Aventureros del Año 2018: Cristina Mittermeier y Paul Nicklen
Cristina Mittermeier y Paul Nickeln trabajan para crear y proteger los océanos sanos a través del poder de la fotografía.
En diciembre de 2017, Cristina Mittermeier y Paul Nicklen publicaron un vídeo en sus redes sociales y en National Geographic de un oso polar desnutrido en el Ártico canadiense. Grabaron al oso demacrado mientras hurgaba entre la basura intentando encontrar algo de comer, sin éxito.
Ambos fotógrafos de National Geographic son científicos, biólogos marinos con experiencia en labores de conservación.
La pareja estaba en el Ártico buscando efectos del cambio climático cuando se encontraron con el oso moribundo y sacaron sus cámaras. Nicklen dijo que fue «el momento más descorazonador que ha presenciado» en su larga carrera fotografiando fauna silvestre en regiones polares.
«A todos nos asusta el cambio climático», afirma Mittermeier. «Nos enfada la falta de actividad para resolver este problema global, y creo que el oso representó cómo nos sentimos todos respecto a este tema».
Las imágenes resultantes del oso demacrado, descrito por los medios como «la imagen del cambio climático», se hicieron virales. Según la agencia de noticias que gestionó la distribución del vídeo, el vídeo llegó a 2.500 millones de personas en solo dos semanas.
Fotografía con un objetivo
El vídeo ha hecho más para destacar la urgencia del cambio climático que cualquier otra historia publicada en 2017. Es una de las razones por las que Mittermeier y Nicklen han sido reconocidos como Aventureros del Año.
Pero el vídeo fue polémico. Nicklen y Mittermeier fueron objeto de críticas por no haber ayudado al oso, pese a que alimentar a estos animales es ilegal en Canadá. Aunque no lo fuera, tampoco tenían los cientos de kilos de carne de foca necesarios para saciar al animal, por no mencionar la protección que habrían necesitado para acercarse al depredador hambriento.
Otros criticaron la implicación de que el cambio climático estuviera directamente relacionado con la condición del oso, una crítica que aceptan abiertamente.
«Pusimos el texto diciendo que seguramente esto era la consecuencia del cambio climático», afirma Nicklen. «Recibimos comentarios de ira y a muchos negacionistas».
Los científicos han predicho que la desaparición del hielo, donde se reúnen las poblaciones de foca, dificultan que los osos polares cacen, lo que puede llevarles a la extinción en los próximos 100 años. Cuando los animales en las partes inferiores de la cadena alimenticia pasan hambre, suelen devorarlos otros depredadores antes de morir de hambre. Sin embargo, los osos polares son únicos: dicha hambruna podría llevar al tipo de decrepitud prolongada que grabaron Mittermeier y Nicklen.
«No sabemos si en este caso es la consecuencia del cambio climático o no, no podemos demostrarlo», afirma Nicklen. «Este oso podría haber estado enfermo o herido. Pero este es el aspecto de un oso polar hambriento».
Mezclando ciencia y narración
Mittermeier, de 51 años, y Nicklen, de 49, son pareja y fundaron SeaLegacy, organización comprometida con la protección de los océanos. En cierto modo, el vídeo del oso polar representó también la tensión que ambos conservacionistas sienten en ocasiones en su papel como intermediarios entre el mundo de la ciencia y la narración visual.
«He pasado meses, si no años, escribiendo estudios científicos para revistas revisadas por pares», afirma Mittermeier. «Y luego te das cuenta de que esa información no tiene un gran impacto».
«Si queremos tener éxito en la conservación, necesitamos apelar a las emociones de la gente. Necesitamos romper las murallas de la apatía. Y eso no va a ocurrir solo compartiendo datos científicos», afirma Nicklen.
Para Mittermeier y Nicklen las redes sociales son una de las herramientas más importantes para generar cambio.
Señalan varias campañas exitosas en las que han trabajado, entre ellas ayudar a detener la construcción de un oleoducto en la Columbia Británica e impedir que continuase la exploración petrolífera en regiones costeras de Noruega.
«Lo que hay que entender de las labores medioambientales y de conservación es que nunca ocurren en cuestión de días o semanas», afirma Mittermeier. «Siempre es un proceso que dura años. La mejor parte de nuestros trabajos es tener la oportunidad de inspirar a la gente para que no se rinda».
«El único sentimiento más grande que el miedo es la esperanza», dice Nicklen. «La gente está casi al borde de rendirse. Están frustrados y buscan liderazgo. Y si puedes proporcionarles eso, te seguirán. Por eso debemos seguir luchando».