales. 

      Asimismo, contando las bandas de crecimiento de las vértebras, estiman que los megalodontes recién nacidos habrían medido entre 3 y 4 metros de longitud en el momento de nacer. De ser cierto, significaría que el megalodón tuvo las crías más grandes de la historia de los peces.

      Los jóvenes megalodones podrían haber crecido rápidamente durante sus primeros siete años de desarrollo, justo hasta el momento en que habrían superado la posibilidad de ser presa de los grandes tiburones blancos. Se trata de un área de estudio importante, ya que muchos científicos creen que la competencia con los blancos es parte de lo que condujo a la extinción final del megalodón.

      Cooper consideró que el aspecto de la cría más grande es “bastante emocionante”, pero señaló que la idea de que los megalodones jóvenes crecen más rápido para superar a los grandes blancos es “altamente especulativa”.

      “En resumen, todo lo que se presenta aquí es interesante, pero debe tomarse con cautela hasta que pueda comprobarse empíricamente o se encuentre un esqueleto completo de megalodón que confirme una cosa u otra”, afirma Cooper.

      (Relacionado: Una fotografía revela que este tiburón luchó contra un calamar gigante)

      No se trata de ser el pez más grande

      En los últimos años, el público se ha volcado de lleno en la investigación del megalodón. Pero tanto Cooper como Shimada coinciden en que la obsesión por el tamaño máximo y la respuesta a cuestiones hipotéticas, como si el megalodón podría vencer en una pelea a la ballena extinta conocida como Livyatan, son distracciones.

      Esas cosas “hacen caso omiso de la biología bastante asombrosa que hemos aprendido sobre esta especie icónica y real que existió, y la reducen a lo que sólo puedo describir como un personaje de videojuego”, dice Cooper. 

      Por ejemplo, otro estudio reciente del que es coautor Shimada ha hallado pruebas geoquímicas que sugieren que el megalodón pudo haber sido, al menos en parte, de sangre caliente. Y esta ventaja puede haber permitido al depredador perseguir a las ballenas más lejos y en aguas más frías, preparando el terreno para alcanzar tamaños descomunales.

      Con tan pocas pruebas fósiles, es posible que el megalodón no se pareciera en nada a ninguna de estas estimaciones.

      “Esta posibilidad no puede descartarse hasta que se encuentren esqueletos completos o casi completos en buen estado de conservación”, afirma Shimada. Hasta entonces, “estamos limitados por los datos”.

      Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

      más popular

        ver más
        loading

        Descubre Nat Geo

        • Animales
        • Medio ambiente
        • Historia
        • Ciencia
        • Viajes y aventuras
        • Fotografía
        • Espacio

        Sobre nosotros

        Suscripción

        • Revista NatGeo
        • Revista NatGeo Kids
        • Disney+

        Síguenos

        Copyright © 1996-2015 National Geographic Society. Copyright © 2015-2025 National Geographic Partners, LLC. All rights reserved